Usted está aquí: sábado 26 de marzo de 2005 Opinión La tardía "revelación" de Misael

Gustavo Leal F.*

La tardía "revelación" de Misael

Mientras, siguiendo su costumbre, Vicente Fox festinaba los fantásticos avances que acontecen en Foxilandia: el "salto cuántico hacia delante" que representa el Seguro Popular, dijo, significa que "está más próximo a realizarse el ideal de contar con una protección de salud universal" e inclusive es "la solución al problema del desempleo de los profesionales de la medicina", el doctor Misael Uribe -en la mismísima Academia Nacional de Medicina (ANM)- se atrevió finalmente a enmendarle la plana.

Primero denunció la subinversión en infraestructura y capital humano e, inmediatamente, sostuvo que de no contarse con una mejoría del gremio será difícil resolver problemas como falta de plazas, carencia de presupuesto y "la pérdida de la dignidad del médico".

En su calidad de presidente de la ANM, Misael también reprochó a Fox la estrechez laboral de los galenos, así como la heterogeneidad de los médicos que se producen en escuelas y facultades. Le preguntó: "¿cuál es el campo clínico para la práctica hospitalaria de estudiantes de medicina en estados con menos de 3 millones de habitantes, pero con facultades de medicina de más de mil alumnos?"

Como era de esperarse, Fox permaneció en absoluto silencio, aunque todavía debió escuchar decir a Misael Uribe que "a los médicos nos preocupa la charlatanería que invade la profesión y la sociedad: le solicito respaldar a los médicos que claman por una mejor infraestructura". ¡Curiosa "revelación" en la persona de un, hasta hace muy poco, flamante coordinador general de los institutos nacionales de Salud del gobierno que alguna vez soñó ser del "cambio"!

Pero estas tardías palabras de Misael Uribe cobran sentido en el contexto de otras "brillantes iniciativas" del foxismo.

Primera. Para Víctor Beltrán, titular de la Dirección General del Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, las asociaciones y colegios que certifiquen el correcto ejercicio de las profesiones podrán obtener un reconocimiento de "idoneidad" para regular sus procesos de evaluación y cumplir con los requisitos de transparencia y calidad. Para Beltrán se trata de una "responsabilidad compartida" entre la autoridad educativa y esos organismos.

Y a pesar de que en México la certificación profesional "no es un requisito, sino una decisión voluntaria", comunicó que se buscará que profesiones que ponen en riesgo la vida, la salud, la seguridad y el patrimonio de los ciudadanos cuenten con mecanismos "transparentes de evaluación, sin conflicto de intereses, aplicados por instituciones serias que cumplen con la normatividad y con un marco ético". Lamentablemente, reconoció, no se cuenta con un padrón de los profesionistas certificados por estas organizaciones civiles: "hay que construirlo". Para ello, agregó, en julio de 2004, nació el Consejo Consultivo de Certificación Profesional, integrado por ocho autoridades estatales que rotarán su cargo cada año, cuatro secretarías de Estado -Educación Pública, Economía, Trabajo y Previsión Social y Salud-, así como representantes del sector empresarial y el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes).

Pero como observara Misael Uribe: el problema es el insultante desempleo médico, no su certificación. ¡Valiente "iniciativa" del gobierno del "cambio"!

Segunda. Venturosamente, la Facultad de Medicina de la Universidad La Salle no pierde el tiempo. Miguel Ahumada, su director, informa que la especialidad en enfermos en estado crítico o graves requiere de unidades especiales de terapia intensiva o intermedia, en la que siguen faltando doctores que la animen.

"No es de las más asistidas, dado que la carga emocional que el médico recibe al atender a estos pacientes es muy elevada. Son enfermos en estado grave y el médico se enfrenta más a la muerte que en otras especialidades: en ocasiones, a pesar de todos los esfuerzos, acaban falleciendo."

El conocimiento y destrezas requeridos en esa especialidad superan los de internistas, cirujanos generales o anestesiólogos, además de que anatomía, bioquímica, fisiología, patología, farmacología, atención clínica y manejo de equipos son algunos temas que abarca el plan de estudios del Programa Unico de Especialidades Médicas. "En la universidad consideramos este plan como el mínimo que los egresados deben conocer", dice Ahumada. "Nosotros adicionamos a los estudios las características de formación integral, servicio comunitario y desarrollo de valores humanos". La especialidad se cursa en dos años y exige que el interesado haya aprobado el Examen Nacional de Residencia (Enarm).

El "pequeño" problema es que, al pasado Enarm (5 de septiembre de 2004) se inscribieron 22 mil médicos y sólo fueron aceptados 4 mil. Los 18 mil rechazados, lamentablemente, no podrán optar por la nueva especialidad que divulga el doctor Ahumada.

Tercera. Después de más de cuatro años de "cambio", Fox no ha generado empleo médico. La Secretaría de Salud estima que en 2001 75 por ciento de los médicos en ejercicio (210 mil 621) se concentraba en 44 ciudades y, de ellos, hasta 35 por ciento estaba desempleado o subempleado.

Sin embargo, el Copaes presume haber "acreditado" la "buena calidad" de 37 programas de medicina en las ¡82! escuelas y facultades con que cuenta el país. El "lustroso" Consejo Mexicano de Acreditación de la Educación Médica, a cargo del "maestro" de Julio Frenk: Guillermo Soberón, se ha desvelado examinando 26 instituciones de educación superior públicas y 11 particulares. ¡Bravo! ¿Qué habrá distraído tanto la "revelación" de Misael Uribe?

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

 
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