Comercializadora internacional refrenda su apoyo a cooperativas de producción
Buen momento para caficultores orgánicos
El repunte actual de precios, producto de la especulación; es una coyuntura que hay que aprovechar
Ampliar la imagen Una mujer labora en la recolecci�e la cereza del caf�imagen de archivo FOTO Marco Pel�
Los Altos, Chis., 18 de marzo. "El café sirve para contar las historias de la autonomía", señala Cooperative Cofees Inc. (CC), la organización de comercio justo que compra el aromático a las cooperativas de caficultores orgánicos y rebeldes Mutvitz y Yaxil, además de Maya Vinic. "Nuestra meta es conservar ese vínculo entre los consumidores solidarios de Estados Unidos y Canadá y las comunidades en resistencia", dice Bill Harris, presidente de la empresa.
Los precios internacionales del café están subiendo actualmente. "Nos encontramos en un momento excepcional de la industria y el mercado del café. Abre una oportunidad a los productores indígenas, pero si no se resuelve de buena forma, podría tener efectos muy negativos", agrega Harris.
"Este aumento de los precios se debe a la especulación. El mercado está en manos de los businessmen de Nueva York; son los que deciden. Y no se debe al tsunami, como se hace creer. Sí, el desastre en Asia afectó muchos cultivos, pero la decisión de subir precios ya estaba tomada". Aclara que, si bien la situación resulta momentáneamente favorable para los agricultores en general, pone en riesgo a las organizaciones independientes que venden a precio justo.
Este es el mundo real en que se mueven Cooperative Cofees (CC) y otros impulsores del comercio justo en Europa y Estados Unidos. Los intermediarios, o coyotes, representan a escala local la red de especuladores que controlan el peculiar mercado internacional del café, que tanto afecta a los campesinos e indígenas productores. Y aquellos son ahora un obstáculo importante para el comercio alternativo.
"Ellos tienen los precios del día en Nueva York y Europa. Se enteran antes que las cooperativas de caficultores. Y eso les da ahora una ventaja importante. Ofrecen precios casi tan altos como nosotros, cosa que antes no ocurría", apunta Harris, cuyas oficinas se localizan en Americus, Georgia, y se encuentra de visita en las cooperativas autónomas de Los Altos. Refiere que estos días los coyotes son unas damas de tan atentos. "Amistosos y cooperativos, ayudan a cargar el producto para sacarlo de los campos, ponen el transporte y pagan hasta 1.25 dólares por el café pergamino".
Un precio y un comportamiento excepcionales. En la experiencia de los indígenas, los coyotes son agresivos, prepotentes y abusivos. Que se hayan vuelto tan solícitos agrega desventajas a las cooperativas indígenas, las cuales por su parte deben pagar el almacenamiento y el transporte. "Los coyotes se mueven rápido. En estos momentos, las cooperativas necesitan tomar decisiones de un día para otro, y no están acostumbradas. Son más lentas".
Harris manifiesta que los compradores alternativos desean ayudar a las cooperativas, como Mutvitz y Yaxil, "a reaccionar inmediatamente a los movimientos del mercado internacional". Para que el coyote no les coma el mandado, como quien dice.
El comercio justo posee algunas formalidades. Firma convenios con los productores, que se comprometen a vender cierta cantidad del grano con anticipación. Esto, que suele ser una garantía, hoy puede convertirse en un lastre, pues si los coyotes (que no necesitan certificar la producción orgánica) ganan la carrera, las cooperativas no lograrán cumplir sus compromisos y pondrán en riesgo su inserción en la red de comercio justo.
"El día de mañana los precios pueden caer, y las cooperativas tienen que recomenzar desde abajo. Lo mismo está ocurriendo en Guatemala", agrega el empresario-activista. El comercio justo no sólo actúa en los precios del grano. "Redes como la nuestra ofrecen asistencia técnica, mercado seguro, buena relación con los consumidores. Buscamos mejorar las condiciones de trabajo".
Cuenta que en Nicaragua la experiencia de estas cooperativas es muy fuerte. "Se han construido durante años, y hacen posibles proyectos de educación, salud, construcción de obra comunitaria. Son un proyecto muy desarrollado". Un acompañante de Harris, también de CC, comenta: "Bien constituido, el comercio de café podría sostener buena parte de la economía de los municipios autónomos".
La cooperativa autónoma Mutvitz, que agrupa a productores zapatistas de San Juan de la Libertad y algunas zonas vecinas, lleva cinco años en el fair trade, con clientes en Hamburgo, Barcelona, Zurich, Roma, así como Estados Unidos y Canadá, a través de CC y otros, como Human Being, de Denver, Colorado. Por su parte, Yaxil es una organización en proceso de consolidación, que agrupa a productores de Polhó, Santa Catarina Pantelhó, San Juan Apóstol Cancuc y otros municipios rebeldes de los Altos.
La empresa que preside Harris reúne a 15 tostadores de café comprometidos con el comercio justo, y posee relaciones comerciales con nueve cooperativas en México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Timor Oriental, Sumatra y Etiopía. El café de estas regiones se distribuye y mantiene el vínculo solidario en lugares como Toronto, Montreal y Whitehorse (en el Yukón canadiense), así como Nashville, Austin, Minneapolis, Seattle, Philadephia, New Salem, Americus, Providence, Madison, Raleigh y Louisville, en Estados Unidos.
Este es el momento crítico. En marzo se deben efectuar los envíos de café, según los contratos firmados en diciembre pasado. En abril el aromático deberá estar en las bodegas de CC para iniciar su distribución a cada tostador, de acuerdo con sus compras. Si los coyotes lograron interponerse, aprovechando la urgencia económica de los indígenas productores, el vínculo que representan una taza de café, conversación sobre las comunidades zapatistas de Chiapas, un punto de encuentro en Austin o Zurich, una movilización solidaria, podrían perderse un poco, o mucho. Allí también se juegan los avatares de la autonomía y la resistencia.