Coinciden expertos que participan en el coloquio sobre el autor de Libro de los pasajes
Walter Benjamin, vigente ''por no respetar los límites de la filosofía''
El tránsito entre diferentes áreas del conocimiento, uno de sus rasgos: Bolle
Por ser un escritor que siempre mantiene cierto misterio, se le puede comparar con un poeta, evaluó Menninghaus
Ampliar la imagen Willi Bolle, Uwe Steiner y Winfried Menninghaus, especialistas en la vida y obra de Walter Benjamin, conferenciantes en el coloquio que ayer culmin�siones en la UNAM FOTO Marco Pel�
Walter Benjamin fue un intelectual que no respetó los límites de la filosofía y por ello su obra se mantiene vigente tanto en Europa como en América Latina, coinciden los investigadores alemanes Winfried Menninghaus, Uwe Steiner y Willi Bolle, quienes participan en el coloquio Walter Benjamin: topografías de la modernidad que comenzó ayer.
En este encuentro internacional, organizado por las universidades Nacional Autónoma de México e Iberoamericana, así como el Instituto Goethe, se analizará la obra de Benjamin desde distintas perspectivas: arte, literatura, lenguaje, política, teología y urbanismo, vertientes que justifican por qué es difícil clasificarlo sólo como filósofo.
Walter Benjamin no es parte de la filosofía como tal, expresa Menninghaus. ''La materia de la filosofía tiene su propia tradición, tiene metafísica, ética y estética, pero hay algunos autores que no respetan esas limitaciones y eso se puede decir de él. Fue ante todo un hombre de letras y cae entre los diferentes casilleros. Esto se aplica sólo para espíritus de altos vuelos".
Con Benjamin (Berlín, 1892) ocurre un fenómeno singular: rara vez su nombre se encuentra en el rubro de la filosofía o la historiografía, dos de las ramas de las que se ocupó, aunque es posible encontrarlo en arquitectura o literatura. ''Lo que lo caracteriza es el tránsito entre las diferentes áreas y eso es lo que lo hace tan interesante y por lo que vale la pena leerlo una y otra vez", señala Bolle, de la Universidad de Sao Paulo.
Si bien lo que resalta en sus datos biográficos, a veces más que su obra intelectual, es que se suicidó en 1940 cuando huía de los nazis, esta circunstancia debe ser entendida dentro de un proceso particular. Ese trasfondo histórico también tiene vigencia, porque ''se enmarca en un intento del presente alemán de recuperar parte de su propia historia. Su suicidio es un aspecto de identificación como parte de una historia de sufrimiento personal, tras la cual hay una historia de sufrimiento colectivo", dice a su vez el investigador Uwe Steiner, de la Rice University de Houston.
Búsqueda de una metamorfosis
El autor de La obra de arte en la era de la reproducción mecánica y del Libro de los pasajes es uno de los que se ve menos afectado por las modas, las fluctuaciones de la teoría, y existe un interés constante por su trabajo. Cada 10 años surge un interés nuevo, por ejemplo, en los años 90 se le consideraba el protopensador de la deconstrucción, pero actualmente la tendencia es hacia la búsqueda de una nueva metamorfosis, subraya Menninghaus, quien participó en la sesión de este martes con la ponencia Walter Benjamin y su búsqueda de vestigios en el campo del ''mal gusto".
''Lo especial de Benjamin es que siempre hay algo nuevo para buscar y encontrar. Al respecto, se le puede comparar con un poeta porque es un autor que siempre mantiene cierto misterio'', añade.
Uwe Steiner ofrece hoy la conferencia El ''inconveniente romántico". Arte, política y religión en la teoría de la modernidad de Walter Benjamin y, el jueves, Willi Bolle participará con la ponencia Metrópoli y mega-urbe: histoire croisée. Las sesiones comienzan a las 10 horas en el aula Martin Buber de la Universidad Iberoamericana.