En la Prepa 4 niegan servicios a estudiante que está en tratamiento hormonal
Casos de homofobia en escuelas de la UNAM
Según el Código Penal del DF, la discriminación se castiga con cárcel o multa económica
Ampliar la imagen Algunos de los estudiantes de la Preparatoria 4 de la UNAM que denuncian intolerancia de las autoridades del plantel hacia sus preferencias sexuales
Irán tiene 24 años y acaba de comenzar su educación media superior en la Preparatoria 4 de Tacubaya, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En las primeras semanas pasó desapercibida para autoridades, docentes y estudiantes, hasta que llegó a la dirección una queja de que "un hombre vestido de mujer" entraba al baño de alumnas.
Irán lleva un año viviendo como mujer, en terapias sicológica y médica donde le administran las hormonas necesarias para su reasignación de sexo. A causa de esta condición comenzó a sufrir agresiones verbales de los porros del plantel, y cuando acudió a denunciarlas no encontró respuesta. Por el contrario, se le advirtió: "varias alumnas han venido a quejarse de que entras al baño de mujeres, así que no vuelvas a hacerlo", le dijo Olga Mendoza, secretaria de Apoyo y Servicios a la Comunidad de la escuela.
Irán pidió que llamaran a sus compañeras para explicarles la situación, pero la entrevista le fue negada. Acudió entonces con el secretario particular de la directora, Juan Ibarra, para tratar el problema, quien le reiteró que no puede hacer uso del baño de mujeres. "Yo le dije que (en el baño de hombres) me iban a rechazar peor (que las mujeres), que iba a recibir agresiones. Me repitió la negativa, pero no hubo ningún intento para garantizar mi seguridad. Entonces, ¿voy a esperar hasta que me agredan para denunciarlos? ¿O quieren que deje de ir al baño?" -cuestionó.
En entrevista, Irán relató que ante dichas respuestas se dirigió al abogado del plantel, Juan Carlos Santana, quien se reunió con los directivos para proponer una solución al problema: entregarle la llave de un baño que permanece cerrado. "Por supuesto que no acepté, porque también significaría aceptar ser discriminada y asumirme como alguien que no tiene derechos. No puede haber un baño para hombres, otro para mujeres y otro para mí".
El de Irán no es un caso aislado. Este es el incidente más fuerte que se ha dado entre autoridades y alumnos homosexuales desde el inicio del año escolar, pero no es el único. Cuando empezó el ciclo, un grupo de aproximadamente 15 adolescentes de todos los grados decidió reunirse para compartir experiencias sobre su homosexualidad o bisexualidad, además de conformar un grupo de estudio.
Refieren que cuando las autoridades del plantel notaron que se reunían regularmente en el mismo sitio comenzaron a presionarlos para que no lo hicieran, "a pesar de que hay otros grupos de estudiantes que sí lo hacen", comentó Alejandro, joven homosexual de 17 años, quien se acercó a la dirección de la preparatoria buscando que su grupo fuera reconocido por las autoridades y así mantener el diálogo con ellas. "Nos han dicho que todo grupo dentro de la escuela es considerado como de porros".
Las autoridades también señalaron que los padres de familia están empezando a quejarse por su presencia en la escuela.
Solidaridad
Una vez que se le prohibió a Irán usar el baño de mujeres, Alejandro y otros compañeros (homosexuales y heterosexuales) resolvieron asistir a la escuela vestidos de mujer "para ejercer presión sobre las autoridades", explicó. Fue así como su presencia se hizo más notoria en la comunidad, lo que generó opiniones divididas en algunos sectores.
Una profesora comentó al grupo que la polémica en la sala de maestros no tenía precedente, pues "ustedes lograron poner el tema en boca de todos; los maestros están divididos". Al mismo tiempo, en las aulas se escucharon comentarios como el de un profesor de sicología, quien según versiones de los alumnos gay, "ha dicho que estamos enfermos y que somos así porque en nuestras casas nos golpean". Además, un profesor de dibujo corrió a Alejandro de su clase porque "en mi salón no quiero jotos".
Sobre el tema, alrededor de 15 estudiantes fueron consultados al azar. Nadie estaba enterado de la situación de Irán, pero todos coincidieron en que las autoridades deberían respetar su elección y permitirle usar el baño de mujeres. Ninguna de las alumnas entrevistadas dijo que se sentiría incómoda con ese hecho, y la mayoría de los varones afirmó que les sería indiferente a qué baño entrara, pero que sería preferible que usara el de mujeres, por su seguridad.
Otros adolescentes consideraron que sí se sentirían incómodos si su condiscípulo entra al baño de hombres, por lo que sería mejor que usara el de alumnas.
Se solicitó a Juan Ibarra una entrevista con la directora del plantel, Rosa Ojesto, acerca de la situación de Irán. El directivo insistió en que la decisión ya estaba tomada, debido a que Irán (mencionando siempre su nombre masculino) presentó sus documentos de inscripción con una identidad masculina, de manera que "legalmente es hombre", y subrayó que conserva sus genitales masculinos, por lo que no se le puede permitir el acceso al baño de mujeres.
Respuesta oficial
A raíz de este problema, Irán consideró dejar la escuela. "Llevo mucho tiempo con terapeutas, con siquiatras, tomando medicamentos; no me había metido a estudiar porque pensé que iba a suceder esto, pero me arriesgué y me inscribí", comentó. "Si ese es el problema, puedo entrar al baño de hombres, pero quiero que (las autoridades) garanticen mi seguridad. Que nos dejen hacer campañas contra la discriminación, abrirles la mente, porque dicen que no están preparados para esto".
La dirección del plantel de Tacubaya envió a la Dirección General de la Escuela Nacional Preparatoria (DGENP) un informe de la situación. Estos datos y la resolución emitida por la dirección general se resumen en una hoja informativa que consta de seis puntos.
Ahí se asienta que "el alumno" manifiesta ser una persona transgénero en proceso de asumir el sexo femenino, "no obstante, posee aún genitales masculinos", y solicita hacer uso del baño de alumnas. Se explica que "(la dirección del plantel 4) no le ha permitido el acceso a los sanitarios de mujeres, pues el alumno fisiológica y jurídicamente pertenece al sexo masculino", además de que ha recibido quejas por su "conducta anormal".
Sin embargo, agrega que ha solicitado ya a la Dirección General de Servicios Médicos de la UNAM que se programen pláticas informativas sobre "estos casos médicos". Con base en estos datos, la dirección general concluye que "el alumno fisiológica y jurídicamente pertenece al sexo masculino, por lo que no se justifica que se le autorice el acceso a los sanitarios para mujeres". En la segunda y última resolución, se "recomienda" a la autoridad del plantel que continúe con sus gestiones de sensibilización a la comunidad y que haga un seguimiento del asunto.
Interrogado al respecto, el secretario particular del director general de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), Angel Carlos Hernández, subrayó que esa es la conclusión del problema, aunque no descartó que pueda ser modificada más adelante. "Habrá que revisar al final esta situación, porque (en la legislación universitaria) no hay nada estructurado al respecto, pero sería muy prudente volver a evaluar después de habernos informado respecto del tema", afirmó, haciendo énfasis en que vierte esas opiniones a título personal, pues la postura oficial es la que contiene la nota informativa.
Entrevistado en sus oficinas, aclaró que la resolución del caso "no es una interpretación moral, sino un asunto jurídico", y que se procuró hacer valer tanto los derechos de Irán como los de sus compañeras que no están de acuerdo en que utilice su baño. En relación con alguna actitud discriminatoria por parte de cierto sector de la comunidad universitaria, ya sea hacia la persona afectada o hacia sus compañeras y compañeros homosexuales, dijo que "tenemos que estar pendientes de que no suceda, y eso sí está plenamente legislado en los códigos universitarios".
Finalmente, cuestionado sobre el porqué a los alumnos se les prohibió formar un grupo de diversidad sexual, y si esto está vedado en algún reglamento, respondió: "nuestra Constitución Política establece claramente el derecho de asociación, siempre y cuando sea para un fin lícito; no hay más que hablar".
El MAP
En su nivel de educación superior, la UNAM ya había sufrido un incidente en el que se vio obligada a definir una posición respecto a la discriminación por orientación sexual. En marzo de 2003, integrantes del Grupo Universitario por la Diversidad Sexual (GUDS) denunciaron que en el campus de Ciudad Universitaria operaba un grupo homofóbico denominado movimiento anti putos (MAP), cuyos miembros agredían con bates a los estudiantes que mostraban actitudes afeminadas. También señalaron que personal de seguridad de Auxilio-UNAM extorsionaba a estudiantes gay "sin que hubieran cometido ninguna falta".
Cuando esta información fue difundida en conferencia de prensa, la UNAM se comprometió públicamente a investigar el caso del MAP y a sancionar "con el mayor rigor" a los agresores. La institución reiteró que siempre ha sido un espacio abierto a la tolerancia, en el que se respetan ideologías, credos, razas o preferencias, por lo que cualquier tipo de discriminación resulta "absolutamente inaceptable".
Marco legal
Según el reglamento de la ENP, esa institución tiene como finalidad impartir enseñanza correspondiente a nivel de bachillerato, "dando a sus alumnos formación cultural, preparación adecuada para la vida y un desarrollo integral de su personalidad". Paralelamente, en México existe la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que define esta práctica como "toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas".
Aunque esta ley federal no contempla sanciones, sí lo hace el Código Penal para el Distrito Federal, que en su capítulo destinado a los "delitos contra la dignidad de las personas" especifica que: "Se impondrán de uno a tres años de prisión, y de 50 a 200 días de multa al que, por razón de edad, sexo, embarazo, estado civil, raza, procedencia étnica, idioma, religión, ideología, orientación sexual, color de piel, nacionalidad, origen o posición social, trabajo o profesión, posición económica, características físicas, discapacidad o estado de salud (...) veje o excluya a alguna persona o grupo de personas...".
El pasado 13 de octubre, la UNAM y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) firmaron un convenio de colaboración para coordinar estrategias que permitan prevenir y eliminar toda forma de segregación. En el acto, el rector Juan Ramón de la Fuente manifestó el compromiso que había adquirido en días anteriores, en el cual las 20 universidades públicas más importantes de América Latina y el Caribe construyeron un espacio común de educación superior sin exclusiones. En el mismo acto, el titular del Conapred, Gilberto Rincón Gallardo, afirmó que la discriminación entraña la negación de derechos fundamentales y la limitación de oportunidades de crecimiento en condiciones de equidad para quienes son víctimas de esa situación.