La comunidad científica ignorará esa decisión, afirma el investigador Reynaud Garza
Responde a intereses políticos la prohibición de la clonación humana
Los países desarollados no van a detener sus investigaciones, porque han comprendido su potencial en la salud y en lo económico, aseguró el especialista en fisiología molecular de la UNAM
El desarrollo de investigaciones con células troncales embrionarias no sólo representa un parteaguas para la ciencia moderna, donde se vislumbra un potencial "incalculable" para beneficiar la salud humana, también ofrece la posibilidad de "conocer cómo se generan los procesos que permiten la vida y controlar el origen de diversas enfermedades crónicas y degenerativas que hoy nos afectan", aseguró Enrique Reynaud Garza, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El especialista en genética del desarrollo y fisiología molecular agregó que la declaración presentada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la que recomienda prohibir la clonación humana, "no debe ser considerada como una medida de cohersión al trabajo científico, ya que no es vinculatoria para los países miembros. Lo que resulta más importante es que la comunidad científica internacional simplemente la ignorará, pues obedece más a intereses de política internacional que al desarrollo y aplicación de este tipo de técnicas científicas".
Reacción tardía del Estado
El problema, aseguró, es cuando las instituciones del Estado reaccionan "demasiado tarde ante nuevos campos científicos que tendrán un impacto enorme en la salud de las personas, pero también en el terreno económico". Agregó que los países más avanzados en la materia "no van a detener sus investigaciones, porque han comprendido su potencialidad para la salud, pero también como factor económico, situación en la que México aún se encuentra muy rezagado".
Destacó que la actual polarización en el debate sobre las investigaciones científicas con células troncales embrionarias obedece más a la "resistencia de instituciones conservadoras como la Iglesia católica, que a un interés por preservar la vida, pues no se trata de utilizar seres humanos, sino un conjunto de células del tamaño de la cabeza de un alfiler que no cuentan con un sistema nervioso central, es decir, no se destruyen seres humanos; al contrario, se busca conocer cuáles son los mecanismos de desarrollo de las células que permitan garantizar una mejor calidad de vida para las personas que ya existen".
En México, afirmó, aún no existen investigaciones en las que se utilicen células troncales embrionarias humanas, como ocurre en Inglaterra o Estados Unidos, donde ya se investiga su capacidad para regenerar el tejido humano y con ello curar diversas enfermedades degenerativas, por lo que indicó que, de prohibirse este tipo de técnicas científicas, "no sólo estaríamos en desventaja con los países que más aplican este conocimiento, también perderíamos una gran oportunidad de participar en el avance del saber científico y con ello marginarnos de sus beneficios para la salud humana".
Reynaud Garza aseguró que la sociedad debe estar informada sobre la postura mayoritaria de la comunidad científica, en la que se establece claramente que "se debe apoyar la clonación terapéutica ante el beneficio potencial que representa para la humanidad, mientras la clonación con fines reproductivos aún debe ser discutida y analizada, pues existe el falso temor de que se crearán seres humanos idénticos y perfectos, cuando en realidad estamos muy lejos de lograrlo".