Envía la CNDH reporte a la Cámara de Senadores
Detectan graves irregularidades en centro para varones de Tlalpan
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) detectó graves irregularidades en el Centro de Tratamiento para Varones del Distrito Federal: grupos de menores que, con "anuencia y tolerancia", asignan las labores de limpieza, imponen castigos y golpean a quien se niega a acatar sus órdenes; venta y distribución de mariguana, pastillas sicotrópicas y solventes, como el tíner, que introducen los propios custodios; en los sanitarios sólo existe un orificio que conecta directamente a la cañería, y los familiares de los internos denuncian que les practican revisiones indignas.
En un informe que la CNDH envió a la Cámara de Senadores, la semana pasada, destaca que recibió quejas de los internos por la alimentación, "dicen que es de mala calidad, les provoca dolores intestinales, y en ocasiones la carne está descompuesta y los frijoles son servidos con gusanos, además de que hay ratones en la cocina".
A raíz de la protesta violenta que realizaron los internos el 20 de febrero pasado en ese centro, ubicado en San Fernando, delegación Tlalpan, el Senado solicitó al presidente de la CNDH, José Luis Soberanes Fernández, un informe sobre la situación.
En respuesta, la CNDH dio cuenta al Senado de la investigación que realiza: "el domingo 20 de febrero, este órgano recibió quejas de padres y familiares de los menores, quienes expusieron que en dicho centro se había registrado un problema con internos, lo que provocó que ingresaran cuerpos de policía armados con escudos y toletes, quienes lanzaron gases lacrimógenos. Los padres solicitaron la presencia de la CNDH por temor a que se pusiera en riesgo la integridad física de sus hijos, y por considerar que se estaban violando sus derechos".
Por ese hecho, la CNDH ha recibido 21 quejas de padres y familiares, una de ellas suscrita por más de 200 personas. Los visitadores del organismo estuvieron en el Centro de Tratamiento para Varones del 20 al 27 de febrero de este año. Al día 20 se tenían registrados 557 menores y para el 27 había 560; la capacidad es para 550 internos.
El informe preliminar de la CNDH destaca que el descontento de los menores se originó porque el director de dicho centro informó a los padres de los internos de la sección II, módulo 1, que en las próximas visitas habría restricciones para introducir alimentos y ropa de calle para sus hijos.
La CNDH resalta que durante el recorrido de los visitadores se observó a internos consumiendo sustancias sicoactivas, se percibió olor a gas lacrimógeno y excremento, colchones destruidos, la oficina de la dirección estaba dañada y, "a dicho de la autoridad, los menores sustrajeron los medicamentos controlados como carbamazepina, difenilhidantoína, y levomepromazína".
La CNDH reporta que detectó irregularidades que ya son investigadas, como el hecho de que hay grupos de menores, solapados o con anuencia, con funciones de autoridad, denominados Los padrinos, quienes se encargan de distribuir las tareas de limpieza, imponen castigos y golpean a quienes se niegan a obedecerlos.
Esta situación, apunta la CNDH, se detectó "en noviembre de 2003, y a principios de 2004 había sido resuelta por la autoridad, pero el problema resurgió; hay venta y distribución de sustancias prohibidas, como mariguana, pastillas y solventes como tíner. Los menores dijeron que los custodios conocidos como Los Panchitos y Los Charrascas introducen la droga y solventes.
A su vez, los familiares de los menores denunciaron que los días de visita son objeto de revisiones indignas por parte de custodios y personal de seguridad.