La medida, comparable con la cesión de Texas a EU, dice
Peligroso, que el PRI busque privatizar energéticos: Saxe
Académicos expertos en petróleo y geopolítica consideraron peligrosa y de consecuencias trágicas, la eventual posición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de abrir el sector energético a la inversión privada extranjera.
John Saxe Fernández, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que mientras las experiencias mundiales de privatización en diversos sectores, como en el caso de los energéticos, han demostrado un rotundo fracaso, en México continúan impertérritos en el afán privatizador.
El aparente vuelco que ha dado el PRI, dijo, en el sentido de abrir los candados que mantiene la Constitución en sus artículos 27 y 28, demuestra que los privatizadores dentro del tricolor y el Partido Acción Nacional están operando. ''Abrir Petróleos Mexicanos (Pemex) al sector privado extranjero es una medida comparable con la cesión de Texas a Estados Unidos'', refirió el académico.
Sin embargo, advirtió que deberán ponderar los costos que tendría una privatización parcial de Pemex, debido a que las finanzas públicas continúan gravitando en torno a los ingresos petroleros.
Ahora, añadió, toca a los ciudadanos reclamar a diputados y senadores rectificar su posición, porque es inaudito que haya una ausencia real del interés público por encima de los intereses privados.
Por su parte, Miguel García Reyes, también catedrático universitario, consideró trágico el hecho de que uno de los obstáculos que impedían la apertura del sector energético a la inversión privada era aparentemente el PRI, y ahora haya dado un vuelco en su postura nacionalista.
Aunque todavía no se conoce en qué forma se podría modificar el artículo 27 constitucional para que participe la iniciativa privada en la producción de petróleo, persiste el riesgo de que se acote la rectoría del Estado en un área estratégica.
García Reyes recordó que países que realizaron una apertura indiscriminada en el sector energético, como Rusia y Argentina, están regresando al antiguo modelo de control estatal, el cual ha demostrado ser más eficiente que el de la privatización.