Durante su visita a México, contradice los reportes que su propia oficina emitió
Rice ofrece combatir la caza de migrantes
Elogia "logros y progresos" en la lucha contra el narco, derechos humanos y seguridad
Ampliar la imagen La secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice, y el presidente Vicente Fox, en Los Pinos FOTO Jes�llaseca
Suavizado el duro gesto que la caracteriza, la secretaria de Estado del gobierno de George W. Bush, Condoleezza Rice, advirtió que su país no tolerará las "acciones extralegales" de los grupos cazainmigrantes, y elogió los "logros y progresos" de México en lucha antinarco, derechos humanos, seguridad fronteriza y democracia, durante un acto con la prensa en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
En menos de siete horas, la jefa de la diplomacia en Washington llegó a esta capital, visitó al presidente Vicente Fox en Los Pinos, sostuvo un encuentro relámpago con su homólogo Luis Ernesto Derbez, respondió cuatro preguntas frente a más de un centenar de periodistas, almorzó con empresarios e intelectuales, presenció la firma de microcréditos, se entrevistó con personal de la embajada estadunidense y volvió a su avión, que despegó puntual a las 17 horas.
Detrás de las expresiones conciliadoras y los cumplidos al gobierno mexicano, y de la sonrisa satisfecha de Derbez, siempre solícito a su lado, quedaron las fricciones y sinsabores de la relación bilateral, que hizo que esta misma semana el Presidente se irritara por las críticas "vergonzosas" contra su gobierno lanzadas por funcionarios estadunidenses, y advirtiera que "se equivocan muchísimo, porque no necesitamos ni de presiones ni de amenazas".
En un mes el Departamento de Estado emitió dos informes, uno que expresa su preocupación por el "deplorable clima" de los derechos humanos, y otro en el que destaca que México sigue siendo el principal paso de entrada de cocaína hacia el norte y productor número uno de mariguana y metanfetaminas para los estadunidenses. La CIA advirtió sobre los riesgos de inestabilidad política de cara a los comicios de 2006, y el mismo departamento encabezado por Rice lanzó una "advertencia a los viajeros" sobre los peligros de violencia en la frontera norte.
Los funcionarios mexicanos reaccionaron airados a cada uno de estos puntos, pero este jueves todo se olvidó -al menos durante siete horas- frente a la diplomacia de terciopelo que Rice desplegó en su primera visita a América Latina, con la que intentó atemperar el impacto de los señalamientos de la administración Bush.
Prevista como una gira para ultimar detalles de la visita oficial que hará Fox a Texas el próximo 23 de marzo -donde los presidentes de Estados Unidos, Bush, y el primer ministro de Canadá, Paul Martin, plantearán la necesidad de reforzar lo que llaman la "seguridad energética" en el contexto de una comunidad económica norteamericana-, Rice vino con tres temas prioritarios en la agenda: seguridad fronteriza, comercio y democracia.
Fue recibida por un canciller empeñado en obtener algún avance en el estancado tema de la migración y una declaración clara de la diplomática contra las crecientes amenazas de grupos cazainmigrantes en la frontera norte. También por un candidato a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el mismo Derbez, preocupado por no generar la mínima irritación que empañe su campaña por el liderazgo hemisférico.
Derbez, trascendió, pidió expresamente, y obtuvo, la declaración de Rice contra los cazainmigrantes y algo más: un par de expresiones amables de una de las figuras más duras de la administración Bush, una funcionaria con la que el canciller tuvo en el pasado más de un encuentro difícil cuando ésta fue consejera de Seguridad Nacional y ambos abordaron el tema de la ocupación militar en Irak.
Jitomates contra el halcón hembra
A lo largo de la jornada un pequeño grupo de activistas altermundistas y pacifistas siguió los pasos de Rice con el propósito de hacerle ver sus mantas de "No a la guerra" y que escuchara sus gritos de "¡Fuera!" y "Condoleezza, asesina, tú eres la terrorista!" Después de una infructuosa cacería que se inició en el aeropuerto, los activistas se apostaron frente a la torre de Tlatelolco a esperar la salida de la secretaria de Estado.
Cuando la hilera de vehículos negros pasó frente a los manifestantes, éstos lanzaron jitomates a la funcionaria, considerada uno de los halcones en el gabinete de Bush. Pero los proyectiles, sin mucha fuerza y mal tino, apenas lograron estrellarse en los pies de los agentes del Estado Mayor Presidencial.
Tres minutos antes de las 11 de la mañana el avión de Rice aterrizó en la ciudad de México. Puntual, la secretaria y su comitiva cumplieron una cita protocolaria a Fox en Los Pinos. Veinte minutos después de cerrar la puerta para la reunión bilateral, ésta se volvió a abrir.
La caravana llegó a Tlatelolco y cumplió con el mismo rigor un breve encuentro bilateral Rice-Derbez y una reunión de trabajo entre comitivas. Por los estadunidenses estuvieron el embajador Anthony Garza; el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega; el director del área, Tom Shannon; el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher; la directora de Asuntos Consulares (con el portafolio de los 51 mexicanos condenados a muerte, cuyos procesos serán revisados por una resolución de la Corte Internacional de Justicia), Maura Hadrick, y el asesor Jim Wilkinson. Por la parte mexicana acudieron el embajador en Estados Unidos, Carlos de Icaza; los subsecretarios Miguel Hakim y Jerónimo Gutiérrez; el director para América del Norte, Juan Bosco, y el vocero Alan Nahúm.
Hugo Chávez, en la agenda del diálogo
Entre los temas abordados figuró una de las obsesiones de Rice y Noriega: el interés por dañar los lazos latinoamericanos con el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Se trata de una discusión bilateral iniciada durante la última gira de Derbez a Washington. El gobierno mexicano sostiene que el aislamiento de Caracas en el contexto regional es un error que puede afectar el consenso hemisférico sobre los valores democráticos.
También se tocaron los temas de la crisis en Bolivia -en el que ambas partes concordaron en la necesidad de fortalecer al gobierno de Carlos Mesa-, el retiro de Washington del protocolo jurisdiccional de la Convención de Viena y migración.
De los asuntos latentes que no fueron abordados, según se dijo, figura el del voto de México en la próxima asamblea de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra respecto a Cuba, tema delicado para Derbez, que se ha declarado en favor de la abstención, pero que podría convertirse en moneda de cambio frente a su elección en la OEA.
Acto seguido, Rice compareció 27 minutos ante más de un centenar de periodistas. Cuatro reporteros tuvieron oportunidad de hacer preguntas. La funcionaria dijo ante la prensa, tanto en el área de conferencias de la SRE como en el avión durante el vuelo desde Washington, que "ha habido grandes progresos" en la cooperación en materia de seguridad fronteriza; que México "ha sido un muy buen socio" en el combate al narcotráfico en el contexto de su legislación, "lo que se aprecia", y celebró que este país sea una democracia, lo cual "no le da derecho a Estados Unidos" a intervenir aquí.
Es decir, Rice contradijo el contenido de dos amplios informes emitidos por la oficina que ella conduce. El 28 de febrero, el reporte anual del Departamento de Estado sobre Derechos Humanos aseguró que el "clima deplorable" al respecto en México "preocupa seriamente" a Washington; que en zonas como Guerrero, Chiapas y Oaxaca persisten "serios problemas", y en los cerca de 3 mil secuestros ocurridos el año anterior "hubo casos en los que participó la policía".
Para atenuar el impacto de este reporte, Rice expresó ayer en México: "Tenemos que presentar estos reportes por ley. Son instrumentos importantes para rastrear problemas, pero también se toma nota de los avances y tendencias positivas".
Sobre el "aviso a viajeros" que emitió el Departamento de Estado el 26 de enero, para advertir sobre riesgos de violencia en la frontera norte, Rice explicó: "Pese a ello hemos hecho grandes progresos, en particular después del 11 de septiembre, ya que hemos visto el problema bajo una nueva luz, incluyendo nueva tecnología, mejor capacitación y más cooperación". Añadió, sin embargo, que "cuando algo nos preocupe, como cuando emitimos la advertencia de viaje, tenemos una obligación y seguiremos actuando del mismo modo. No se trata de señalar a nadie, sino de lograr mayor seguridad para los ciudadanos de los dos países en ambos lados".
Respecto a la advertencia de la CIA sobre el riesgo de inestabilidad en las elecciones, dijo: "México es una democracia y Estados Unidos no tiene derecho a inmiscuirse en sus asuntos políticos".
En Washington, mientras tanto, la vocera sustituta de Boucher en el Departamento de Estado señaló -a pregunta de La Jornada- que el tema del proceso de desafuero contra el jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, no sería abordado por Rice en su gira, pese a que Bruce Ackerman, académico de la Universidad de Yale, calificó este juicio de aberración legal. "Ese es un tema interno", expresó la vocera.
-Pero Estados Unidos sí intervino en Ucrania -replicó el reportero.
-Son situaciones que no tienen punto de comparación.
Sobre la amenaza de los cazainmigrantes en la frontera, la diplomática aseguró que su gobierno "no perdonará ninguna acción extralegal de esos grupos ni apoya esas actividades". Añadió: "Aunque no podemos interferir con las actividades de todos los ciudadanos, pueden estar seguros de que si violan la ley, serán llamados a cuentas".
Finalmente, explicó que Estados Unidos acatará, como se ha anunciado, una resolución de la Corte Internacional de Justicia para reabrir los procesos de 51 mexicanos sentenciados a la pena de muerte por no haber recibido asistencia consular en tiempo y forma, pese al anuncio de que Estados Unidos se retira de un protocolo jurisdiccional de la misma corte.
Rice aseguró que esta medida no significa que su gobierno denuncie la Convención de Viena ni desconozca sus obligaciones ante la Corte Internacional de Justicia sino, únicamente, que se retira de un protocolo opcional, que obliga a los países firmantes a que la CIJ tenga la última palabra en controversias sobre la violación del pacto. Recordó que sólo una tercera parte de los países firmantes reconocen este pacto opcional. En los próximos meses Rice realizará varias actividades relacionadas con Latinoamérica.