La importancia de llamarse... Mia Farrow
Mia Farrow realizó sus primeros estudios en un convento de Inglaterra. De regreso en California, decidió ser actriz y debutó en Broadway, en 1963, en una puesta en escena de La importancia de llamarse Ernesto. Al año siguiente trabajó en una telenovela llamada Peyton Place, que la convirtió en ídolo juvenil.
Después de estar casada durante dos años con Frank Sinatra (de 1966 a 1968), inició de lleno su carrera cinematográfica. Aunque ya había realizado pequeños papeles desde 1959, fue en 1968 cuando hizo su primer trabajo importante, en la cinta de horror El bebé de Rosemary, bajo la dirección del polaco Roman Polanski. A eso le siguieron otros éxitos en cine y televisión, e hizo películas con directores tan destacados como Joseph Losey, Claude Chabrol, Jack Clayton y Robert Altman.
En 1982 hizo su primera colaboración con el director Woody Allen en la película Comedia sexual de una noche de verano, a la que le siguieron una docena de comedias, en su mayoría, con las que reafirmó su talento y versatilidad, convirtiéndose en la musa de Allen, quien le escribió especialmente sus personajes en más de 15 cintas.
Después de la etapa Allen, su carrera continuó con cintas que ha elegido cuidadosamente, como Widows' Peak (1994) de John Irvin, Rapsodia en Miami (1995) y Angela Mooney (1996). En 1997, publicó su autobiografía: What falls away.
Jorge Caballero