Usted está aquí: domingo 6 de marzo de 2005 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Matadores conmovedores

HUBO TIEMPOS EN que los llamados matadores de toros -históricamente una egregia minoría aquellos que han ejecutado la más difícil de las suertes del toreo con arreglo a las normas clásicas; algunos cuantos con habilidad, y los más con ventajas o torpeza- conmovían, emocionaban y trastornaban a las multitudes con su personalidad, maestría, celo o arrojo. Más que unidos, eran hombres con dignidad y orgullo de ser.

FUERON EPOCAS MENOS enrarecidas por las élites y la tele y de menor competencia en materia de espectáculos de masas. Asimismo, la población no había tomado tan al pie de la letra la conseja bíblica de creced y multiplicaos, por lo que incluso había pocas ganaderías, la mayoría con un prestigio ganado a pulso, no sólo por buenas relaciones con los empresarios o imposiciones de los apoderados.

HOY, EN PLENA era de estrenos cotidianos, si no de automóvil sí de licencia de manejo, o incluso de ambos, aquellos matadores de leyenda, inspiradores de pasodobles, de mitos y de amores, se han convertido en serviles empleados del duopolio taurino más adinerado que recuerde la historia, así como el más torpe en hacer coincidir el buen negocio transparente con el espectáculo apasionante, entendido, planeado y promovido con sensibilidad, profesionalismo y rigor de resultados.

SE TRATA DE penosas realidades autorreguladas, no de improvisados adjetivos. El caso concreto de los seudopromotores de la Plaza México ilustra una capacidad económica sin idea, a pesar de autonombrarse empresarios de la fiesta de toros sólo porque una triste tarde al año -la del 5 de febrero, saturada de gente bonitonta que no vuelve a pararse en el coso- casi venden las 42 mil localidades. El resto de los carteles, a como salgan o por recomendaciones o, el colmo, para sólo cubrir el número de festejos estipulado en el contrato por derechos de transmisión.

Y COMO ADEMAS a estos promotores no les preocupa que la asistencia al resto de los festejos sea cuando mucho del 10 por ciento del total del aforo, todos contentos, excepto una docena de toreros modestos a los que el autorregulado de Mixcoac y protegido de la delegación Benito Juárez reunió hace dos semanas para informarles que quedaban 10 puestos en cuatro corridas que faltaban. Que se los rifaran o repartieran, y que los afortunados ni soñaran en cobrar un peso porque en ese momento quedaban fuera.

CRITERIOS MOTIVACIONALES DE la Edad Media al margen, el feudal empresario -el mismo que "le regaló" al nuevo gobierno estatal de Veracruz "su" equipo de futbol del mismo nombre- les anticipó a estos menesterosos de luces que además serían encierros duros y que tendrían que arrimarse aunque no hubiesen visto un pitón en varios meses.

SI AL MENOS estos aldeanos criterios se aplicaran a principios de la temporada para que los muchachos, en caso de triunfar, contaran con el aliciente de verse repetidos en un cartel importante, se entenderían tan singulares medidas. A estas alturas, no pasan de falsas oportunidades o, si se prefiere, de mendrugos para tarugos, miembros de una Asociación Nacional de Matadores al garete, incapaz de unirse para defender, en serio, los intereses de sus agremiados.

 
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