La comunidad musulmana condena la matanza
La reacción de la sociedad española tras el 11-M es motivo de elogios por su civilidad y cordura, y se ha convertido en ejemplo a seguir en el mundo. A pesar del cariz musulmán de los responsables de los atentados, los creyentes del Islam residentes en España no han sido objeto de persecuciones ni discriminaciones por la población, que comprendió que los responsables son grupos minoritarios y fanáticos.
Las consecuencias en España de los atentados de Madrid son la antítesis de lo ocurrido en Estados Unidos luego del 11 de septiembre de 2001. Mientras en la primera potencia mundial proliferaron los ataques y las descalificaciones contra el colectivo musulmán, en el país ibérico, donde viven 11 millones de musulmanes, hubo si acaso algunos hechos aislados que fueron condenados de inmediato por el propio gobierno, del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y por la mayoría de la opinión pública.
El Ejecutivo español encabezó una estrategia para fomentar la convivencia pacífica entre las personas de credos distintos, con especial énfasis en los de confesión musulmana y sus líderes espirituales.
El imán de la mezquita de Madrid, Cheij Moneir, expuso ante 2 mil fieles que asistieron a un rezo especial para rendir un homenaje a las víctimas que "Dios nos encomendó a la pacífica convivencia".
Agregó: "Islam quiere decir paz, y todas las religiones se ponen de acuerdo en el respeto de la ética y la moral. La paz debe ser con los demás y con uno mismo, por eso se rechaza también el suicidio. Todo acto contra la vida proviene del pesimismo y por eso lo rechazamos".
Armando G. Tejeda, Corresponsal