Samuel Hernández y 278 ex marinos más se encuentran en la misma situación
"La Marina me estigmatizó; selló mis papeles de baja con la leyenda VIH+"
Ampliar la imagen "Con el poder de la familia se vence la homofobia", lema de la asociaci�OTO Yazm�Ortega Cort�
Samuel Hernández es uno de los más de 278 ex marinos seropositivos que se han visto afectados por las modificaciones a las leyes del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), propuestas por el presidente Vicente Fox y aprobadas por unanimidad en la Cámara de Diputados en diciembre de 2003. De acuerdo con estas reformas, el VIH/sida forma parte de una lista de 122 padecimientos que tardan en sanar más de seis meses y ameritan la baja inmediata del personal por considerar que es "inútil al servicio de las armas".
El denunciante ingresó a la Marina a los 21 años. Desde entonces se esforzó para alcanzar el grado de tercer maestre, equivalente a sargento segundo en el Ejército Mexicano. Fue diagnosticado seropositivo en 2003 y dado de baja por ese motivo el 28 de enero de 2004.
Al momento de ser despedido tenía 38 años de edad, percibía 5 mil 200 pesos mensuales y era el único sostén de su familia, conformada por su esposa y tres hijos. Samuel colabora ahora con una organización civil de lucha contra el sida, donde percibe un salario modesto, y su esposa, que también vive con VIH, vende golosinas afuera de las escuelas. Su hijo de 13 años trabaja por las tardes como cerillo en un centro comercial. Los ingresos de los tres suman apenas 3 mil pesos mensuales.
El ex marino dice estar muy decepcionado del gobierno foxista y de la institución en la que trabajó por más de 17 años: su familia quedó desprotegida y se le negó la posibilidad de volver a tener un trabajo formal, pues al ser dado de baja sus documentos fueron sellados con la leyenda "VIH +", lo que ha ocasionado que lo rechacen cuando intenta ingresar a algún empleo nuevo.
"Cuando voy a buscar trabajo me piden recomendaciones de mi último empleo, pero al ver los documentos se dan cuenta de que vivo con VIH y simplemente me niegan la oportunidad... es como si la Marina me hubiera dado una carta de mala conducta, por lo que me cierran las puertas".
Por saberse vulnerado en sus derechos, Samuel Hernández ha interpuesto una queja ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en la que denuncia violación a su derecho a la confidencialidad por habérsele sometido a la prueba del VIH sin su consentimiento o autorización previa. Además, dice haber recibido trato indigno por parte de compañeros, aunado a que a su esposa se le negó el derecho a la atención médica luego de haber estado programada para una operación urgente. La actuación del ISSFAM lo ha hecho blanco del estigma social y la discriminación.
Acuerdo contra la discriminación
Ante las presiones ejercidas por organizaciones civiles en defensa de los militares y marinos VIH positivos que han sido dados de baja, durante la Segunda Reunión Extraordinaria del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida), el pasado 23 de septiembre, se acordó conformar un equipo de trabajo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Salud y Conapred, para revisar la normatividad y, en su caso, proponer los cambios convenientes. Han pasado 164 días de aquel compromiso, ratificado por el presidente Vicente Fox, y hasta el momento no se ha integrado el equipo de trabajo.
Como respuesta a una de las quejas presentadas por otro marino VIH positivo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 49/2004 a la Secretaría de Marina, por someterlo -sin consentimiento informado- a la prueba de VIH y violar sus derechos a la protección de la salud.
El organismo recomienda a la dependencia investigar y fincar responsabilidades administrativas a quienes resulten responsables de atropellos a los derechos humanos, además de elaborar políticas que prevengan la repetición de estos actos atentatorios de la dignidad de la persona. La recomendación fue rechazada.
En su informe de labores 2004, el ombudsman nacional, José Luis Soberanes, hizo alusión, en presencia del Presidente de la República, al desacato de las instituciones castrenses a sus recomendaciones. "La arrogancia conduce al prejuicio y el arrogante considera estar muy por encima de quienes lo cuestionan", dijo.
A manera de respuesta, la Secretaría de Marina acusó al presidente de la CNDH, mediante un comunicado de prensa, de intentar poseer el "monopolio de la verdad", al tiempo que le asestó los calificativos de "arrogante y soberbio".
En entrevista, José Luis Soberanes manifestó su descontento por la forma en que la dependencia a cargo del almirante Marco Antonio Peyrot respondió a sus observaciones: "Me contestó de manera poco medida, insultándome, y eso no se vale en el marco del trato que debe haber entre las instituciones de este país. Pero independientemente de la forma en que he sido tratado, insistiré y usaré todos los foros para abordar este tema (VIH y discriminación en las Fuerzas Armadas) y lograr que en México los derechos humanos sean respetados y no meramente un enunciado acrítico".
El régimen de excepción
El ombudsman reiteró que el despido de militares o marinos seropositivos es discriminatorio. "No es valido estigmatizar a una persona por su enfermedad... estaríamos cayendo en prácticas eugenésicas, y éstas son violatorias de los derechos humanos." Pidió que las instituciones castrenses revisen sus leyes y las ajusten a "las tendencias mundiales" para luchar "porque todos seamos iguales en derechos y obligaciones". "Las Fuerzas Armadas viven en un régimen de excepción... y entre los defensores de derechos humanos preocupa este régimen", concluyó.