Descarta una crisis financiera similar a la de 1994
La deuda pública no es factor de riesgo, afirma Hacienda
El titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda, Gerardo Rodríguez Regordosa, afirmó ayer que ''la deuda pública no es un factor de riesgo, ni para este año ni para el siguiente ni para los años que vengan''. Dijo: ''No sólo hay una menor dependencia de la deuda externa, sino que los términos en que está contratada son sustancialmente más favorables para el gobierno federal en términos de plazo y costo''.
En entrevista con La Jornada descartó una crisis financiera similar a la de 1994-95, pero reconoció que de acuerdo con cifras oficiales de la dependencia, el costo financiero derivado del pago de intereses y amortizaciones de la deuda pública creció más de 10 por ciento en cuatro años, al pasar de 201 mil 15 millones de pesos en 2000 a 221 mil 616.3 millones de pesos en 2005. Esto es, 20 mil 601.3 millones de pesos.
El funcionario aseguró que la deuda pública de México no es hoy un tema de preocupación; no es un factor de vulnerabilidad ni un problema para el país que deba atenderse por cuestiones urgentes ni de riesgo. La historia de la deuda pública en los últimos ocho o nueve años, después de la crisis de 1994, es una historia de éxito, indicó.
Explicó que la deuda pública, en particular la externa, fue en el pasado un factor de vulnerabilidad importante. Hoy ya no lo es por varias razones: la primera es la disciplina fiscal que debe ser la base de la política económica de México. Esta política, sumada a la parte monetaria, se ha convertido en ancla de las expectativas a largo plazo de los inversionistas.
Aseguró que los inversionistas ya no vislumbran un escenario catastrófico, difícil en la parte macro. Las expectativas ya están ancladas por esa seguridad que da la disciplina fiscal y monetaria y por el consenso que hay entre los políticos que pueden discutir sobre las asignaciones de gasto y sobre el rango del déficit fiscal.
Rodríguez Regordosa indicó que la deuda interna está contratada a distintos plazos y cada vez en mayor proporción a tasas fijas. Por el momento, los rendimientos han subido y ya están en 9.31, pero existe la confianza de que la política del Banco de México influya en una tendencia a la baja.