Usted está aquí: domingo 27 de marzo de 2005 Opinión Cuba-UE: pragmatismo aperturista

Editorial

Cuba-UE: pragmatismo aperturista

El delegado de la Unión Europea (UE), Louis Michel ­quien informará a los ministros de esa organización una vez terminada su visita a Cuba­, está realizando una gira marcada por el pragmatismo diplomático y la cautela, que el gobierno de la isla demuestra en igual medida. La UE no fue iluminada por el Señor en el camino de Damasco (para usar el lenguaje de esta semana) y, por tanto, no es menos fría frente al gobierno cubano que, por su parte, mantiene la misma firmeza frente a la posible injerencia en sus asuntos internos y sostiene sus argumentos de siempre sobre los derechos humanos. Michel, por ejemplo, se reunirá con las esposas de los disidentes acusados y condenados por la justicia cubana por ser supuestos agentes estadunidenses y con los sectores ­oficiales u opositores­ que trabajan en el campo de los derechos humanos, y ha pedido al gobierno medidas concretas para presentar en Bruselas.

El gobierno de La Habana ha recibido cordialmente al comisario europeo de Desarrollo y no ha dificultado de ningún modo las reuniones de éste con representantes de presos condenados, no por sus opiniones, sino por recibir dinero e instrucciones de una potencia extranjera para realizar sus actividades. Además, ya ha liberado a algunos de esos acusados por razones médicas y humanitarias, y podría dejar libres a otros en los próximos días, como demostración de buena voluntad y para facilitar el acuerdo con la UE.

Lo nuevo, por consiguiente, está en otro lado. La UE da una señal a Estados Unidos (que redobla su bloqueo a la isla y amenaza con medidas agresivas contra la misma) de su independencia respecto de la diplomacia de Washington y reanuda las relaciones con La Habana suspendidas hace dos años como resultado de algunos cambios internos en los países europeos y de la resistencia de la UE ante la política estadunidense en relación con Irán, importante cliente de Francia, Alemania y Rusia. En efecto, el derrumbe del régimen del Partido Popular en España marcó una toma de distancia de Madrid frente a las exigencias de Washington y, por consiguiente, frente a Cuba. Y las continuas pretensiones de Estados Unidos de imponer sus leyes nacionales sobre la legalidad internacional al impedir las transacciones con Cuba, lesiona también los intereses comerciales y financieros de los países europeos.

Aunque por parte de la UE no haya habido, pues, una reflexión más profunda sobre los derechos humanos ­es notable en este sentido el tremendo contraste que existe entre la isla y la base de Guantánamo, aún ocupada por Estados Unidos en territorio cubano­ ni un cambio de política, la presencia de Michel, en los hechos, es una nueva grieta en el bloqueo contra Cuba. Es también una nueva demostración de que Estados Unidos no es omnipotente y tiene, entre sus mismos aliados, adversarios contra su política de guerra preventiva hacia el llamado eje del mal, grupo que se amplía o se restringe según los humores de Washington, pero que Cuba integra desde que conquistó su segunda independencia, en 1959.

 
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