Usted está aquí: viernes 25 de marzo de 2005 Política Cifra récord de ballenas grises que llegaron a costas mexicanas para reproducirse

Reporta la Semarnat que en la temporada invernal arribaron 2 mil cetáceos

Cifra récord de ballenas grises que llegaron a costas mexicanas para reproducirse

Regula la dependencia visita de turistas a los santuarios para proteger la especie

ANGELICA ENCISO L.

Ampliar la imagen Una ballena gris nada con su cr�cerca de las costas de Baja California Sur FOTO Fabrizio Le�iez

Durante la pasada temporada invernal llegaron a la reserva de la biosfera El Vizcaíno, en Baja California Sur, unos 2 mil ejemplares de ballena gris para reproducirse. A México arriban en total 21 especies de cetáceos, entre ballenas y delfines, por lo que el gobierno decretó las costas mexicanas como santuario ballenero.

La cifra de ballena gris que se registró en la pasada temporada es la más alta hasta ahora, ya que en 2002 se tenía la cifra récord de mil 927 ejemplares, reportó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

En este periodo, de acuerdo con el censo que realizó el personal de la reserva en el complejo de las lagunas de Bahía Magdalena, que incluye López Mateos, San Carlos y Bahía Almejas, se llegó a contabilizar, cerca de 200 ejemplares en cada una de esas áreas, informó la Semarnat.

Los ejemplares de la ballena gris, especie que está en riesgo de extinción en las costas asiáticas, estuvieron cerca de desaparecer entre el siglo XIX y el XX, debido a la cacería que en aquellos años era legal. En 1950 la población se estimaba en tan sólo 250 ejemplares; para 1992 la recuperación del cetáceo se reflejó en que había unos 20 mil animales contabilizados.

México se adhirió a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1949, y a partir de esa fecha se empezaron a establecer en el país mecanismos de protección para la ballena gris. Todavía el año pasado, el gobierno mexicano estuvo en contra de la cacería de ballenas en la 56 reunión de la CBI, y puso como condición para dar su apoyo que se aceptara un esquema de manejo con la presencia de observadores, hacer análisis del DNA de los ejemplares capturados para determinar que no son especies en extinción y que la caza quede prohibida en los santuarios. Los países que buscan reactivar la captura del cetáceo son Japón e Islandia.

La ballena gris viaja 8 mil kilómetros desde el mar de Chukchi, en el círculo polar Artico para pasar el invierno en las aguas tibias de Baja California Sur, donde se reproducen, y los ballenatos viajan tres meses hacia Alaska; la tasa de crecimiento del cetáceo es de 3.5 por ciento al año.

Los ejemplares empiezan a llegar en diciembre de cada año y su mayor presencia en la región se registra en febrero; después empiezan su retorno al norte y en abril la mayoría de los cetáceos ya se encuentra en Alaska.

Este año, además de los ejemplares que llegaron a Baja California Sur, algunos se dirigieron más al sur, hasta Bahía de Banderas, Nayarit, e incluso se encontró un cetáceo en el Golfo de México.

La Semarnat informó que ante el creciente interés de los turistas por observar las ballenas se reguló la actividad mediante la norma 131, la cual establece los lineamientos y especificaciones para el desarrollo de las actividades ecoturísticas, así como las áreas desde donde es posible hacer las visitas sin afectar el hábitat de los cetáceos.

La normatividad define el número máximo de embarcaciones permitido en cada área y el tiempo de visita, de acuerdo con los estudios que se han realizado sobre la distribución, abundancia y ciclo biológico de las distintas especies de cetáceos.

Indicó que pese al aumento de ejemplares observados este año, no se entregaron permisos adicionales sino que se anunciaron nuevas fórmulas para mejorar la organización e ingresos sin afectar a la especie.

La reserva de la biosfera de El Vizcaíno se decretó en 1988 con una superficie de 2.5 millones de hectáreas para dar protección no sólo a la ballena gris, sino también a 443 especies de flora y fauna, de las cuales 8.3 por ciento son endémicas. Además de las ballenas, a la reserva llegan miles de aves acuáticas que emigran del norte, por lo que está considerada como una de las áreas más importantes de hibernación de aves, como pelícanos, patos buzos y águilas pescadoras que hacen la ruta del Pacífico.

 
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