Usted está aquí: lunes 21 de marzo de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

En México, alta volatilidad en los precios del gas natural

El aumento en las tarifas llega a 200%

LOS CONSUMIDORES DE gas natural en la ciudad de Monterrey están desesperados porque en este México globalizado, amante de la apertura y la competencia -según dicen-, sólo un distribuidor cuenta con la concesión federal respectiva para abastecer el carburante y, por lo mismo, cobra lo que le viene en gana a su clientela (botón de muestra: en 2004, 200 por ciento de aumento en el recibo)

NADIE LES ECHA UN lazo, por lo que los consumidores cautivos se manifestaron por las calles de la Sultana del Norte para exigir a la autoridad que ponga freno a la voraz actitud de la trasnacional española Gas Natural SDG (una de las hijas predilectas de la privatización "silenciosa" del sector energético nacional), a la que -dicho sea de paso- esas mismas autoridades otorgaron el monopolio en la distribución del carburante en Monterrey y muchas otras ciudades del país.

LO QUE HOY SE registra en Monterrey ha sucedido o sucederá en la mitad de la 14 zonas geográficas de distribución de gas natural en las que la República mexicana está fraccionada, porque la autoridad federal que hoy se queja de la "insensibilidad" de la gasera española" (presidente de la Comisión Reguladora de Energía, Dionisio Pérez Jácome, dixit) es la misma que ha otorgado todo tipo de permisos para que Gas Natural consolide su monopolio.

A LOS INDEFENSOS consumidores de Monterrey se suman los de Saltillo, Nuevo Laredo, Distrito Federal, Toluca, Celaya, Irapuato, León, Salamanca, Silao, Aguascalientes, Zacatecas y San Luis Potosí, una clientela que con la venia de la autoridad federal cotidianamente hace repiquetear la caja registradora de Gas Natural SDG, también dueña y señora en otras latitudes de América Latina, como Argentina (Buenos Aires), Brasil (Río de Janeiro y Sao Paulo) y Colombia (Bogotá, Departamento de Santander, Boyaca y Cundinamarca)

PARA EL CASO DE Monterrey, el secretario de Energía, Fernando Elizondo, se comprometió (a principios de marzo) a "revisar" el título de concesión de Gas Natural México, ya que alrededor de 50 por ciento del monto de facturación es por "servicio de distribución". Diez días después, el director de Asuntos Corporativos de la trasnacional, Pedro Castillo Novoa, informó que a partir de julio el consorcio aumentará 15 por ciento la tarifa por distribución, porque así lo estipula su Plan Quinquenal de Ajustes en costos operativos, "aprobado por la Comisión Reguladora de Energía", organismo gubernamental que se queja de la "insensibilidad" de la gasera; en medio, los consumidores.

PARA EL CONSUMO nacional, el precio del gas natural -como de otros energéticos- lo fija el gobierno federal; la empresa las tarifas por distribución, y la clientela no tiene más remedio que pagar. De acuerdo con cifras oficiales, en 2004 el incremento promedio del gas natural fue de 36.28 por ciento para consumo doméstico y de 40.46 por ciento para uso industrial; en los tres grandes mercados expendedores de Estados Unidos (de los que importa el gobierno mexicano), los aumentos fueron de 3.27, 12 y 6.55 por ciento. El diferencial que atormenta a los clientes tiene dos nombres: impuestos y tarifas por distribución.

EL CENTRO DE ESTUDIOS de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados da cuenta de los precios y tarifas en el sector energético: no existe una política clara para fijarlos, estableciéndolos bajo lineamientos formativos que responden más a la necesidad de ingresos del sector público que a mejorar la competitividad de los sectores productivos y coadyuvar a controlar la inflación.

LOS PRECIOS DEL SECTOR energético administrados por el sector público han mostrado una tendencia ascendente en años recientes, como resultado de la política de liberalización de precios y tarifas por parte del gobierno federal, así como por la eliminación gradual de subsidios, por lo que se han mantenido, en general, por arriba de la inflación global.

LOS COSTOS DE LA electricidad en México entre 1994-2004 crecieron más que la inflación, y las de consumo doméstico mostraron mayor aumento; este sector consumió 24.7 por ciento del total del consumo de energía eléctrica en 2004. En 2002 la Secretaría de Hacienda autorizó a la CFE y a Luz y Fuerza del Centro el ajuste, modificación y restructuración de las tarifas eléctricas. Con el decreto que modificó la estructura tarifaria de 1995, se establecieron costos más altos y diferenciados a partir de criterios de consumo máximos y temporalizados. El gobierno federal ha propuesto una reducción de tarifas eléctricas, pero sólo beneficiará potencialmente a 2 por ciento de los grandes consumidores domésticos y a las grandes empresas.

EN EL CASO DEL GAS, los precios han mostrado una alta volatilidad principalmente a partir de mediados de 1997, cuando se estableció una nueva estructura de tarifas. La fórmula de costos para el gas licuado de petróleo que se aplicó hasta octubre de 1999 establecía un precio promedio variable para los pasados 12 meses, mientras que Pemex realizaba sus compras por un valor de referencia de un mes inmediato anterior. Este mecanismo terminó por generar pérdidas adicionales a Pemex, en razón de la tendencia al alza en los precios de referencia internacionales, por lo que dicha estructura de tarifas fue modificada en noviembre de 1999, autorizándose a partir de entonces incrementos ajustables a los costos de referencia internacionales y la eliminación gradual de subsidios, buscándose promover la eficiencia del mercado mediante la competencia de ventas, el transporte, el almacenamiento y la distribución del combustible, lo que permitió que desde entonces se realizaran incrementos graduales en el valor del gas doméstico.

EN EL CASO DE las gasolinas, aun cuando los criterios para ajustar sus precios en México son los referenciales en Estados Unidos (mercado de la Costa del Golfo), históricamente se observa que cuando el valor de las gasolinas en aquel país llegan a disminuir en respuesta a una baja del costo del crudo, en México no bajan, aún considerando que una parte importante de gasolinas se importa y ello se explica por los elevados impuestos internos.

Las rebanadas del pastel:

EL FUTURO PRESIDENTE del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, se queja: "es una caricatura imprecisa calificarme como arquitecto de la guerra contra Irak"... Tiene razón: es caricatura a secas.

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