EL GRAN NEGOCIO DE LAS PEQUEÑAS EMPRESAS |
14 de marzo de 2005 |
La
Agencia para el Desarrollo de la Pequeña Empresa, entidad
pública de
Estados Unidos, ha creado en medio siglo de existencia una amplia gama
de apoyos a las pequeñas y medianas empresas, que van desde
guiarlas a
pedir un crédito hasta conseguir un contrato como proveedoras
del
gobierno.
Ronald
Buchanan
Con un presupuesto sumamente modesto en términos del tamaño de la economía de Estados Unidos de poco más de 800 millones de dólares al año, la Agencia para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (en inglés, Small Business Administration o SBA) tiene un portafolio de préstamos que asciende a más de 45 mil millones de dólares. La SBA otorga garantías por casi 12 mil millones de dólares anuales, en préstamos otorgados por la banca comercial en un programa en que el crédito promedio es de 240 mil dólares. Otros 2 mil 500 millones de dólares se canalizan por medio de corporaciones sin fines de lucro establecidas para el desarrollo de sus respectivas comunidades. Para las empresas calificadas de tamaño "micro" también hay préstamos concedidos mediante organizaciones no gubernamentales por casi 35 millones de dólares, y que alcanzan los 35 mil dólares cada uno. En casos de desastre existe un programa especial que otorgó más de mil 100 millones de dólares después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. EMPUJAR DESDE LA
MINORIA Héctor Barreto, director de la SBA, ha sentido en carne propia las dificultades que enfrentan las Pymes en Estados Unidos, sobre todo cuando sus dueños provienen de las minorías. También es emblemático de una comunidad latina cada vez políticamente más bipartidista. Desde joven, Barreto ayudó en el negocio familiar. Su padre, de origen jalisciense, había abierto un restaurante, México Lindo, en Kansas City, Misuri, en los años 60. Entonces se consideraba de alto riesgo el negocio de vender comida mexicana en una región del Estados Unidos "profundo" pero, con el tiempo, México Lindo se volvió una cadena de tres establecimientos y Barreto padre lanzó luego un negocio de construcción. También le interesaba la política y en 1979 ofreció su ayuda para la campaña presidencial de Jimmy Carter. Eran tiempos en que los demócratas tenían el voto latino asegurado, y la oferta de Barreto padre fue rechazada. Más tarde la campaña de Ronald Reagan buscó su ayuda y Barreto padre llegó a ser miembro del equipo de transición del presidente electo y a tener amistad con la familia Bush. Astilla de tal palo, Héctor Barreto hijo ya había sido nombrado administrador de la SBA en 2001 después de haber pronunciado un discurso en favor de George W. Bush en la Convención Republicana. Mientras ayudaba con los negocios de su padre, el joven Barreto ganó un título universitario en administración de empresas. Llegó a ser gerente regional de la cervecera Miller antes de lanzar pequeños negocios propios de servicios financieros y pensiones para empleados, y fue vicepresidente de la cámara que su padre había fundado. Barreto se reúne a diario con pequeños empresarios y las organizaciones que los representan. "Los pequeños negocios desempeñan un papel vital al crear oportunidades para millones de estadunidenses", dice § RB
Sin embargo, el dinero dista mucho de ser todo lo que ofrece la SBA. En más de 50 años de servicio a las Pymes estadunidenses ha desarrollado una amplia gama de servicios. Más de mil centros de desarrollo empresarial con sedes en universidades de todo el país ofrecen asistencia práctica en asuntos como la presentación de solicitudes de préstamos y la tramitación de permisos. Un pequeño ejército de 10 mil 500 ejecutivos todos voluntarios hacen lo mismo en persona o por Internet. Unos 90 centros empresariales ofrecen mentores y ayuda práctica a mujeres que quieren formar un negocio propio. Un instituto empresarial en línea (e-Business Institute) ofrece cursos y asesoría a empresarios y a los que aspiran a serlo. Junto con el Departamento de Comercio y el Eximbank (equivalente al Banco Mexicano de Comercio Exterior) unos 20 centros de la SBA prestan ayuda a productores en la búsqueda de mercados de exportación y los informa acerca de los requisitos que necesitan cumplir. Cada año el gobierno federal de Estados Unidos hace adquisiciones por 200 mil millones de dólares, cifra que lo convierte en el comprador más grande del mundo. Por decreto del Congreso, la SBA tiene que asistir a las Pymes para conseguir 23 por ciento de ese apetitoso pastel. Para asegurar que se cumpla con esa meta, el director de la SBA, Héctor Barreto, ha introducido un programa de tianguis de negocios (Business Matchmaking, en inglés) en que pequeños empresarios tienen la oportunidad de reunirse con representantes no sólo de agencias gubernamentales, sino de compañías de gran tamaño, como Lockheed o General Motors. "Es un esfuerzo para sacar las adquisiciones gubernamentales del Beltway [la autopista que rodea las grandes oficinas federales en Washington] y traerlas a las calles", expresa Barreto. Algunos de los programas de la SBA, sin embargo, han sido duramente criticados. Nydia Velázquez, congresista demócrata, dice que mil 700 millones de dólares que supuestamente se prestaron a negocios pequeños terminaron en las arcas de grandes corporaciones. La SBA está de acuerdo, pero no con la cantidad, la cual calcula en mil millones. El problema, afirma, es que algunos empresarios se han pasado de listos. La SBA define una Pyme según el sector en que se encuentra, pero el criterio no rebasa a los 500 empleados o 30 millones de dólares facturados al año. Siempre según la SBA, ha habido empresas que reúnen dichos requisitos que después son absorbidas por corporaciones más grandes. Como el sistema se basa en gran parte en la confianza mutua, sin revisiones rigurosas, algunas empresas piden nuevos préstamos sometiendo la misma información, cuando en realidad ya son divisiones de compañías grandes. Más grave para muchos es que algunos pequeños empresarios se sienten marginados de los programas de la SBA. Las quejas son particularmente frecuentes entre los latinos y los asiáticos, muchos de los cuales alegan que, por falta de habilidad en el idioma inglés o de conocimiento de la cultura empresarial de Estados Unidos, temen ser o son rechazados. Algunos dicen que ni siquiera sabían de la existencia de la SBA. ¿Qué es la SBA? Fuente:
www.sba.gov
En justicia, hay que decir también que algunas de las historias de éxito más impactantes de la SBA provienen de las comunidades latina y asiática. Los funcionarios de la SBA han admitido que el número de préstamos a empresarios de origen asiático en Nueva York, por ejemplo, ha decaído en los últimos años, precisamente cuando dicha comunidad ha abierto más negocios. La respuesta ha sido una nueva iniciativa en que funcionarios de la SBA han visitado decenas de organizaciones asiáticas con material publicitario que ellas traducen a sus propios idiomas para difundirlo en la comunidad. Campañas propagandísticas por el estilo han funcionado en el pasado con mujeres y afroestadunidenses, entre otros § |