Presentaron el libro que incluye obra de más de 600 artistas nacionales y extranjeros
''Atrás quedó el chovinismo'' en la difusión de la fotografía en México
Monsiváis señaló el desconocimiento de la imagen fija hecha para el cine por Alvarez Bravo
El escritor propone montar una retrospectiva de Nacho López en Bellas Artes
Ampliar la imagen Fotograf�de Julieta Gim�z Cacho, de su serie Chinos en Mexicali, 1977, incluida en el libro que fue presentado en el Centro de la Imagen
El libro 160 años de fotografía en México es una contribución valiosa a la historia de ese arte en el país, que merece ''el elogio y la crítica", además de un registro del panorama general de ''un gran paisaje visual", comentó Carlos Monsiváis durante la presentación del volumen en el Centro de la Imagen.
Coordinado por Estela Treviño y coeditado por el Centro de la Imagen y Océano, con apoyo de la Fundación Televisa, la obra incluye a más de 600 autores mexicanos y extranjeros que han trabajado en este país desde el siglo XIX, además de artistas anónimos.
''Hay ausencias, unas que triunfan y otras que no", advirtió Monsiváis en referencia a la canción, pero reconoció que la labor de selección debió haber sido complicada.
El escritor reflexionó de manera amplia sobre diversos aspectos de la fotografía en México, como su historia, las imágenes muy reconocidas popularmente, la relatividad de ''lo típico" y las ventajas y desventajas de ''lo poético".
Habló de la ''etapa formidable" de la Revolución Mexicana y de la despolitización o cambio de significado de varias fotos ya muy difundidas, como la de la soldadera colgada del estribo de un tren o los retratos de Emiliano Zapata.
Muchos fotógrafos importantes, comentó, fueron hechos a un lado en su tiempo porque ''no eran poéticos". Eran retratistas, como Romualdo García y Sotero Constantino, o documentalistas, como Guillermo Kahlo.
Chovinismo superado
Carlos Monsiváis se refirió también a la falta de reconocimiento de fotógrafos como Enrique Bordes Mangel o, inclusive, del desconocimiento de la fotografía fija hecha para el cine por Manuel Alvarez Bravo.
En el caso de Agustín Jiménez, dijo que es ''uno de los grandes fotógrafos de México", con imágenes ''deslumbrantes", sobre todo en su última etapa. Al final de su vida, criticó, Jiménez era un desconocido que daba clases en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).
Entre otros pendientes comentó que debe conocerse más a Bordes Mangel o presentar en el Palacio de Bellas Artes una retrospectiva de Nacho López.
Recordó que desde 1980 se dio la entrada de la fotografía en el mercado del arte, con los pro y los contras que ello representó, como la casi imposibilidad de conseguir, por ejemplo, una foto del propio Agustín Jiménez.
Monsiváis consideró que estos años en México han sido de ''excavación y exhumación" de su historia de la fotografía, y que en el presente habría una nueva etapa, con aspectos como una mayor apertura internacional.
Reconoció la labor del Centro de la Imagen en la difusión de la fotografía, dijo que ''no puede haber ya sorpresas ni buenos salvajes", y que ''quedó atrás el chovinismo".
La investigadora Estela Treviño, quien también asistió, coordinó más de seis años de trabajo durante dos administraciones del Centro de la Imagen, dijo:
''Por medio de Fotoseptiembre entramos en contacto con muchos jóvenes que no conocían a los fotógrafos de principios del siglo XX. En las escuelas la fotografía es una asignatura muy desdeñada. Poca gente conoce a autores más allá de Alvarez Bravo o Tina Modotti. Por eso era necesario desarrollar una herramienta para difundir el panorama de la fotografía en México."
En la presentación del libro también participaron Graciela Iturbide, fotógrafa; Alejandro Castellanos, director del Centro de la Imagen; Rogelio Villarreal, de Editorial Océano, y Mauricio Maille, de la Fundación Televisa.