El saxofonista ayudó a crear el be-bop, estilo moderno de este género musical
Charlie Parker, autodestructivo héroe del jazz, vigente a 50 años de muerto
Rompiendo la tradición
Tormento interior
Ampliar la imagen Charlie Parker FOTO AFP
Nueva York, 10 de marzo. El saxofonista Charlie Parker, que ayudó a crear el be-bop, estilo moderno del jazz, fue también el primer héroe de este género: un famoso genio autodestructivo que murió el 12 de marzo de 1955 con sólo 34 años de edad.
Mucho antes de su muerte, hastiado por una vida de lucha contra la bebida y la heroína, Parker podía vanagloriarse de ser uno de los innovadores más importantes de la historia del jazz, uno de los pocos que cambiaron para siempre el rumbo de la música.
Su agitada vida personal, asociada a su búsqueda para encontrarle un nuevo sonido al jazz, lo convirtió en un gran símbolo del artista moderno batallando contra sus propios demonios y las convenciones artísticas de la época.
Hijo único nacido en agosto de 1920, Parker creció en Kansas City y comenzó a tocar el saxofón a los 13 años, colándose entre los viejos músicos en un tiempo en que esa ciudad era uno de los puntos calientes del jazz de Estados Unidos.
En 1939, Parker llegó a Nueva York, y fue allí que por su propia cuenta se aburrió de tocar las tradicionales "dulces" armonías que estaban establecidas como esenciales en el jazz.
"Me paso pensando que hay una frontera que lleva hacia algo diferente", dijo Parker. "A veces la puedo escuchar, pero no puedo tocarla".
Un día, en un concierto improvisado de jazz, Parker se encontró rompiendo la tradición e improvisando sobre las notas altas de los acordes de una canción, un cambio de técnica que disparó la revolución del be-bop.
En un comienzo la música sonó áspera, pero a medida que el estilo se fue refinando -gracias a otro gran innovador del be-bop, el trompetista Dizzy Gillespie- su complejo sonido y velocidad frenética se convirtieron en el nuevo estandarte del jazz moderno.
Parker y Gillespie llevaron el be-bop a Hollywood en un largo acuerdo con un local nocturno en diciembre de 1945, complicándole la vida a los músicos más veteranos pero abriendo los oídos de las nuevas generaciones.
A mediados de 1946, Parker estaba en un hospital de California, donde permaneció un largo período luchando contra sus problemas nerviosos y su adicción al alcohol y la heroína.
Pero al año siguiente, Parker -apodado Bird porque amaba a los pájaros- ya estaba de nuevo en Nueva York, y hacia 1951 su nombre era muy conocido.
Composiciones como Ko-KO o Scrapple from the apple y sus filosas improvisaciones realizadas a la velocidad de un rayo colaboraron para introducir la modernidad al jazz, un género artístico que ya había influencido otras artes como la pintura, casi medio siglo antes.
En sus solos con el saxofón, agregaba trocitos de Bizet y Prokofiev, y le rendía tributo a Stravinsky. Soñaba con colaborar con el compositor francés Edgar Varese -cosa que nunca sucedió- y hasta discutió de música con Jean Paul Sartre.
Los Parker, con una minuciosidad poco frecuente, trataron de grabar cada nota que tocó, y sus actuaciones son aún estudiadas como maravillas de la armonía musical y de la inprovisación de la melodía, como un nuevo sonido revolucionario que capturó el espíritu de una nueva era.
Pero no todos aprobaban la música de Parker. Es el caso del poeta británico Philip Larkin, uno de los críticos de jazz más agudos de su tiempo, que acusaba a Parker, como a Picasso, de introducir "lo feo" al arte moderno.
Pero la posición de Larkin era minoritaria entre sus pares. Consultado sobre la historia del jazz, el legendario trompetista Miles Davies dijo que se podía resumir en sólo cuatro palabras: "Louis Armstrong, Charlie Parker".
A medida que la música de Parker ganaba cada vez más adeptos, en parte debido a un experimento comercial en el que tocó con una orquesta de cuerdas, él mismo no parecía poder controlar su tormento interior.
Muchas veces se desmayaba en el escenario, y sólo se despertaba cuando era el tiempo de tocar su solo. En 1951, la policía antinarcóticos de Nueva York revocó su permiso para actuar, prohibiéndole de hecho tocar en clubes nocturnos.
Con poco trabajo, Parker continuó descendiendo a sus infiernos: en 1954 trató de suicidarse dos veces, por lo que más adelante ese mismo año se autoconfinó en un hospital psiquiátrico.
Su última actuación fue el 5 de marzo de 1955 en un local neoyorquino rebautizado Birdland en su honor: murió una semana después, y la leyenda indica que el doctor que lo atendió pensaba que estaba ante un hombre de 60 años de edad.