Muchas se encuentran en el abandono, dice Díaz Barriga
Sobreoferta de escuelas tecnológicas propicia caos educativo: experto
La creación de 58 universidades tecnológicas y siete politécnicas en más de una década, en vez de ayudar a diversificar el sistema de educación superior en México ha contribuido a que sea caótico y más difícil de administrar, afirmó el investigador de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Angel Díaz Barriga.
En 2004 el subsidio ordinario que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las entidades federativas asignaron a estas universidades, que se distinguen por ofrecer carreras cortas (de tres años de duración en promedio) ascendió -según cifras de la dependencia- a mil 706 millones de pesos, de los cuales mil 580 millones fueron para las tecnológicas y el resto para las politécnicas.
El investigador y ex director del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU) señaló que las políticas educativas puestas en marcha en los pasados 15 años han tenido como eje central diversificar el sistema educativo, pero consideró que se debe revisar si realmente se ha logrado el objetivo o "hemos creado un sistema desorganizado y caótico".
Se preguntó qué sentido tiene ofrecer una formación tecnológica distinta cuando ya existían institutos tecnológicos en México, y entre los mexicanos sigue habiendo un arraigo muy fuerte por obtener un título tradicional y no el de estas nuevas modalidades.
Díaz Barriga es doctor en pedagogía por la UNAM y sus líneas de investigación son la didáctica de la educación superior; teoría y diseño curricular, y evaluación educativa. Ha escrito 13 libros.
En entrevista dijo que las universidades tecnológicas se crearon con el propósito de promover las carreras cortas y colocar instituciones en diversas localidades de una entidad; sin embargo, hay evidencias de que en algunos lugares fueron un fracaso.
Explicó que en algunas regiones las universidades se quedaron vacías, porque no había una necesidad real de ese tipo de instituciones o bien porque los estudiantes aspiraban a ingresar a la universidad autónoma del estado o al instituto regional para cursar una licenciatura, pero no una carrera corta.
Señaló, por ejemplo, que en una investigación encontró que la universidad tecnológica ubicada en la selva chiapaneca tenía pocos estudiantes, porque la mayoría de los jóvenes prefería estudiar los dos primeros años en las distintas sedes de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (que ofrece licenciaturas) y después trasladarse a la ciudad Tuxtla Gutiérrez a concluir su formación.
El problema, dijo, es que se crearon más instituciones que aparentemente van haciendo más diverso el sistema, pero que en el fondo es más difícil de administrar.
Señaló que la prueba de que las universidades tecnológicas no han sido tan exitosas, como dice la SEP, es que recientemente se crearon las politécnicas para que los egresados de las tecnológicas puedan continuar sus estudios y obtener una licenciatura.