Nuestra afición es la más fiel y no nos importa de qué estrato social sea, comentó
El estadio de CU es seguro; vándalos hay en todos lados, afirmó Galindo
La idea es que nuestra cancha intimide, pero con respeto: Joaquín Beltrán
Los árbitros nos están perjudicando: Marioni
Los boletos para el América-Pumas se agotaron en cinco horas
Ampliar la imagen No debemos perder en casa jam�y menos con las Aguilas, dijo Galindo FOTO Notimex
El mediocampista Gerardo Galindo consideró que aficionados vándalos existen en todos los equipos, pero aclaró que en los recientes años Ciudad Universitaria se ha convertido en uno de los estadios más seguros del futbol mexicano.
A propósito del duelo Pumas-Aguilas, considerado el de más alto riesgo en el país, Galindo respondió a una declaración del americanista Pável Pardo, quien dijo que varios aficionados auriazules no eran estudiantes, sino vándalos.
"Habrá que preguntarle a él si conoce a todos los aficionados del América. Nuestra afición es la más fiel y a nosotros no nos importa de dónde sean. Aquí viene a apoyarnos gente muy importante del país y otra que tal vez no haga nada. Cualquier aficionado le puede ir a Pumas, de cualquier estrato social", expresó el apodado Jerry.
Ya no existen esos tiempos, aseguró, en que era peligroso asistir a CU; "esto ha cambiado muchísimo. Las familias pueden estar seguras de que no pasará absolutamente nada".
El partido ante el Olimpia, la noche del miércoles, les representó "un gran desgaste físico", pero con descanso, buena alimentación y los cuatro días de reposo llegarán al ciento por ciento al duelo del domingo, indicó.
Calificó de acertada la medida de que se juegue a las 6 de la tarde en lugar del mediodía. "Son seis horas que tendremos más para descansar, además de que el calor no será tan intenso", señaló.
Sobre las declaraciones de Cuauhtémoc Blanco, de que intentarán eliminar a los universitarios, las consideró normales. "El espera cobrarse muchas de las que le hemos hecho", dijo respecto a que el torneo pasado eliminaron al entonces superlíder Veracruz.
De algo sí está seguro: "Pumas no debe perder en casa jamás... y menos ante el América".
Por su parte, Joaquín Beltrán coincidió en que el México 68 es uno de los inmuebles más seguros y la prueba es que "las familias han regresado a nuestras tribunas".
Aceptó que el público los apoya en todo momento y sí influye en los contrarios, pero dijo que todo se da dentro del respeto.
"La idea es que nuestra cancha intimide al rival, que sea muy complicada y lo hemos logrado con base en un gran apoyo de nuestros aficionados", precisó.
El capitán observó que ante el Olimpia tuvieron un desgaste adicional de 30 minutos, por los tiempos extras, lo que se suma "al ajetreo que hemos tenido en el reciente año y medio, pero somos profesionales y no tendremos pretextos por el cansancio".
Por su parte, el seleccionado Jaime Lozano aseguró que el duelo entre ambas escuadras sí representa un clásico, pero que los amarillos lo minimizan quizá para "quitarse presión, para no asumir la responsabilidad de que se juegan más de tres puntos".
Sin embargo, indicó: "Para nosotros sí es un derby, porque en la semana toda la gente te dice que ese partido no lo debemos perder y se vive mucha pasión y estadios llenos. Ahora por la situación en que estamos debemos ganar como sea, no importa si jugamos bonito o feo".
En tanto, el argentino Bruno Marioni, quien no podrá jugar porque fue expulsado ante Dorados, aseguró que los árbitros están perjudicando al equipo. "Si ellos tienen algo contra Hugo, pues que sea hacia él, pero que no la tomen con los jugadores", dijo.
Marioni anotó el tanto de la victoria sobre el equipo hondureño y con ello Pumas consiguió el pase a semifinales de la Copa de Campeones de la Concacaf.
Sin embargo, al no poder estar ante las Aguilas dijo sentir "impotencia, una gran bronca, porque en ese partido nos jugamos muchas cosas y si perdemos prácticamente ya no tendremos posibilidades de clasificar".
La tarde de ayer la directiva de Pumas informó en un boletín de prensa que las entradas para el encuentro del domingo se agotaron en tan sólo cinco horas. Mientras, afuera del estadio, los revendedores ya las estaban ofreciendo al doble o más.