Usted está aquí: lunes 14 de marzo de 2005 Mundo En el aire, la posición mexicana respecto de una resolución sobre Cuba en la ONU

Hoy inician los trabajos de la 61 sesión de la Comisión de Derechos Humanos

En el aire, la posición mexicana respecto de una resolución sobre Cuba en la ONU

México, entre los países que no han cumplido recomendaciones de la instancia mundial

KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen En imagen de archivo, mexicanos poco antes de cruzar hacia Estados Unidos. El tema migratorio est�ntre las prioridades de M�co en la Comisi�e Derechos Humanos de la ONU FOTO J Guadalupe P�z

Ginebra, 13 de marzo. México, en la 61 Comisión de Derechos Humanos (CDH) que abre trabajos este lunes, no tendrá un papel de bajo perfil. Deberá adelantar la temática propagandista de cancillería que presenta al gobierno como respetuoso de sus acuerdos internacionales y promotor de iniciativas internacionales -el mecanismo de respeto a los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo es una de varias- y al mismo tiempo encabezar a los 18 países del Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac) del cual fue elegido coordinador.

De su éxito como negociador podría recibir del Grulac y de la comisión, su elección a presidente de la 62 sesión, que de acuerdo con el sistema rotatorio geográfico recaería en la región en 2006.

No es la primera vez que México coordina el Grulac en la comisión, lo hizo en 2002; hoy como ayer, seleccionado porque "cuenta con los recursos políticos, financieros y humanos" para la ardua labor de negociador. La subsecretaria de asuntos multilaterales y derechos humanos, Patricia Olamendi, preside la delegación mexicana.

México, sin embargo, estaría entre los "más de la mitad de miembros de la comisión" identificados como violadores de derechos (según análisis de Human Rights Watch); las preocupaciones de la comunidad defensora se evidenciaron por los años 80 y las demandas al gobierno para que respetara y promoviera el conjunto de los derechos de la Carta Universal llegaron al lenguaje diplomático de numerosas delegaciones gubernamentales de occidente en 1994 a raíz de la insurrección zapatista que reveló al mundo la situación de explotación de los indígenas y otros compatriotas.

Violación a la doctrina Estrada

Pero ha maniobrado con estrategias directas. Con el nuevo milenio, México se ha posicionado en todas las temáticas (indígenas, migrantes, infantes, desarrollo, educación, discapacitados, etc.), busca alianzas benéficas al tiempo que se ha desligado de otros compromisos que le eran incómodos, quizá por ello, a pesar de las demandas de la sociedad civil, nunca ha sido condenado. En México aseguran que ha violado la tradicional doctrina Estrada y otros le recriminan haber pasado de defensor a acusador de Cuba.

Su voto en la comisión en favor de la resolución de condena a Cuba que promueve anualmente Estados Unidos -vía algún país aliado- ha pasado del contra a la abstención y, desde la 58 comisión, en 2002, en favor.

Es prematuro referirse al voto de este año. Aunque en México y muchos países sobre todo latinoamericanos ha comenzado la campaña en favor de la isla y se hace pública la demanda al gobierno de Vicente Fox para que detenga la nueva maniobra de la agresividad anticubana de la administración de Bush.

En la misión mexicana el embajador José Luis de Alva se refirió a que por ahora no circula texto de resolución condenatoria a Cuba y que no será hasta entonces, si eventualmente la hay, que se verá la postura.

Pero de antes, ya en la mira de casos temáticos como aquellos sobre la tortura, ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, y la independencia de magistrados y abogados. Los relatores especiales que -no sin dificultades- lograron la invitación de venir a México tuvieron con las autoridades grandes diferendos y disputas. En parte se resolvieron gracias al acuerdo de cooperación técnica con la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la apertura de su representación en el D.F.

La comisión ha visto la diferencia. Y ante la sorpresa general pasó a la defensiva y obtuvo el reconocimiento al extender una invitación permanente a todos los mecanismos de protección de derechos humanos, prepara planes de promoción de derechos, ingresa artículos en la jurisprudencia, prepara sesudos informes sobre sus responsabilidades ante las convenciones internacionales.

A pesar de ello, los mecanismos promotores de derechos humanos y ONG no lo han olvidado. Aquellos que han realizado misiones de trabajo en el país insisten en que México ejecute con precisión las recomendaciones de remedio a los males encontrados. Así se tiene aún un abultado portafolio de pendientes con los relatores especiales sobre la cuestión de la tortura (1997), efectos nocivos para el goce de los derechos humanos en el traslado y vertimiento ilícitos de productos y desechos tóxicos y peligrosos (1998), sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias (1999), sobre la venta de niños, prostitución infantil y la utilización de infantes en la pornografía (1997), sobre la independencia de magistrados y abogados (2001), migrantes (2001) vivienda adecuada (2002), sobre los derechos humanos y las garantías fundamentales de los indígenas (2003) así como con el representante especial del secretario general de la ONU para las personas internas desplazadas (2002) y el grupo de trabajo sobre la detención arbitraria (2003).

Y a la lista se le añade la serie de recomendaciones preliminares expuestas en México por la relatora especial sobre la violencia contra la mujer que finalmente realizó su misión del 21 al 25 de febrero pasado y a las cuales s referirá durante su informe a la comisión, el texto final es para 2006.

Este año, como en el anterior, las "prioridades" de la delegación de México ante la comisión serán: avanzar en la resolución que será el fundamento de una futura convención internacional sobre los derechos humanos de los discapacitados (en negociación desde 2002), migrantes indígenas y su "nueva lucha": la protección de los derechos humanos en el combate al terrorismo a la que dedica su tiempo desde 2003, dijo a La Jornada el embajador De Alva.

Se apresta, como el año anterior, a promover políticas contra la impunidad, en favor de la protección a las personas de ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias, para evitar la desaparición forzada de personas y avanzar en la elaboración de un instrumento universal jurídicamente vinculante.

Inicialmente México concuerda con muchos países en favor de la reforma de la comisión, con membresía universal, foro independiente del Ecosoc y métodos de trabajo eficientes que le permitan la gestión adecuada de las seis semanas de trabajos y un diálogo interactivo más fructífero con los mecanismos temáticos en derechos humanos. Aún más, la reforma debe encontrar un sistema más adecuado al análisis de las situaciones de los derechos humanos en el mundo para que la selección de países preocupantes deje de estar politizada, según declaraciones del diplomático.

De Alva aseguró que la reforma de la ONU y de la comisión será el tema principal y acaparará el tiempo en pasillos y reuniones paralelas; México forma parte del grupo de amigos para propuestas de reforma y la región se ha destacado con iniciativas propias de mecanismos concretos y organismos regionales respetables.

 
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