Putin celebra la "aniquilación del terrorista" y pretende condecorar a los ejecutores
Muere el líder checheno Masjadov en operativo del servicio secreto ruso
Fue delatado por un colaborador; el conflicto armado podría entrar a una fase más cruenta
Ampliar la imagen Imagen del l�r checheno Aslan Masjadov, asesinado ayer FOTO Reuters
Moscu, 8 de marzo. El líder checheno, Aslan Masjadov, figura más representativa del sector moderado del separatismo en esta devastada república norcaucásica, murió este martes durante un operativo realizado por unidades especiales del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB).
Así lo reportó esta noche, de acuerdo con las imágenes difundidas por la televisión oficial, el titular del FSB, el general Nikolai Patrushev, al presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien celebró la "aniquilación de este terrorista internacional", como se denominaba en el lenguaje oficial ruso al presidente checheno que el Kremlin desconoció en 1999.
En Chechenia "hay todavía mucho trabajo. Tenemos que redoblar esfuerzos para proteger de los bandidos a la población (chechena) y de toda Rusia", señaló el mandatario ruso.
Masjadov, tras cinco años y medio de coordinar desde la clandestinidad a las fuerzas rebeldes cuando el conflicto armado en Chechenia entró en su actual fase de guerra de guerrillas, cayó por la delación de un cercano colaborador suyo que, detenido en días recientes por los servicios secretos de Rusia, reveló el sitio preciso de su escondite en el poblado checheno de Tolstoi-Yurt.
Tomado por asalto el lugar a primera hora de esta mañana, Masjadov habría muerto por una bala perdida de uno de sus guardaespaldas, según confió Ramzan Kadyrov, viceprimer ministro del gobierno pro-ruso, tras lamentar que no fuera posible capturar vivo al dirigente separatista, meta que este hijo del asesinado gobernante impuesto por Moscú en Chechenia, Ahmad Kadyrov, había prometido cumplir como venganza personal.
Ramzan Kadyrov, cuya temible guardia pretoriana es responsabilizada por grupos de derechos humanos rusos y extranjeros de practicar desapariciones masivas y otras formas de represión contra la población civil en Chechenia, restó espectacularidad a la versión de los hechos ofrecida por Patrushev.
El director del FSB dio a entender, al omitir los detalles, que los servicios secretos rusos mataron a Masjadov durante un operativo cuyo único objetivo era el de "ejecutar a este terrorista internacional y jefe de las bandas armadas" chechenas.
"Nadie quería eliminar físicamente a Masjadov", insistió Kadyrov al canal local NTV casi al tiempo que, a través de la televisión oficial, el presidente Putin hacía pública su intención de "condecorar a todos los participantes en el brillante operativo".
Frustran acción "intimidatoria"
Horas después, el vocero del FSB para la región del Cáucaso del Norte, el general Ilia Shabalkin, atribuyó la muerte de Masjadov a un despliegue oportuno de los servicios secretos rusos que permitió "abortar la acción intimidatoria que planeaban realizar hoy los terroristas en la región de Tolstoi-Yurt".
Según Shabalkin, Masjadov habría ordenado atacar con morteros la sede del gobierno pro-ruso en Grozny, la capital de la república, para "provocar pánico, atemorizar a la población y desestabilizar la situación en Chechenia y en toda la región del Cáucaso del Norte.
El cadáver del líder checheno fue ya identificado plenamente y no queda ninguna duda de su muerte, la cual en opinión de su representante personal en Europa, Ahmed Zakayev, "sólo va a complicar la situación, por cuanto Masjadov era partidario de evitar que el conflicto se extendiera y hasta el último momento planteó al Kremlin la necesidad de alcanzar una solución de paz".
Para Zakayev, asilado en Gran Bretaña, la muerte de Masjadov "fortalecerá las posiciones de quienes sostienen que carece de sentido negociar con Moscú", en alusión a Shamil Basayev, el jefe militar del sector más radical del separatismo checheno.
Basayev, en su momento, asumió la responsabilidad por la toma masiva de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y en la escuela de Beslán, así como el atentado que segó la vida de Ahmad Kadyrov y los ataques suicidas en diferentes ciudades de Rusia.
Apenas el viernes pasado, en una entrevista al canal de televisión qatarí Al Jazeera, Masjadov volvió a proponer un diálogo de paz, que el Kremlin rechazó como todas sus iniciativas anteriores en ese sentido.
Afirmó entonces que bastaría una entrevista suya de media hora con el presidente Putin para detener el conflicto armado en Chechenia, que ya entró en su sexto año, porque "para iniciar el diálogo sólo hace falta ponerse de acuerdo sobre los siguientes puntos: para Chechenia, garantizar la seguridad de su pueblo, y para Rusia, proteger sus intereses regionales y de defensa en el Cáucaso del Norte".
Pero Masjadov dejó de ser interlocutor válido para el Kremlin -y desde entonces engrosó las filas del "terrorismo internacional"-, cuando el antiguo mufti o líder religioso de Chechenia, Ahmad Kadyrov, se cambió de bando y Moscú apostó por chechenizar el conflicto al imponerlo como gobernante subordinado a sus intereses.
Con la muerte del líder separatista moderado no termina, ni con mucho, el conflicto armado en Chechenia, que incluso podría entrar en una fase aún más cruenta al quedar, frente a frente, Shamil Basayev y Ramzan Kadyrov, quienes desde posiciones antagónicas coinciden en hacer de la violencia su único argumento.