BAJO LA LUPA
Agonía del dólar: ¿el último tango del imperio?
LAS IMPRECACIONES Y las advertencias sobre la agonía del dolarcentrismo provienen ahora de funcionarios financieros anglosajones que se parecen mucho a las bacantes de las tragedias griegas. Paul Craig Roberts, anterior secretario asistente del Tesoro con Reagan y editor asociado del ultraneoliberal The Wall Street Journal, diagnostica "el fin que viene de la superpotencia estadunidense" ("¿El último tango"?; Counterpunch; 1/3/05): "la economía en descenso de EU se encamina a una crisis. (...) Las aflicciones son serias y pueden ser fatales aun si son diagnosticadas y tratadas. EU ha perdido el poder de compra de su divisa y su habilidad de crear empleos para la clase media". Aborda la consabida diversificación de los bancos centrales mundiales y la pérdida tanto del valor intrínseco del billete verde como de su función de "reserva". Su análisis sobre la pérdida de empleos es demoledor: "el declive del dólar elevará las tasas de interés y los precios en general, con excepción de los empleos". Fustiga la propuesta de privatización del seguro social que costará 4.5 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón) -¡casi ocho veces el PIB de México y más de 13 por ciento del PIB planetario!- de empréstitos en los próximos 10 años: "EU no posee ahorros domésticos para absorber esta deuda y los extranjeros no prestarán tales sumas enormes a un país con una divisa en vías de colapsarse -en especial un país empantanado en un conflicto en Medio Oriente que acumula cientos de miles de millones de dólares en deuda de guerra". Arremete contra la globalización: "la elite venal de Washington, combinada con la mentalidad empresarial globalizada, han llevado los estándares crecientes de vida de EU a su epílogo, cuyos días como superpotencia están rápidamente llegando a su fin. Aislado por el unilateralismo de los neoconservadores que controlan la administración de Bush, EU no puede esperar simpatía alguna o ayuda de sus anteriores aliados y de los nuevos poderes emergentes".
LOS ANALISTAS SENSATOS se preparan al nuevo periodo de alza en las tasas de interés que provocará estragos en varios segmentos de la economía. Ed Hyman, mandamás de la firma Internacional de Inversiones Estratégicas (ISI, por sus siglas en inglés), considerado el mejor inversionista institucional de Wall Street durante los recientes 25 años, demuestra que cada apretón crediticio de la Reserva Federal ha provocado una crisis financiera: en 1970, crisis de Penn Central; 1974, Franklin National; 1980, First Penn/ Latinoamérica; 1984, Continental Illinois; 1987, Lunes Negro; 1990, crisis de "Ahorros y Préstamos"; 1994, México; 1997, Efectos dragón (Cuenca del Pacífico) y vodka (Rusia)/ LTCM; 2000, desplome del índice tecnológico Nasdaq.
EN UNA DESANGELADA aparición ante el Congreso, el mago malhadado Alan Greenspan, quien por fin se retira este año a sus 79 años de edad, advirtió sobre un "estancamiento económico para las próximas décadas" en caso de que no recorten los beneficios del seguro social y los seguros médicos (Medicare) que sugirió privatizar: "hay que sacrificar algo; necesitamos buscar un mejor modelo" (The Washington Post; 3/3/05). En su calidad de monetarista misántropo y oráculo de la cleptoplutocracia, Greenspan pretende quitar sus pensiones a los empleados para subsidiar el recorte de impuestos y los gastos del unilateralismo bélico que socavaron los ingresos del gobierno.
MARSHALL AUERBACK, muy cotizado en los círculos críticos del modelo dolarcéntrico, cita la profunda preocupación de tintes dramáticos de Paul Volcker, antecesor de Greenspan en la Reserva Federal: "debajo de la superficie favorable (de la economía) existen circunstancias tan peligrosas e intratables nunca vistas. (...) La economía crece sobre los ahorros de los pobres. (...) Un gran ajuste será inevitablemente necesario. (...) Estamos patinando sobre hielo cada vez más delgado" ("¿Las últimas órdenes del dólar estadunidense?"; Prudent Bear; 1/3/05). Y eso que a Volcker le había tocado la muy delicada situación económica de la estagnaflación de la década de los 70.
EN FORMA ATERRADORA, Auerback erige la posibilidad de que EU pueda "repudiar parte de su deuda", como hizo ya en dos ocasiones en el siglo pasado: en la década de los 30 con F. Roosevelt y en la de los 70 con Nixon. Auerback se encuentra preocupado por el anuncio del banco central de Corea del Sur en diversificar sus "reservas" de más de 200 mil millones de dólares (la cuarta reserva más importante de Asia) en detrimento del dólar estadunidense que sufrió su peor caída en un solo día en los pasados dos años. Asimismo, altos funcionarios de Japón y China han amagado diversificar sus enormes tenencias en dólares. Todos los bancos centrales de Asia acumulan "reservas" por 2.5 millones de millones de dólares, de los cuales China y Japón detentan 56 por ciento.
CHINA HA ADOPTADO en forma gradual mayor proporción de euros y el porcentaje de dólares en las "reservas" de Corea del Sur ha pasado de 80 por ciento a 55 por ciento en los dos años recientes, según Stephen Englander, de Barclays Capital Research.
PERORE LO QUE PERORE Greenspan, hoy pesa más la voluntad de los gobernadores de los bancos centrales asiáticos que la suya, en relación con el destino del dólar, que parece encontrarse en franca agonía y que solicita a gritos se le aplique la eutanasia financiera antes que arrastre a su tumba al planeta entero. Los consejos de los financieros bushianos se han confinado en alentar a los bancos centrales asiáticos a seguir comprando dólares porque, pese a todo, EU es el inigualable paraíso financiero de la Vía Láctea, por lo que han lanzado cómodamente la pelota al campo chino al cual presionan para revaluar el yuan, que mantiene una paridad fija con el billete verde, que al devaluarse abarata todavía más las mercancías del gigante asiático que se vuelve más imbatible, lo cual ha creado una adicción dual inextricable que ha funcionado hasta ahora, pero que en cualquier momento puede descarrilarse.
EN UN SONADO REPORTE del banco británico HSBC ("El sonido de la bomba de tiempo"; enero de 2005), Stephen King asevera que los bancos centrales asiáticos tendrían que duplicar el tamaño de sus reservas en dólares (llevarlas hasta 5 millones de millones de dólares, es decir, casi la mitad del PIB de EU y 15 por ciento del PIB planetario) para poder soportar el imparable déficit de cuenta corriente de EU, abultado todavía más por el servicio de su deuda externa. Pero, ¿con qué propósito desearían los bancos centrales asiáticos coleccionar más corcholatas inservibles, que se llaman dólares estadunidenses, y que, por el contrario, ya no saben cómo desprenderse de las que poseen?
EN UN BRILLANTE ANALISIS, Nouriel Roubini y Brad Setser (www. stern.nyu.edu/globalmacro; febrero 05) alertan que "si no es el 2005, será el 2006, cuando, a lo mucho" el sistema financiero internacional sea obligado a un "aterrizaje duro". Ken Henry, secretario del Tesoro de Australia, país que pertenece al circuito financiero anglosajón, y que no pocos analistas catalogan como el "Israel de la Cuenca del Pacífico", expresó su "temor de que EU se encamine a un desplome financiero devastador que puede destrozar el crecimiento económico de Australia" (News Max; 26/2/05). El funcionario australiano se preocupa de las reverberaciones que sufriría el planeta entero debido a la abrupta caída del dólar y a la venta precipitada de bonos estadunidenses, que provocarían la elevación de las tasas de interés en todo el mundo. Las inusuales imprecaciones parecen destinadas a advertir a China que "saldría perjudicada con el recorte de sus exportaciones manufactureras hacia EU", a juicio de Henry, quien agrega que la exportación de minerales a China se vería también afectada.
EL HOLANDES NOUT WELLINK, presidente del célebre Banco Internacional de Pagos con sede en Basilea (Suiza), conocido como el "banco central de los bancos centrales", durante una conferencia del pasado 26 de enero advirtió que el dólar se encontraba muy endeble debido a que el "potencial de riesgo en el mercado de divisas aumenta con cada dólar que es incrementado como reserva". Lo real es que el dólar se volvió un lastre, cuya factura impagable EU desea endosar al planeta que se ha empezado a rebelar. Como México no pertenece a este planeta, según los muy juiciosos neoliberales locales, debemos estar más tranquilos que nunca, porque Fox y su genial equipo financiero han asegurado que nuestra economía se encuentra blindada con su récord en "reservas" en dólares.
EL ECONOMISTA IRWIN STELZER resalta la mezcla explosiva de un descenso del dólar en sincronía con el alza del petróleo (Sunday Times; 27/2/05). Un clavo adicional al féretro que le prepara al dólar el mundo rebelado lo constituye el estudio titulado El papel del oro para la divisa común del Consejo de Cooperación del Golfo (los seis productores árabes de la OPEP en la re-gión del golfo encabezados por Arabia Saudita), realizado por Eckart Woertz, vicepresidente de CFC Securities, con sede en Dubai (Business Wire; 3/3/05), recomienda la compra de oro con sus dólares antes de que se pulverice: "el dólar es un hombre muerto caminando. Su deuda acumulada en las recientes décadas es demasiado elevada para poder ser pagada. Declarará su quiebra para abstenerse de pagar o inflará su valor a tal grado que no sea perjudicado cuando pague (la tesis de State Street, por medio del alza del petróleo se provoca una inflación deliberada de un mínimo de 7 por ciento que reduce la deuda a la mitad). (...) Los crecientes desequilibrios en las finanzas globales y la debilidad inherente de los modelos de crecimiento en el mundo que dependen de la continuación del déficit del gasto de EU son susceptibles de desencadenar una grave crisis de los sistemas de divisas en los años venideros". ¿Regresa de nuevo por la puerta de honor el oro agarrado de la mano con el petróleo y el gas?