Parón a derechos de la mujer en este sexenio
ANGELES CRUZ MARTINEZ
Los avances en la defensa de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres se detuvieron en este sexenio. En algunos casos ha habido retrocesos motivados por el conservadurismo que cada vez tiene mayor incidencia en las políticas públicas, así como por el modelo económico vigente, el cual favorece muy poco el bienestar de la población femenina.
Las evidencias están a la vista: según información oficial, en 2003 se redujo la participación de las mujeres en la actividad económica. La tendencia creciente que había registrado desde 1970, cuando era de 17.6 por ciento y llegó a 36.4 por ciento en 2000, bajó tres años después para situarse en 35.3 por ciento.
Además de que prevalecen las plazas poco calificadas y mal remuneradas para este sector, se observa la discriminación salarial con respecto a ingresos de los hombres, así como una tasa de desempleo que las afecta a ellas en mayor medida. Un informe del gobierno federal señala que luego de 1995, cuando la desocupación de las mujeres llegó a un nivel máximo de 5 por ciento, en 2000 se logró reducir hasta 1.8 por ciento. Sin embargo, en 2003 la tasa de desempleo fue 2.3 por ciento, un nivel casi igual al de 1999, cuando este porcentaje se ubicó en 2.2 por ciento.
El documento resalta que la disparidad en oportunidades educativas y sociales se traduce en desigualdades que afectan de manera más acentuada a la mujer, y esto se refleja en índices de pobreza más agudos para ellas.
En tanto, el número de mujeres en edad productiva (de 15 a 59 años) aumenta progresivamente. Entre 1970 y 2000 pasó de 46.5 por ciento a 60 por ciento, y para 2003 la cifra llegó a 32.2 millones de personas. Las estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) señalan que en 2005 sumarán 33.4 millones de mujeres en este grupo de edad, lo que se traducirá en fuertes presiones sobre la educación superior, el mercado laboral, el sistema de salud y las bases de financiamiento de la seguridad social del país.
Así, la celebración del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, y el 30 aniversario de la primera Conferencia Internacional de la Mujer efectuada en México en 1975, encuentra a la mitad de la población femenina mexicana entre la crisis económica y el doble discurso gubernamental que, por un lado, habla de la defensa y el empoderamiento de las mujeres, y por el otro frena los programas y el cumplimiento de los compromisos internacionales.
Pilar Muriedas, directora de Salud Integral para la Mujer (Sipam), afirma que en el gobierno foxista se introdujo el conservadurismo y un manejo ideológico que ha frenado el avance que el movimiento feminista había logrado en los sexenios anteriores para el ejercicio pleno de los derechos humanos, sexuales y reproductivos.
Con base en las estadísticas presentadas en diciembre por el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, las organizaciones civiles se enteraron de que la tasa de natalidad en el país aumentó en una décima de punto porcentual, lo cual significa, dijo Muriedas, que el gobierno no garantiza el acceso a métodos anticonceptivos; por tanto, tampoco el derecho de las parejas a decidir sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.
La activista recordó que en las conferencias internacionales de Población y Desarrollo de 1994 y de la Mujer en 1995 el gobierno mexicano suscribió los compromisos para garantizar la equidad y desarrollo de ese sector de la sociedad. A partir de ahí se reformaron programas y leyes, los cuales, de manera paulatina, se concretarían en acciones en favor de las mujeres. No obstante, ahora "tenemos que estar insistiendo y presionando para que se avance en el cumplimiento de los acuerdos y batallar con toda la cancha que se le abrió a las posturas ideológicas conservadoras".
Basta mencionar, indicó, los cinco años que pasaron para que se modificara la Norma Oficial Mexicana sobre los servicios de planificación familiar y se incorporara la anticoncepción de emergencia y el condón femenino a los esquemas para evitar los embarazos no deseados.
Otro ejemplo de las maniobras ideológicas del gobierno foxista se encuentra en el programa Arranque Parejo en la Vida (APV). En la Conferencia de Población de El Cairo (1994) los países acordaron promover acciones integrales de salud materna y reproductiva, y de hecho así se hizo en el último sexenio priísta. A la llegada del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República, con APV se retomó sólo la parte de la salud materno-infantil. Es importante, pero tendría que acompañarse de actividades relacionadas con la salud sexual y reproductiva; por ejemplo, la promoción de los anticonceptivos, resaltó Muriedas.
Desde el Comité Interinstitucional de Salud Reproductiva, creado también en la gestión anterior, se han logrado algunos avances, como la elaboración de un manual dirigido al personal de salud para asegurar la realización de abortos legales en los casos previstos por la ley, como es en todo el país, cuando el embarazo es resultado de una violación.
Así, dijo la directora de Sipam, "por un lado caminamos y por otro nos quieren frenar". Otro caso es el Instituto Nacional de las Mujeres (INM). Su creación fue resultado del impulso de un grupo de mujeres de diferentes partidos y posiciones ideológicas. El objetivo era lograr la transversalidad de las acciones públicas e institucionalizar la perspectiva de género.
En el caso, el gobierno dio entrada a las posiciones conservadoras y ahora resulta que el instituto, a cargo de Patricia Espinosa, "nos quiere dar gusto al movimiento feminista, pero también a la derecha", de tal suerte que el INM carece de presencia política en la toma de decisión del gabinete y, por tanto, sus iniciativas no tienen el impacto necesario para lograr los cambios en favor de las mujeres.
Para Elena Alvarez Bernal, secretaria ejecutiva del INM, "hemos caminado buenos trechos en el objetivo de lograr la igualdad de oportunidades para las mujeres y la equidad en las obligaciones, pero todavía falta mucho". Un pequeño número de ellas tiene acceso a la educación, participa en actividades económicas y políticas, pero la mayoría sigue marginada, sin servicios básicos, de salud ni educación, y tampoco han logrado la igualdad en su vida familiar.
En entrevista, la funcionaria admitió que prevalece la discriminación y la violencia en las zonas rurales y urbanas, aunque en estas últimas el problema es más visible, porque con una mayor preparación académica las mujeres tienen más seguridad para pedir ayuda y tratar de salir de esa situación.
Siempre desde una perspectiva de protección y preservación de la unidad familiar, Alvarez Bernal señaló la necesidad de "atender a los varones" y sumarlos al cambio de cultura para que acepten que ya no son la autoridad máxima y tienen que compartir el poder, los derechos y obligaciones con las mujeres; es decir, formar familias democráticas.
Mientras eso ocurre, resaltó, existe el riesgo de un mayor sufrimiento de las mujeres y de un desequilibrio en la sociedad, el cual se refleja en el aumento en el número de divorcios. Sólo en el Distrito Federal las separaciones se incrementan 10 por ciento cada año. Y es que ahora las mujeres "quieren tener un hijo como sea y no tratar con un hombre con el que no se siente a gusto, que quiere seguir dominando o que no tiene empleo".
Respecto al trabajo del INM, Alvarez Bernal admitió que existen alrededor de 30 iniciativas de reforma a la Ley Federal del Trabajo detenidas en la Cámara de Diputados, las cuales, se supone, serán retomadas en el proyecto de reforma integral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Está, entre otros, el planteamiento para que existan horarios laborales flexibles para las mujeres, que les permitan cuidar a sus hijos y, en su caso, propiciar la maternidad.
Alvarez Bernal también se refirió a la propuesta del INM para reformar la Ley del Seguro Social, a fin de que las cuotas del seguro de maternidad sean absorbidas por la sociedad en su conjunto y no por los empresarios como ocurre actualmente. De esa manera los patrones no tendrían reparo en contratar mujeres, inclusive si están embarazadas o son madres de familia.
Y es que para la secretaria ejecutiva del INM "la maternidad es la reproducción de la sociedad y todos la debemos proteger". Sobre el aborto opinó que se ha generado un falso debate, porque con los adelantos en la ciencia médica las interrupciones de los embarazos ya ocurren "sólo en casos de ignorancia". Tendrán que desaparecer y al gobierno le corresponde poner la información al alcance de todas las personas para que actúen conforme a sus creencias y valores personales
Enseguida matizó: "el gobierno tiene que proteger la vida, porque si no la sociedad se destruye. No habría ninguna ley que pudiera mantener a la sociedad si permite que todo mundo se mate a cualquier edad".