El senador priísta y líder petrolero critica la enajenación disimulada del sector
Imperdonable, que por conveniencia coyuntural se entregue Pemex: Aldana
Lamenta la censura que sufrió en la asamblea nacional de su partido al defender a la paraestatal y la CFE
En las modificaciones de los estatutos se adivina un compromiso soterrado, asegura
Ampliar la imagen Los pri�as y sus simpatizantes no perdonar�que se enajenen los recursos energ�cos del pa� advirti�cardo Aldana. En la imagen, trabajos de la asamblea nacional del Revolucionario Institucional en Puebla FOTO Margarito Garc�
Las modificaciones recién aprobadas a los documentos básicos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) abren paso a quienes abogan por realizar reformas estructurales muy lejanas al sentir de los priístas y que no son sino el inicio de la entrega del petróleo y la electricidad a las grandes empresas trasnacionales, advirtió el senador tricolor Ricardo Aldana.
Lamentó que durante los trabajos de la 19 asamblea nacional de su partido -la madrugada del viernes-, en los que se discutió el cambio al capítulo de energía, no se le hubiera permitido expresar lo que implica dejar en "la ambigüedad" y "la confusión" la postura priísta en materia de defensa de la soberanía energética.
Como legislador y miembro del sindicato petrolero, señaló, votaré siempre en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), toda vez que las empresas energéticas son el puntal del desarrollo del país y no pueden pasar a manos extranjeras.
En el texto que Aldana no pudo leer completo, ya que se lo impidieron los delegados madracistas que iban con el ánimo de reventar todo intento de modificar el documento sobre energía que finalmente se aprobó, se advierte que es falsa la teoría de que sólo el capital privado puede salvar a Pemex y al resto del sector energético de "una inminente quiebra".
La preocupación fundamental, dijo, era que pudiera darse una regresión en el concepto de soberanía y "una interpretación perversa de los textos de la Constitución", ya que ello puede ser oportunidad para que avance esa intención de consorcios extranjeros de apoderarse de los principales recursos naturales del país, como son el gas y la electricidad.
Sobre todo, porque durante los meses anteriores se ha visto "una bien financiada campaña en los medios, que pretende imbuir en los ciudadanos la idea de que ya deben abrirse indiscriminadamente áreas del sector energético a la inversión privada, como única manera de hacerles llegar los fondos que necesitan".
La intención real es pignorar los recursos energéticos más valiosos por medio de supuestas modalidades financieras, que en realidad sólo conducirán a la futura enajenación de Pemex y de la CFE como bienes improductivos. Además de que las inversiones no serán nacionales, sino extranjeras, "en combinaciones que ya poco esconderían en su disimulo".
Es una pena, dijo, que no se hubiera podido debatir a fondo el tema, y explicar a los delegados priístas que la solución no está en privatizar Pemex o la CFE, sino en elaborar una nueva política energética que contemple la modernización del marco regulatorio y una profunda reforma fiscal en las empresas públicas del sector.
Parte de lo que no pudo exponer ante los delegados a la 19 asamblea del PRI es que en concreto se requieren nuevas bases para la administración y gobierno de la CFE, de Luz y Fuerza del Centro y de Pemex, que les permitan tener autonomía de gestión y transparencia para operar.
La actual política fiscal opera contra Pemex y la coloca al borde de una quiebra técnica, al arrebatarle más de las dos terceras partes de sus ingresos para suplir las deficiencias de la recaudación fiscal del gobierno federal.
La solución, sin embargo, no es entregar las empresas energéticas a trasnacionales, sino hacer las reformas necesarias e incluso la posibilidad de que haya una pronta aplicación de los fondos del Sistema de Ahorro para el Retiro, de manera preferente en Pemex y CFE, a partir de la reforma a la ley que rige a las Afores, insistió Aldana.
Explicó luego que junto con el senador Manuel Bartlett dieron la batalla durante la asamblea nacional del PRI, para que no se modificara el texto anterior -que provenía de la 18 asamblea-, en el que se especificaba que la viabilidad de la economía mexicana tiene como requisito la permanencia de la CFE y Pemex en el ámbito del sector público.
Con esa declaración en los documentos básicos del PRI se garantizaba "el respeto a la Constitución en sus artículos 27 y 28" y se impedían "interpretaciones mañosas" que dejan "por omisión deliberada la puerta abierta a su modificación". Lo que se pretendía, insistió, es que el texto no dejara dudas sobre la persistencia y vigencia de lo que los priístas piensan sobre los hidrocarburos.
Permitir que por "una conveniencia coyuntural" se abra paso a la enajenación disimulada de los recursos energéticos del país, a la entrega de Pemex y la CFE a las trasnacionales, "con las que se adivina un compromiso soterrado", es algo que ni los priístas ni sus millones de simpatizantes podrán perdonar.