Se teme una mayor confrontación con el ejército ruso
Abdul Halim sucede a Masjadov en la cúpula separatista chechena
Moscu, 10 de marzo. En lugar de un ex coronel del ejército soviético que se pronunció en favor de la independencia de Chechenia desde posiciones políticas moderadas como fue Aslan Masjadov, muerto en circunstancias no del todo esclarecidas, los separatistas de esta república norcaucásica tienen a partir de este jueves un nuevo líder 18 años más joven, Abdul Halim Saidulayev, que profesa el wahabismo, una de las ramas más radicales del Islam.
Su nombramiento formaliza el relevo generacional en la cúpula separatista y conlleva también un presumible cambio de acentos en su estrategia de guerra de guerrillas hacia una mayor confrontación con el ejército ruso y el clan Kadyrov, ahora aliado de Moscú en Chechenia, lo que parece cancelar por un tiempo la búsqueda de una solución negociada al conflicto como planteaba Masjadov.
Originario de Argún, poblado al este de Grozny, la capital chechena, Saidulayev tiene 35 años y, obseso con las reglas que le han permitido sobrevivir en la clandestinidad, se cuentan leyendas sobre su aversión a ser fotografiado.
Quizá por ello Taus Dzhabrailov, presidente del Consejo de Estado de Chechenia, subordinado a Moscú, llegó a decir hoy del sucesor de Masjadov: "No conozco a nadie que se llame Abdul Halim Saidulayev y, si realmente existe, seguramente es sólo un títere de (Shamil) Basayev (el jefe militar más radical)".
En cambio el mufti designado por las actuales autoridades de Chechenia, Ahmad-Hadji Shamayev, sí sabe perfectamente quién es Saidulayev. Entre otras cosas, lo acusa de ser la persona que, en calidad de presidente del tribunal de la sharia de los escisionistas, extendía la autorización expresa para matar civiles que trabajaban para el régimen checheno impuesto por el Kremlin.
"Los separatistas escogieron como nuevo líder al extremista número uno de Chechenia", concluyó el mufti Shamayev y recordó que Saidulayev es uno de los principales promotores de la idea de establecer un Estado wahabita en la región del Cáucaso del Norte.
Precisamente el apego de Saidulayev a esta corriente del Islam, originada en Arabia Saudita y enfrentada con la oficial que se practica en Chechenia, hizo que el Servicio Federal de Seguridad (FSB, el antiguo KGB) filtrara anoche a algunos medios de comunicación locales que el sucesor de Masjadov era extranjero, "un ciudadano saudí", lo cual debería apuntalar su tesis de la vinculación de los separatistas con el "terrorismo internacional".
Varios emisarios de los independentistas chechenos en Europa se encargaron de desmentir la especie y, al mismo tiempo, trataron de restar importancia al radicalismo del nuevo líder, asegurando que Saidulayev "era una de las personas más cercanas" a Masjadov.
Esto último denota preocupación en los sectores separatistas moderados de que los antecedentes wahabitas del nuevo líder pudieran cerrar puertas en algunas capitales, por lo que es muy probable que Shamil Basayev siga asumiendo la responsabilidad por los atentados más cruentos.
En tanto, las autoridades rusas todavía no han ofrecido una versión precisa de las circunstancias en que murió Masjadov. La información oficial, hasta ahora, está plagada de contradicciones y, por poner un ejemplo, el supuesto uso de explosivos no se corresponde con las imágenes del cadáver transmitidas por la televisión local.
El diputado de la Duma por Chechenia, Ruslan Yamadayev, dio a conocer hoy que Vahid Murdashev, antiguo colaborador del líder separatista, fue quien reveló a los servicios secretos rusos el escondite de Masjadov en Tolstoi-Yurt.
A pesar de ello, circulan intensos rumores de que Masjadov pudo haber sido ejecutado en otro lugar y varios días antes de la fecha en que se anunció su muerte.
Lo único cierto es que, aun muerto Masjadov, las autoridades rusas siguen luchando contra él al negarse a entregar sus restos a los familiares para que le den musulmana sepultura.
Para ello se invoca el artículo 16 de la Ley Antiterrorista, según el cual las autoridades "determinan el lugar del entierro de un terrorista muerto durante una acción terrorista, sin entregar el cadáver a sus familiares y sin decirles el lugar".
La viuda de Masjadov y sus dos hijos pidieron este jueves a "los líderes de la comunidad internacional", a través de una carta abierta, que intercedan ante el gobierno ruso para que les entregue el cadáver de su esposo y padre, ya que "ningún tribunal lo condenó por terrorista" y tampoco "murió durante una acción terrorista", condiciones que establece la citada ley para negar ese derecho a los familiares.