Se elevaría el debate político si pasara a los campus
Reivindica De la Fuente la universidad apartidista
"Jamás debe plegarse" esa institución a dogma alguno
La condición para que el debate político en México se eleve es que tenga lugar en las universidades y no en los medios de comunicación o en los partidos; sin embargo, los centros de educación superior no pueden ni deben ser instituciones militantes ni plegarse a los dogmas y las doctrinas o intereses políticos en boga, menos aún a las leyes económicas que ejercen una enorme influencia sobre la vida en todos los países, opinó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente.
Por su parte, los rectores José Morales Orozco, de la Universidad Iberoamericana (Uia), y Luis Mier y Terán, de la Autónoma Metropolitana (UAM), coincidieron en que ante el momento actual, los fundamentalismos políticos y religiosos "propios de esta era de polarizaciones de toda índole" constituyen una amenaza para la libertad de la universidad, por lo que es necesaria una ética dentro de los poderes y tecnologías, no al lado o fuera de donde se toman las decisiones.
Conferencista en el coloquio La universidad de México, hoy y mañana, realizado en la Ibero, De la Fuente reconoció que hace política desde la universidad: educativa, científica, cultural y académica, pero no partidista. "Nunca he militado en un partido. No está en mi itinerario hacerlo", advirtió.
Explicó que la UNAM "por supuesto que invita a participar a los partidos", pero a exponer programas, platicar con los estudiantes y profesores, debatir con ellos, pero siempre con respeto a la autonomía. "No se metan con los asuntos internos de la universidad", demandó.
"Y si eso lo logramos el año entrante, que va a ser difícil -éste está medio aceleradito-, entonces qué bueno, porque también sería un error decir a los partidos, a los candidatos: 'no, no vengan'. ¡No, hombre, vengan, pero con respeto! Expongan sus tesis ante la comunidad universitaria", añadió en la sesión de preguntas y respuestas.
"Mucho se va a elevar el debate político en México si los partidos y los candidatos vienen a las universidades, no nada más a la UNAM. No hay que cerrar las puertas a eso. México necesita que el debate político se eleve. Todos estamos ya saturados de lugares comunes o descalificaciones", prosiguió.
Antes, en su ponencia, el ex secretario de Salud advirtió que la academia sigue siendo razón de ser y pilar de la sociedad, lo que resulta de particular importancia debido a que, explicó, como consecuencia de diversas influencias y presiones sociales, económicas, políticas, la universidad está en riesgo de perder la brújula, de tomar una orientación diferente, "y correría entonces, a mi juicio, el grave riesgo de desnaturalizarse".
Para mantener su función primordial, tiene que mantener los elementos primordiales para el desarrollo de la academia, la libertad, la autonomía y la independencia. Sin ellos no puede florecer, expresó De la Fuente. Por ello, el rector subrayó que debe ser "insensatamente independiente" so pena de perder su calidad de conciencia crítica de la sociedad.
Un Estado democrático, expuso más adelante, reconoce que es saludable para el desarrollo social que haya instituciones autónomas, críticas, y que viven en buena medida del subsidio federal. "Cuando el Estado no respeta con escrúpulo las tareas de la universidad, entonces viola y violenta la autonomía". La clave radica, dijo, en un respeto recíproco fincado en la observancia del estado de derecho. Y sentenció: "Una política pública que subordine la educación al mercado es equivocada".
Por su parte, José Morales Orozco, de la Uia, advirtió que los fundamentalismos políticos o religiosos, "muy propios de esta época de polarizaciones de toda índole", constituyen una amenaza para la libertad de la universidad, que tampoco puede sustraerse a las fuerzas del mercado, lo que pone en riesgo la autonomía y las libertades de investigación y cátedra.
Advirtió que la universidad debe hablar, hacer y formar para contribuir a transformar las formas actuales de poder, de suerte que éste sea guiado por la ética hacia el encuentro con las necesidades humanas y sociales, consciente de la globalización que moldea ya a la sociedad desde dentro.
A su vez, Mier y Terán, de la UAM, opinó que en estos días de vértigo, de promesas entrelazadas con temores, no hay más alternativa que "volver a pensar de forma crítica, y sostener el compromiso de permitir el pensamiento y la libertad incondicional de la universidad".