Acervo de obras religiosas en el Museo del Virreinato
Dolor, perdón y redención, rasgos del arte novohispano
Ampliar la imagen Obra de arte novohispano que se incluye en la colecci�e esculturas y pinturas del recinto de Tepotzotl� estado de M�co FOTO Cortes�del Museo Nacional del Virreinato
Dolor, sufrimiento, perdón y redención es lo que representan las esculturas y pinturas de los artistas novohispanos. Por ello, el acervo de arte religioso que conserva el Museo Nacional del Virreinato muestra cómo se relacionó la expresión creativa con la devoción y la oración.
El estilo barroco permitió a esos artistas experimentar mediante formas expresivas contrastantes y realistas. Para recrear el entorno del siglo XVIII, plasmaron en sus creaciones el estilo de vida, la profesión y los valores de personajes del clero.
La restauradora de ese museo, Rosa Diez Rojas, indicó que la colección de pintura reúne más de 600 obras, entre las que destacan una de Juan Rodríguez Juárez, pintada para el claustro de los naranjos, y una de Cristóbal de Villalpando sobre la vida de San Ignacio de Loyola, localizada en el claustro de los aljibes.
''Estos cuadros fueron pintados por encargo de los jesuitas para Tepotzotlán."
Además de esas colecciones, el museo cuenta con la serie La última cena, la cual se ubica en la sacristía, cuyos cuadros y retablos los pintó Miguel Cabrera.
Diez Rojas explicó que parte de la obra del museo es pintura al temple sobre tela (se obtiene al mezclar pigmentos molidos de origen mineral y orgánico), aunque la mayoría son óleos. ''Son pocos los grabados que fueron pegados en una tela y después pintados, inclusive hay algunas piezas de pintura sobre lámina de cobre".
La disposición de observar la expresión artística emanó del Concilio de Trento; el primer Concilio Mexicano se efectuó en 1555, en la ciudad de México, donde se ordenó frenar los abusos y la indecencia de las imágenes.
La Iglesia exigía que todos los pintores, para realizar y vender sus obras, primero debían ser examinadas, juzgadas y valoradas por provisores para así obtener licencia. Sin embargo, existían diferentes maneras de interpretarlas y varias tendencias creativas en el arte novohispano.
A su vez, la investigadora Verónica Zaragoza precisó que la colección escultórica se compone de obras en madera (cerca de 200 piezas, incluyendo las que están en los retablos), talla en marfil y en piedra.
La escultura permite al artista formar piezas y armonizar volúmenes en el espacio. El escultor trabaja en madera los cuerpos, pero los detalles del rostro y las manos las realiza un pintor.
Sobre la elaboración de figuras, Zaragoza explicó: ''En el proceso de creación participan el tallador de madera, el ensayador, el que hace los retablos y carpinteros".
Desde la época virreinal se ha preservado la tradición de montar el altar de Dolores, el Viernes Santo, correspondiente a la festividad de María en esta advocación.
La exaltación de María en su advocación de la Dolorosa se estableció en el siglo XIII, en Florencia, y se extendió por Europa. En 1727 el papa Benedicto XIII instituyó los Siete Dolores de María, que alcanzó su máxima expresión en el siglo XIX.
En el Museo Nacional del Virreinato (Plaza Hidalgo 99, Tepotzotlán, estado de México), el altar se presenta con la imagen de la Dolorosa del siglo XVIII, que realizó De Villalpando. Informes a los teléfonos 5876-0245 y 5876-2771.