Lo demuestran nexos de Manuel Espino con El Yunque, señala Víctor Espinoza Valle
La ultraderecha ''ya se comió al PAN'', advierte académico del Colef
Inminente crisis partidista, dice el investigador
Desplazadas, corrientes doctrinarias ligadas con el pensamiento del fundador, Manuel Gómez Morín
La nueva dirigencia, en el ojo del huracán
Ampliar la imagen El dirigente nacional panista, Manuel Espino Barrientos. Fotograf�de archivo / Guillermo Sologuren
Los integrantes de la ultraderecha que no fueron asimilados durante el proceso de transformación que vivió el Partido Acción Nacional (PAN) en las últimas décadas ya se ''comieron'' a ese partido. Así lo demuestra la ligazón con El Yunque del nuevo presidente nacional del blanquiazul, Manuel Espino, sostiene el investigador del Colegio de la Frontera Norte Víctor Alejandro Espinoza Valle, quien pronostica que el momento sumamente difícil que enfrenta el PAN amenaza convertirse en una crisis.
El académico destaca que las importantes transformaciones que Acción Nacional ha venido sufriendo en las últimas décadas causaron el desplazamiento de las corrientes doctrinarias ligadas con el pensamiento de su fundador, Manuel Gómez Morín.
Fases del cambio
La primera fase de cambio se vivió cuando ''las corrientes doctrinarias fueron desplazadas por los grupos conocidos como neopanistas, y hoy por los sectores más conservadores ligados a organizaciones de ultraderecha''.
La segunda ocurrió en los años 80, dice, cuando el partido alcanzó el poder, primero a nivel municipal y luego en 1989, con la obtención de la primera gubernatura en la historia del blanquiazul, en Baja California; el momento culminante se vivió con la elección del 2 de julio de 2000, mediante la llegada de Vicente Fox a la Presidencia de la República.
En el análisis titulado El PAN. Las dificultades del cambio, difundido en la gaceta electrónica El correo fronterizo, del Colegio de la Frontera Norte, Espinoza Valle refiere que la llegada de Luis Felipe Bravo Mena a la dirigencia nacional panista, en 1999, representó el desplazamiento de los grupos y liderazgos de los fundadores. A Bravo Mena, dice, le tocó ''vivir el momento de transición entre el neopanismo y la ultraderecha''.
En tanto, el ''momento más significativo del panismo doctrinario fue la presidencia de Carlos Castillo Peraza, el último de los intelectuales panistas, defensor de las teorías de Gómez Morín''.
Espinoza Valle señala que el neopanismo se caracterizó por la incorporación de jóvenes empresarios a puestos relevantes de la estructura partidaria y a funciones gubernamentales, que iban desde presidencias municipales hasta gubernaturas.
Ese fenómeno lo ejemplifica muy bien -señala- la expresión ''bárbaros del norte'', donde despuntan los nombres de Manuel J. Clouthier, Ernesto Ruffo Appel, Francisco Barrio Terrazas y Eugenio Elorduy, entre otros.
Sin embargo, tanto doctrinarios como neopanistas empezaron a perder posiciones, y lo que temía Castillo Peraza sucedió: ''Los ultras no fueron asimilados; los ultras se comieron al PAN''.
El académico indica que la ligazón comprobada con El Yunque del nuevo presidente nacional, Manuel Espino, no deja lugar a dudas del avance de la ultraderecha en Acción Nacional.
La segunda vertiente que impacta la vida interna del PAN -detalla el investigador del Colef- es sin duda la llegada al poder de los panistas, a partir de los años 80. ''No es lo mismo ser oposición que detentar el gobierno.''
Ese ascenso implicó, entre otras cosas, un ''vaciamiento'' de los cuadros partidistas hacia las estructuras gubernamentales. De tal manera que la principal actividad se trasladó hacia los gobiernos primero municipales, después estatales y, por último, a la Presidencia de la República.
Comenta que de esa forma fue como ''se traslaparon las actividades partidistas y las gubernamentales. Pero quizá más importante fue que se multiplicaron los recursos económicos y esto llevó necesariamente hacia una lucha por los puestos de representación popular. Así, el PAN vive las consecuencias de ser el partido del gobierno''.
Espinoza plantea que habrá que estar atentos en los meses por venir, y ante la sucesión presidencial, si Acción Nacional es capaz de sortear sus dificultades.
Por lo pronto, el analista comenta que el PAN vive una crítica situación derivada de la elección de Espino Barrientos, el pasado 5 de marzo, que se ha agravado con las declaraciones de prominentes panistas e inclusive con su salida del blanquiazul. Es el caso de Tatiana Clouthier Carrillo, reconocida militante -e hija de uno de los hombres más emblemáticos del partido, Manuel J. Clouthier-, quien admitió que su salida obedeció a la llegada de Espino.
En tanto, otra figura, Luis H. Alvarez, ex candidato presidencial y uno de los militantes más reconocidos, declaró que el proceso de elección de Espino ''estuvo viciado'' y se presentaron ''actitudes sesgadas y comportamientos subrepticios''. Eso, enfatiza el investigador del Colegio de la Frontera Norte, ya cala.