Usted está aquí: domingo 6 de marzo de 2005 Capital En el Centro, mil 500 familias indígenas siguen en espera de vivienda digna

Habitan edificios en ruinas, en condiciones de hacinamiento e insalubridad

En el Centro, mil 500 familias indígenas siguen en espera de vivienda digna

Se trabaja con 41 organizaciones de grupos étnicos en proyectos habitacionales: Invi

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Ampliar la imagen Aspectos de los inmuebles que habitan grupos ind�nas en el centro de la ciudad FOTO Yazmin Ortega Cort�

En el Centro Histórico viven alrededor de mil 500 familias indígenas en condiciones de hacinamiento, insalubridad y marginación; muchas de ellas tienen más de 20 años de haber emigrado de sus comunidades para buscar mejores condiciones de vida en la ciudad, pero a la fecha no han podido realizar sus proyectos de vivienda ante las dificultades para regularizar los predios que habitan, para aplicar los créditos del programa del Gobierno del Distrito Federal en la materia.

Constataron lo anterior el diputado Rodrigo Chávez, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Asamblea Legislativa, y el director del Instituto de Vivienda (Invi) del DF, David Cervantes Peredo, en un recorrido que realizaron por ocho predios en los que viven familias mazahuas, triquis y otomíes, en las colonias Merced, Centro y Roma.

En el número 138 de la calle de Mesones, en pleno centro de la ciudad, 50 familias mazahuas habitan casuchas construidas con láminas de aluminio y cartón, así como tablones de madera sobre un piso terregoso. Además, otras 34 familias se alojan ahí; van y vienen todos los días del estado de México, adonde se fueron a vivir, porque aquí ya no cabían.

En el número 53 de Santo Tomás, en La Merced, delegación Venustiano Carranza, se hacinan 69 familias triquis en una superficie de mil 84 metros cuadrados. El paso es por estrechos pasillos, de apenas 50 centímetros, casi siempre inundados de agua, por donde corren los niños, descalzos.

Otras 28 familias viven en el edificio de República de Cuba 53, en el Centro, donde hasta 11 personas habitan un cuarto de 20 metros cuadrados; apenas caben dos literas, una estufa y un mueble que igual guarda trastos que ropa.

Por si fuera poco, no faltan los abusos y tratos discriminatorios de la "gente urbana", denuncian indígenas habitantes de Mesones 138. Dicen que algunos de sus vecinos, además de negarse a trabajar con ellos para impulsar el proyecto de vivienda que también los beneficiará, los tratan como "indios mugrosos y piojosos". Agregan que el abogado del anterior dueño del predio, ya expropiado por el GDF, amenazó con demandarlos si no le pagan una renta de 5 mil pesos mensuales por los locales que dan a la calle, a pesar de que no le pertenecen.

David Cervantes informó que el Invi trabaja con 41 organizaciones indígenas -mil 527 familias en total-, que demandan vivienda, y en lo que va de la actual administración se han entregado ocho proyectos, en beneficio de 267 familias de distintos grupos étnicos.

El recorrido concluyó en el inmueble que el Invi construyó en Guanajuato 125, colonia Roma, con apoyo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, habitado por 47 familias otomíes. Este proyecto, destacó, obtuvo el Premio Nacional de Vivienda 2004, al ser ejemplo de vivienda digna y adecuada a los usos y costumbres de las comunidades indígenas.

 
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