Sólo fue "invitado de segunda": obispo Pedro Pantoja

Fox, convidado de piedra: diputados de PRI y PRD

El subsecretario Gutiérrez deberá acudir a San Lázaro

ELIZABETH VELASCO, GEORGINA SALDIERNA Y ENRIQUE MENDEZ

Las bancadas de PRI y PRD en la Cámara de Diputados lamentaron el fracaso de la reunión del presidente Vicente Fox con su homólogo de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Canadá, Paul Martin, pues consideraron que el Ejecutivo mexicano sólo fue "convidado de piedra", "se colocó a la zaga de la agenda de la Casa Blanca en el tema de seguridad, y asumió el papel de policía para cuidar que por la frontera no pasen terroristas", pero se quedó callado y no puso en la mesa el acuerdo migratorio.

También con dureza, el coordinador de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Pedro Pantoja, evaluó que Fox se presentó en Waco como "un invitado de segunda, carente de fuerza para negociar un acuerdo migratorio dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y resignado a asumir un silencio de complicidad y sometimiento".

En San Lázaro, tras calificar de "desastroso" para México el encuentro en Waco, los priístas Carlos Flores Rico y Carlos Jiménez Macías, y el perredista Alfonso Ramírez Cuéllar, opinaron que Fox dejó fuera de la reunión los temas de migración, el voto de los mexicanos en el extranjero y la revisión de algunos temas del TLCAN que el Legislativo consideró prioritarios para que se autorizara el viaje al jefe del Ejecutivo.

Esos puntos, recordó Flores Rico, se incluyeron en un documento que el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Gerónimo Gutiérrez, recibió de la Comisión de Relaciones Exteriores en una reunión previa a que el pleno camaral aprobara el viaje.

"Como el Presidente ni siquiera intentó tratar alguno de ellos frente a Bush, citaremos a comparecer a Gutiérrez para que dé una explicación", adelantó el priísta. La cita para el funcionario de la cancillería se acordará la próxima semana, dijo, y la principal pregunta será: "Si no hicieron nada, ¿a qué fueron?"

Aunque fue una reunión de carácter trilateral, agregó, el encuentro entre los mandatarios "estuvo subordinado y fue dominado por el tema de la seguridad militar, que le interesa a Bush, y fue penoso el papelón de Fox, que ni siquiera hizo el intento, como sí lo hizo el primer ministro de Canadá, con los temas de su agenda, de presionar mínimamente para que se tratara el tema migratorio".

Si bien reconoció que el encuentro fue corto para tocar todos los asuntos, sí era el momento de que "Fox hiciera valer en el discurso, allá, los puntos que aquí presume y exhibe".

Por el contrario, prosiguió, se vio un Presidente sin rumbo y sus secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación con discursos opuestos, cuando debían presentarse con una sola posición.

Su compañero de bancada, Carlos Jiménez, afirmó en entrevista telefónica que el papel de Fox en el encuentro fue como el de "los invitados de piedra, ahora sí que al final de la cola en la reunión, en la que los intereses a discusión son los de Estados Unidos, no los de los mexicanos, y eso es muy grave, muy desafortunado".

Mientras, Ramírez Cuéllar señaló que para México la reunión "no sirvió absolutamente de nada y se redujo a la agenda de Estados Unidos sobre seguridad, pero no se atendieron los intereses de los socios comerciales. No se nos hizo caso y Bush se sacudió el compromiso de un acuerdo migratorio con el argumento de que no decide él, sino el Capitolio".

Para el diputado perredista Juan José García, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, al gobierno de México le faltó agresividad para negociar con Estados Unidos la aplicación de su Asociación para la Seguridad y la Prosperidad. Lo único que pudo sacar fue una promesa de Bush de promover el acuerdo migratorio, pero con la advertencia de que es el Capitolio el que dirá la última palabra sobre el tema, subrayó.

Refirió que en los días previos al encuentro hubo proposiciones de cabilderos mexicanos en el sentido de que la asociación debería contar con un fondo económico que promoviera el desarrollo en la región y que se pactara una virtual unión aduanera, para facilitar el traslado de mercancías.

Sin embargo, no se concretó nada, no sólo porque a Fox le faltó agresividad, sino porque llegó a las conversaciones debilitado a consecuencia de las críticas lanzadas a su administración por las agencias del gobierno estadunidense.

A su vez, el coordinador de Pastoral Social de la CEM y asesor del Proyecto de la Frontera con Justicia, Pedro Pantoja, declaró en entrevista telefónica que la propuesta "unilateral y ambigua" en materia migratoria de Bush demuestra que "no somos interlocutores" y que la administración de Fox "no tiene fuerza para lograr un acuerdo migratorio".

Pantoja, quien también coordina la Casa del Migrante Belén, en Saltillo, Coahuila, y es interlocutor a nivel de ministros consulares y de representantes de migración, señaló que "no se puede creer absolutamente nada a Bush", cuando deja la solución del tema migratorio a un Congreso en el que prevalece una mayoría republicana.

"Esa mayoría apoya el establecimiento de leyes que suprimen los beneficios sociales de nuestros connacionales -como la ley 200 de Arizona-, el uso de balas de goma, el levantamiento de muros en la frontera y acciones restrictivas y de persecución que suscitan hechos de sangre."

En vez de un acuerdo "digno", indicó, Bush salió al paso con una "propuesta totalmente unilateral, pues no hubo propuestas de México en torno a la migración, la inversión, la trata de ilegales y personas, pese a que estamos hablando de tres fronteras. El sospechoso silencio de Fox mostró un gobierno que asistía como invitado de segunda a la mesa".