Usted está aquí: martes 8 de marzo de 2005 Economía Se calienta la carrera para reducir los gases de invernadero

Se calienta la carrera para reducir los gases de invernadero

La eficiencia energética puede ser tan simple como apagar luces y calefacción en oficinas vacías

Myles Allen, de la Universidad de Oxford, científico participante en un estudio que ha demostrado que la Tierra podría sufrir un calentamiento del doble de lo previsto, sostiene: ''No llegaremos a la zona de peligro a la mitad de este siglo. Ya estamos en ella''

Economist Intelligence Unit/The Economist

Ampliar la imagen J�es japonesas sostienen una pancarta frente al Yasaka Shrine, en Tokio, el 16 de febero pasado, para celebrar la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto FOTO Reuters

Las tecnologías emergentes podrían suministrar la solución al problema del cambio climático, dijo George W. Bush durante su reciente visita a Europa.

Luego de reconocer el diferendo entre su gobierno y la Unión Europea respecto al Protocolo de Kyoto, relativo al cambio climático, bosquejó un plan basado en una mayor colaboración con investigadores europeos para reducir la cantidad de gases de invernadero arrojados a la atmósfera. Bush habló de ''tecnologías, como vehículos impulsados por hidrógeno, electricidad proveniente de fuentes renovables de energía, tecnologías limpias que fomentarán un crecimiento económico ambientalmente responsable.''

Pero ¿tenemos tiempo para esperar a que maduren las nuevas tecnologías?

Los científicos advierten que confiar en ellas para desarrollar la sustitución de combustibles fósiles podría ser un desperdicio de tiempo. Una conducta responsable para enfrentar el cambio climático sería limitar las emisiones de gases de invernadero a corto plazo. Si los científicos tienen razón, pronto será necesaria una acción más radical que cualquiera de las sugeridas hasta ahora.

Myles Allen, de la Universidad de Oxford, uno de los científicos participantes en un estudio reciente que ha demostrado que la Tierra podría sufrir un calentamiento del doble de lo previsto, sostiene: ''No llegaremos a la zona de peligro a la mitad de este siglo. Ya estamos en ella''.

Peter Challoner, de la Universidad de Southampton, va más allá: ''No es solamente que no podamos esperar estas nuevas tecnologías. El problema ha alcanzado tales dimensiones que necesitamos concebir soluciones radicales. He llegado a pensar que el embargo de carbón es la mejor respuesta''.

En su discurso ante los líderes europeos, Bush continuó una línea adoptada por Estados Unidos a partir de que rechazó el Protocolo de Kyoto, impulsado por la ONU. Paula Dobriansky, subsecretaria de Estado para asuntos internacionales, destacó los 5 mil mdd que Estados Unidos invierte anualmente en tecnología e investigación del cambio climático como prueba de que ese país se ocupa responsablemente del asunto. Las investigaciones abarcan usar hidrógeno como alternativa a la gasolina para los vehículos y en la generación de electricidad; la energía nuclear, el ''carbón limpio'' -o sea, reducir el carbón a hidrógeno y carbono con la finalidad de limpiar los gases generados por la combustión- y fuentes renovables de energía como la solar, la eólica y las mareas. Estados Unidos ya colabora con la Unión Europea en muchas de estas investigaciones, compartiendo conocimientos científicos e invirtiendo conjuntamente en el desarrollo de proyectos.

Durante décadas se ha hablado del hidrógeno como fuente de energía barata, pero los vehículos impulsados por hidrógeno están todavía en fase de prototipo y es una incógnita cómo producir y almacenar el hidrógeno a costo módico y sin producir gases de invernadero.

Muchas fuentes de energía renovables están en uso y su costo relativamente alto está disminuyendo, pero muchos proyectos requieren subsidio estatal.

''Las emisiones de carbono que se emiten actualmente estarán en la atmósfera durante más de un siglo'', afirma Stephen Schneider, de la Universidad de Stanford. Aun si dejáramos de quemar combustibles fósiles ahora mismo, los efectos del calentamiento global seguirán empeorando en los próximos 100 años. Este peligro latente indica que no podemos darnos el lujo de esperar, dicen los expertos.

La ONU sostiene que las reducciones obligatorias de las emisiones de dióxido de carbono son la única forma de asegurar un efecto inmediato. De acuerdo con este enfoque deberíamos privarnos de combustibles fósiles hasta que las tecnologías emergentes puedan sustituirlos.

Científicos ambientalistas afirman que existen los medios para bajar la dependencia de los combustibles fósiles y que las grandes empresas pueden tener un papel clave en esa reducción. Las ideas para restringir el uso de carburantes fósiles en la industria van de lo prosaico a lo absurdo. La eficiencia energética, que generaría ahorros en costos, puede ser tan simple como apagar las luces y la calefacción en las oficinas vacías y usar focos ahorradores de energía. Programas extensivos pueden producir resultados rápidos; luego de unos cuantos meses de regular su gasto de carbono, la cadena de tiendas Boots descubrió que podía ahorrar 2.5 mdd de su cuenta anual de energía, que asciende a 34.2 mdd.

Los procesos industriales pueden modificarse para disminuir las emisiones de gases de invernadero. Generar menos desperdicio beneficia al ambiente y produce ganancias.

Las compañías pueden también apoyar alternativas a los combustibles fósiles negociando con proveedores para obtener energía limpia de fuentes renovables, como plantas mixtas de energía. BT y HSBC han iniciado acuerdos de esta naturaleza.

Kofi Annan, secretario general de la ONU, ha hecho un llamado a las empresas para tomar la iniciativa: ''Las viejas industrias son reconvertidas o sustituidas por otras. Aun si hacemos a un lado el problema del cambio climático, la necesidad de ser más competitivos y menos contaminantes nos sugiere incrementar la eficiencia y la posibilidad de un futuro más limpio. Ya hay industrias pioneras que muestran el camino hacia la obtención de ganancias en forma ambientalmente sustentable''.

¿Por qué la actitidad humana es la causa?

Los gases de invernadero como el dióxido de carbono -subproducto de la combustión de combustibles fósiles- son los causantes del cambio climático porque absorben los rayos infrarrojos e impiden que se desvanezcan en el espacio. El efecto es un calentamiento de la superficie de la tierra que causa no sólo un aumento en las temperaturas globales, sino también un incremento de la impredecibilidad de las condiciones climáticas, lo cual provocará tormentas, sequías e inundaciones más frecuentes y feroces, mientras el derretimiento de los hielos haría aumentar el nivel de los mares. La opinión científica más generalizada es que el cambio climático causado por la actividad humana está ocurriendo ahora y se incrementará. Hace poco tiempo, científicos de Estados Unidos presentaron pruebas de que el calentamiento de los océanos podría ser causado exclusivamente por la actividad humana. Tim Barnett, responsable del proyecto, expresó: ''El debate sobre si existen señales de un calentamiento global puede darse por concluido, por lo menos para las personas racionales''.

Restringir el uso de carbono baja costos

Practicar la eficiencia energética para limitar el uso de carbono puede sonar poco estimulante, pero los beneficios en términos de disminución de costos debe-rían interesar igualmente a gerentes y accionistas. Los procedimientos pueden ser tan sencillos como apagar calefactores y luces, o tan complejos como instalar programas computacionales que calculen el uso de las flotillas empresariales para reducir al mínimo los viajes. Los equipos que economizan electricidad a largo plazo pueden costar un poco más, pero rinden frutos en en unos cuantos años. Entre las compañías que han ahorrado recursos mejorando su eficiencia en el uso de energía, según una investigación de Climate Group, se encuentran 3M, que ha ahorrado más de 200 mdd desde 1973; DuPont, que ha ahorrado 2 mil mdd; Deutsche Telekom, con ahorros de 13.3 mdd; STMicroelectronics, con ahorros de 900 mdd y BT, que ha ahorrado más de mil 330 mdd. Incluso las pequeñas compañías podrían rebajar 5% sus costos, aplicando unos cuantos de los procedimientos más sencillos.

El calor reciclado abriga a la comunidad

Las plantas gasoeléctricas y carboeléctricas producen enormes cantidades de calor; en las plantas convencionales este calor desaparece en la atmósfera. En lugar de ser tratado como un subproducto inconveniente, el calor derivado de la generación de energía podría utilizarse para calentar casas y negocios y para procesos industriales. ''Redes comunitarias de calentamiento'' establecidas en torno de estas plantas de energía podrían ser un beneficio para la economía local, además de reducir el dióxido de carbono. La mayoría de las versiones de plantas de calor y energía combinadas actualmente en operación pueden jactarse de haber reducido en un tercio sus emisiones de dióxido de carbono, en comparación con las plantas carboeléctricas, y en un décimo respecto de las gasoeléctricas. Como quiera que sea, las más nuevas tecnologías que llegan al mercado pueden, en algunos casos, reducir a la mitad la cantidad de dióxido de carbono que se genera. Al menos teóricamente, cualquier incremento en los costos de instalación de estas plantas puede amortizarse cobrando por el calor producido.

FUENTE: EIU/INFO-E

 
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