Rechazan senadores del tricolor acuerdos de la asamblea
Lo ocurrido en Puebla significa un ''corrimiento del PRI a la derecha''
La gran mayoría de los senadores priístas rechazaron y condenaron los acuerdos de la 19 Asamblea Nacional de su partido, advirtieron que no aceptan mandato alguno para privatizar los recursos energéticos y advirtieron que serán ellos y no el presidente del tricolor, Roberto Madrazo, quienes decidan sobre las iniciativas pendientes en esa cámara, entre ellas la reforma eléctrica y el régimen fiscal de Pemex.
Lo ocurrido en Puebla significa ''un corrimiento del PRI a la derecha'', lo que traerá resultados electorales desfavorables para ese partido y es además muy grave para el país'', advirtió Dulce María Sauri; su compañera Yolanda Eugenia González recalcó que la 18 Asamblea priísta fue de discusión y la 19 de imposición.
A excepción de la senadora tabasqueña Georgina Trujillo -una de las operadoras de Madrazo-, quien defendió lo ocurrido en Tehuacán el pasado fin de semana, en que se modificó el capítulo de energía del programa de acción del PRI, todos los demás legisladores criticaron lo ocurrido en esa reunión.
Manuel Bartlett, quien coordinó al grupo de senadores que acudió a la mesa de trabajo de Tehuacán, recalcó la falta de democracia que ahí imperó, la manipulación de la asamblea para impedir incluso la discusión, los muchos que votaron sin ser delegados y el haber aprobado un nuevo texto en materia de energía ambiguo, poco claro, que de inmediato fue aprovechado por el secretario de Gobernación, Santiago Creel, y por la derecha, para plantear que cuentan con el tricolor para la privatización de Pemex.
Bartlett recalcó que Roberto Madrazo es responsable de esa confusión, por haber propiciado que se aprobara un nuevo texto que no menciona privatización alguna, pero elimina toda referencia al artículo 27 constitucional en materia de energéticos, para así quedar bien con los sectores trasnacionales que pretenden apoderarse de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Sin embargo, recalcó, no hay ningún mandato en los documentos básicos del PRI que nos obligue a avalar privatización alguna.
Oscar Cantón Zetina advirtió por su parte que el PRI no puede actuar como comparsa del PAN. ''Debemos tener cuidado porque esa confusión y ambigüedad no beneficia al partido y, por el contrario, lo desdibuja ideológicamente.''
Georgina Trujillo trató de refutar a Bartlett y a los demás legisladores que repudiaron lo acontecido en Puebla. Fue una asamblea limpia, dijo, pero Dulce María Sauri le respondió que no había sido así.
La yucateca mostró las diferencias entre la 18 y la 19 asamblea de su partido. En la primera hubo 12 mil delegados, 40 tribunas en seis plazas diferentes, mientras que en la segunda sólo 6 mil delegados en cuatro tribunas. En la 18 asamblea, recalcó Sauri, se invirtieron tres días para discutir la redacción de los predictámenes ahí mismo, las mesas directivas fueron elegidas y, por supuesto, había delegados con gafetes infalsificables, algo muy distinto a lo que ocurrió en la 19 asamblea. Además, dijo, los resolutivos de la misma, sobre todo los referidos al sector energético, significan ''un corrimiento del PRI a la derecha y eso no es lo que quieren los priístas''. Ello, insistió, tendrá resultados electorales sumamente desfavorables para el tricolor y consecuencias graves para el país.
Sauri pidió a los senadores no contribuir a la confusión. ''Somos el último reducto de certidumbre política del país'', por ello, dijo, de ninguna manera debemos hacernos eco de los planteamientos del PAN y del gobierno para aprobar las reformas constitucionales que llevarían a la privatización de Pemex y el sector eléctrico.
Su propuesta tuvo eco y sólo tres de los más de 50 senadores ahí reunidos reconocieron que irán por el camino de la apertura a los energéticos. Uno de ellos, el empresario Alejandro Gutiérrez, señaló que él está en favor de que haya inversión privada en Pemex y CFE, pero sólo nacional, ya que permitir que entren empresas extranjeras sería desnacionalizar.