Felipe Quispe advierte que habrá toma de alcaldías; manifestaciones en favor del mandatario
Hoy discutirá el Congreso boliviano la renuncia de Mesa
Líderes opositores califican la dimisión de "jugada" política para sepultar a disidentes
Reitera el presidente que no está dispuesto a gobernar bajo el asedio de bloqueos y amenazas
Ampliar la imagen Habitantes de El Alto, a las afueras de La Paz, se manifestaron ayer convocados por su l�r Abel Mamani, horas despu�que el presidente Carlos Mesa pusiera a consideraci�el Congreso su retiro del cargo FOTO Reuters
La Paz, 7 de marzo. El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, presentó este lunes su renuncia al Congreso, aunque sin carácter de irrevocable, por lo que se estima que el Legislativo lo podría ratificar mañana en su puesto, al tiempo que acusó al líder opositor Evo Morales de la inestabilidad en el país y se pronunció contra la ley de hidrocarburos, que aumenta las regalías entregadas al país, el más pobre de Sudamérica.
"No puedo seguir gobernando asediado por un bloqueo nacional que estrangula al país, por ultimátums, huelgas, amenazas y acciones de hecho que no hacen otra cosa que destruir nuestro aparato productivo, nuestra confianza, nuestro futuro", argumentó Mesa en su carta al Legislativo, que convocó a una sesión mañana para tratar la dimisión del gobernante.
Sin embargo, el presidente del Congreso, Hormando Vaca, el primero en la cadena de sucesión de Mesa, manifestó su "impresión personal" de que la renuncia será rechazada.
En su carta, Mesa acusó de la inestabilidad política y social al diputado socialista Evo Morales, principal jefe opositor y motor de las protestas que provocaron la caída del presidente neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003.
También responsabilizó al líder vecinal de El Alto, Abel Mamani, de propiciar un estallido social al ordenar protestas para lograr la expulsión de la empresa Aguas del Illimani, filial del consorcio francés Suez Lyonaisse des Eaux. En esa zona continúan los bloqueos carreteros.
En momentos en que en la Cámara de Diputados se encuentra trabado un proyecto de ley petrolera de corte nacionalista defendido por el Movimiento al Socialismo (MAS) al cual pertenece Morales, y que las petroleras califican de "confiscatorio", Mesa se pronunció en contra.
"No puedo, en conciencia, avalar propuestas legislativas que afecten nuestra sociedad y la hagan interdicta ante la comunidad internacional", afirmó en su carta.
Morales, por su parte, respondió a las acusaciones destacando que "nadie está pidiendo su dimisión (...) esa carta de renuncia es solamente para amedrentar, intimidar, sentirse víctima y, sobre todo, es una renuncia que manda para que no se apruebe la ley de hidrocarburos.
"Vamos a seguir movilizando al pueblo boliviano hasta que la ley se aprueba con 50 por ciento de regalías, para tener 700 millones de dólares disponibles para que Mesa atienda las demandas de salud y educación", dijo Morales, quien consideró que el mandatario tiene "odio racial, él es de sangre española, seguramente tiene todo el derecho de defender al colonialismo interno".
A su vez, el líder de los campesinos aymaras y quechuas Felipe Quispe calificó a Mesa de "servil de las trasnacionales" petroleras y advirtió que si es ratificado, "vamos a tomar los puestos militares, policiales, las subprefecturas y las alcaldías".
En tanto, continuaron las protestas al tiempo que también se desarrollaban expresiones de apoyo a Mesa, quien dijo en su carta que mantiene su compromiso de diálogo y de negarse a enviar tropas para levantar los bloqueos carreteros.
Las fuerzas armadas manifestaron su subordinación al presidente mientras, con la Iglesia católica y la independiente Asamblea de los Derechos Humanos a la cabeza, diversas instituciones comenzaban a esbozar una tregua social. En este sentido, 18 bloqueos en el camino a Sucre, la capital del país, fueron levantados por sindicatos agrarios, y otros se levantaron de manera parcial cerca de Santa Cruz.
"Mesa no se va, Mesa no se va", gritaban miles de personas que se congregaron hoy en la Plaza Murillo, frente al palacio presidencial, mientras en distintas localidades se realizaban movilizaciones para respaldar al jefe de Estado, un periodista e historiador que apenas tiene un año y cinco meses en el gobierno, y goza de 60 por ciento de popularidad.
"El es un hombre inteligente y honesto, tiene que seguir porque de lo contrario no sé lo que pasará en Bolivia", dijo uno de los manifestantes que, como gran parte de los bolivianos, lo considera distinto a los políticos tradicionales.
El poderoso Comité Pro Santa Cruz, que agrupa a organizaciones empresariales de esa región, también se declaró en favor de la continuidad del presidente.
En cambio, otros criticaron la renuncia, que para algunos analistas es una "jugada política" para lograr "la sepultura" de Evo Morales. "Es maricón, que levante su renuncia y siga hasta el final", consideró Jaime Solares, secretario ejecutivo de la otrora poderosa Central Obrera Boliviana.