MELON
De Beny Moré
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Beny Mor�n la portada de su disco Pare... lleg� B�aro (1960)
EL 19 DE febrero de 1963 falleció Beny Moré y, como sucede cada año, se le dedican programas de radio y notas en los periódicos, pero sin faltar equivocaciones, datos erróneos e invenciones, de personas que ni siquiera lo conocieron.
DE ESTO NO se han salvado ni en Cuba. Desde luego me refiero a su estancia en nuestro país. Poseo dos libros que comprueban mis palabras, uno escrito por Amín E. Naser, el otro por Raúl Martínez Rodríguez, así como una recopilación de sus grabaciones por José Reyes Fortún, que denotan falta de investigación. No quiero ni pensar que sea pretensión de ignorar lo que Bartolomé Maximiliano Moré tuvo por trayectoria en México.
ESTO FUE EN la llamada época de oro del son cubano, cuando pudimos gozar de la calidad de soneros de la isla bella, que dejaron escuela y propiciaron la aparición de músicos mexicanos que la asimilaron y brillaron con luz propia en nuestro ambiente sonero, que simple y sencillamente no tiene comparación con la mediocridad de ahora.
SI USTED, MI nagüe, es aficionado de nuevo cuño al son cubano, permítame decirle que en aquellos años éste no gozaba de la popularidad que ahora que le dicen salsa tiene. Pero estaban entre nosotros los que, en mi concepto, no han sido superados, figuras extraordinarias como Miguelito Valdés, Cheo Marquetti, Kiko Mendive, Vicentico Valdés y, por supuesto, Beny Moré, al que aquí anunciaban como La voz de oro de Cuba. Porque lo de Bárbaro del ritmo se lo pusieron en la isla bella a su retorno.
ENTRE LOS PERCUSIONISTAS, que aquí vivieron muchos años e inclusive yacen, están Ramoncito Castro, Yeyo Tamayo, Silvestre Méndez, ya que Modesto Durán murió en Los Angeles y Chicho Clemente Piquero en Cuba. Este último es considerado uno de los mejores bongoceros que haya nacido en la 4 y a su regreso a la perla de las Antillas formó parte de la Banda Gigante de Beny Moré.
OTROS CUBANOS QUE dejaron enseñanzas fueron Andresito Mucha trampa, Humberto Cané, Eduardo Periquet, Manolo Berrío, Caravela, que nos pusieron a gozar en esos años que desgraciadamente no volverán, y a este, su enkobio, dejaron honda huella y las bases suficientes para formar parte de conjuntos que inundaron de jícamo la vida nocturna de nuestra capital.
ENTRE LAS INEXACTITUDES que se dicen de Beny, y para no herir susceptibilidades, leí que Moré se había hecho profesional en México. Falso de toda falsedad, puesto que al llegar a nuestro país con el Conjunto Matamoros en 1945, venía cantando la primera voz, porque don Miguel estaba afectado de la garganta. Inclusive, ya había grabado números como Penicilina, La cazuelita, Que siga el tren y Me la llevo, que años más tarde lo haría Johnny Pacheco con Héctor Casanova.
NUNCA PERTENECIO A la orquesta de Pérez Prado, únicamente grabó con él. Debo decir que hay que tener oído de artillero para asegurar que Moré grabó La cocaleca y Qué te parece Cholito, porque lo hicieron a dueto Aurelio Estrada -otro Yeyo- y Humberto Cané, que posteriormente formaron un conjunto extraordinario, que tuvo a Luis González El viejo por arreglista.
LE DIRE, MI querido Bonkó, que perteneciendo a la orquesta del caballero antillano Arturo Núñez, y siendo artista exclusivo de RCA Víctor, para poder grabar en Columbia con la orquesta de Arturo haciendo dueto con Lalo Montañé, la etiqueta salió en los primeros discos con el crédito como Dueto Antillano (Lalo y Homero), para más tarde cambiar a Dueto Fantasma. Homero Jiménez prestó su nombre e hizo coro en dichas grabaciones que, si mal no recuerdo, la que más se popularizó fue Pensamiento, que no es otra cosa más que un medley con el coro del Fiel enamorado.
EN LA DISCOGRAFIA, Moré también aparece cantando con el Son Clave de Oro, cosa que no ocurrió, ya que El cuento del sapo lo grabó Chepilla José Vázquez. También omiten la nacionalidad de Chucho Rodríguez con quien grabó a dúo con Tony Camargo Esta noche corazón y Sin razón y justicia, dos boleros de Chucho que fueron grandes éxitos.
CON RAFAEL DE Paz grabó su composición Bonito y sabroso, Mambeando y Ah, Bárbara, de Miguel Angel Valladares, otro mexicano que contribuyó a la popularidad de Beny. Como colofón le diré que al morir Moré, Mario Molina Montes escribió Bárbaro del ritmo que grabó Tony Camargo en homenaje a La voz de oro de Cuba el mismo día de su fallecimiento. ¡Vale!