Usted está aquí: viernes 25 de marzo de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Ayuno (y dos, y tres)

Dieta cuaresmal

El apóstol Santiago

¿Osama en el Azteca?

LIBRADA LA SEMANA que debía haber sido la de su sacrificio, el peje cuaresmal se ha dado cuatro días de silencio antes de la resurrección pascual, que a su vez podría ser preámbulo de una crucifixión diferida (sabido es que los calendarios del desafuero son inescrutables). La palabra tropical calla, reflexiona y se alista para su Semana Mayor, luego que había puesto a votación si los reporteros deseaban ir a conferencias de prensa de madrugada en estos días de guardar (arrebato democrático que el jefe de Gobierno no ofrece, por ejemplo, para obligarse a contestar los temas que no quiere abordar). Cuatro días de abstinencia declarativa en preparación de las comilonas verbales por venir.

MIENTRAS TANTO, Fonxio PRIlatos sigue que no cabe de gusto, atenido a la máxima de El Yunque, que establece que quien obedece nunca se equivoca y, como es sabido, este miércoles el esposo de la sacerdotisa magdalena tuvo la suerte de ser instruido en tierras texanas sobre la función que habrá de desempeñar en el esquema de máxima seguridad que el jefe de jefes, Jorge Arbusto, ha diseñado para beneficio de la Gringolandia que en el fondo es la tierra espiritual de muchos de sus gendarmes de traspatio (una de las grandes ventajas del esquema bushiano es que aeropuertos, aduanas y otros puntos interiores de Estados Unidos serán vigilados por policías mexicanos y, en recíproca buena onda, los gringos harán lo propio acá: simbiosis de primera, pues los mexicanos mejorarán en Estados Unidos los sistemas de infiltración del narcotráfico, y los güeros se apropiarán del control viajero en México. Sincretismo de lujo en tiempos de vigilia.)

EL APOSTOL PEDRO-SANTIAGO Crédulo tres veces ha afirmado que sí reclamó a su contraparte gringa las faltas de respeto hechas a México, pero los paisanos incrédulos no le hacen mucho caso, pues en las tomas que hubo del encuentro texano se le vio entre calladito y sonriente, aunque él asegura que al igual que su jefe Chente aplicó la incomprobable fórmula del caminando y resolviendo, que, según eso, permitiría al Presidente de México llegar a un arreglo "global" del tema migratorio en 20 minutos, cuando cuatro años y medio de nada habían servido. De la misma manera, el charro mexicano Santiaguín habría aprovechado algunos parajes rurales para ir diciéndole a Michael Chertoff, secretario del Interior de la Casa Blanca, que en México había "malestar" por declaraciones de esas de que patio trasero, y que el narco, y que cosas parecidas. ¿Reclamo o lloriqueo? Porque, la verdad, no es lo mismo hablar, tirándose al suelo, del "malestar" que provocan los descuidos verbales gringos, que protestar por las agresiones declarativas o exigir que sean frenadas y castigadas. Pero, bueno, el Hombrecito de Bucareli dice que protestar no es manotear y, así como su jefe dice que ya hizo su tarea migratoria, el secretario de Gobernación y candidato oficial a la sucesión asegura que ya cumplió su penitencia reclamante.

Y, A FALTA DE LAGARTO tabasqueño para guisos judiciales de Semana Santa, la subprocuraduría federal de justicia hizo saber que cier-ta-men-te anda tras los huesos del escurridizo Chapo Guzmán, y que se "intensifica" la cacería del secretario sin cartera de exportaciones mayores y financiamientos político-electorales todavía más grandes. Para dar testimonio de cuán cerca se ha estado de agarrar al apóstol Joaquín, la tal SIEDO ha mencionado datos confidenciales públicamente sabidos, como ese de que el licenciado Guzmán tiene una gran movilidad, que brinca de un lado a otro, que tiene un chorro de domicilios y que, ¡oh, sorpresa!, nomás no lo pueden agarrar, pero un día de estos chance y sí termine la veda de Chapo.

EL AYUNO INFORMATIVO de la semana ha hecho que algunos medios mexicanos retomen a la desesperada una nota difundida por Rumbo del Valle, una publicación en español que se edita en varias ciudades de Texas (el director es Edward Schumacher Matos y la editorial es Meximerica Media, que forma parte de la española Recoletos, integrada a su vez a Pearson). Según eso, un boletín de inteligencia del Departamento de Justicia del gobierno gringo reconoce por "primera vez" que varios de los integrantes de los Zetas, el grupo de elite del cártel del Golfo, fueron entrenados "en academias militares del Departamento de Defensa" de Es-tados Unidos, en especial en la Es-cuela de las Américas, en Fort Benning, Georgia.

APARTE DE TENER "entrenamiento militar de primera clase", su arsenal "incluye fusiles de combate AR-15 y AK-47, lanzagranadas y posiblemente misiles antiaéreos soviéticos SAM7, vendidos por militares nicaragüenses en el mercado negro latinoamericano". Pero, además, los tales Zetas es-tarían actuando ya en puntos estadunidenses como Oklahoma, Tennessee, Arkansas y Georgia, además de que "los analistas alertan que la llegada de los Zetas a Arizona y California es inminente".

PERO TODAS ESAS MORTIFICACIONES, continencias y renuncias serán pálidos detalles secundarios en caso de que este domingo se repita la ofensa ma-yor, el desagravio supremo, la causal de desafuero internacional. Sucede que en el estadio Azteca jugarán las selecciones de futbol de Estados Unidos y de México y, aparte de la natural rivalidad balompédica, asoma el riesgo de que sea repetido lo hecho en febrero de 2004 en Guadalajara, du-rante un encuentro eliminatorio rumbo a la olimpiada de Atenas, en que México ganó 4 a 0 a los gringos. En aquella ocasión hubo aficionados que corearon "¡Osama, Osama!" frente a los ju-gadores extranjeros, lo que llevó in-cluso a una exigencia formal del legislador gringo sabidamente contrario a México, Thomas G. Tancredo (¡chin, el tecleado siempre quiere escribir mal ese apellido, dejándolo en Tan Cer-do!), quien exigió a la embajada mexicana en Washington una disculpa pú-blica por tal atrevimiento terrorífico. Así es que, como se ve, en días de ayu-no no hay uno, sino dos, tres, mil causas de enojos imperiales. ¡Santa Ca-chucha nos proteja! Pero, en tanto, ¡feliz fin de semana!

Fax: 55 45 04 73 * [email protected]

 
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