Usted está aquí: martes 29 de marzo de 2005 Sociedad y Justicia Usan ultraconservadores de EU el caso Schiavo para reavivar sus campañas

Buscan traducir el dogma religioso en ley, considera el diario Los Angeles Times

Usan ultraconservadores de EU el caso Schiavo para reavivar sus campañas

Los defensores de la vida lanzan amenazas de muerte

Prohíben documentales científicos

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El caso de Terri Schiavo, utilizado pol�camente por la administraci�ush FOTO Ap

Nueva York, 28 de marzo. El día más sagrado del cristianismo se celebró este fin de semana con el tradicional desfile de Pascua en esta ciudad, una misa en la catedral de San Patricio, huevos y conejos de chocolate y malvavisco, mientras que en Texas, el presidente George W. Bush acudió a una misa en una base militar para "orar por la paz", todo esto marcando la culminación de una semana en que el debate nacional fue sobre la "santidad de la vida".

Una vez más, Dios fue tomado como rehén de la política estadunidense, o tal vez al revés.

El debate político nacional en días recientes ha girado sobre Dios, o más precisamente, sobre la versión de Dios impuesta por una minoría fundamentalista que aparentemente ha logrado secuestrar no sólo el debate político, sino el cultural, científico, médico y legal de Estados Unidos.

La semana pasada, el presidente Bush interrumpió sus vacaciones en Texas para volar a Washington y promulgar una ley, velozmente aprobada por el Congreso, que logró trasladar el caso de la moribunda Terri Schiavo de los tribunales estatales al ámbito federal, todo bajo el pretexto de defender la "santidad de la vida", una maniobra que el diario Los Angeles Times consideró equivalente a un "golpe de Estado constitucional".

Este acontecimiento fue realizado por los estrategas de Bush, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Tom DeLay, y el líder de la mayoría republicana del Senado, Bill Frist (quien, en su calidad de médico graduado en Harvard, anunció que, a partir de su observación de videos de Schiavo, tenía un diagnóstico contrario al de todos los doctores que atendieron a la enferma durante los pasados 15 años) y el hermano del presidente y gobernador de Florida, Jeb Bush, entre otros.

Todos invocaron a Dios, y se postularon como héroes divinos que llegaban para defender la vida, solicitando que todos rezaran con ellos, en nombre de la "fe".

La razón política fue obvia desde el principio: responder a las bases cristianas ultraconservadoras que tomaron el caso de Schiavo como bandera en su cruzada para defender la "santidad de la vida", y no resulta sorprendente que líderes nacionales del movimiento contra el aborto y otros estaban en el centro de este esfuerzo.

Un memorando que circuló entre senadores republicanos describió este caso como "un gran tema político", ya que rendirá frutos entre las bases provida del partido.

Los Angeles Times opinó que "los manifestantes que oran y corean consignas frente al hospital en Florida... son una indicación de que este es un nuevo frente en lo que empezó como la guerra sobre el aborto, un esfuerzo para traducir dogma religioso en ley...." El rotativo agregó que el caso demuestra "que algunos conservadores sociales están contentos de ver al gobierno adquirir proporciones estalinistas cuando éste implementa su moralidad sobre el resto del país".

Algunos opositores de esta campaña han recibido amenazas de muerte por los defensores de la "santidad de la vida".

Hablando de este tema, este pasado fin de semana Bush se presentó en el Fuerte Hood en Texas para acompañar a los soldados en el ritual de Pascua, y para "orar por la paz". Ahí declaró que "quiero desear feliz Pascua a todos los ciudadanos y sus familias. Oramos por la paz, oramos por nuestros soldados y sus familias".

En otras noticias divinas, los Diez Mandamientos están bajo juicio de la Suprema Corte. El caso llegó a la instancia legal máxima de la nación en torno a la cuestión fundamental sobre si monumentos de los Diez Mandamientos pueden o no estar sobre propiedad gubernamental sin violar la separación de Estado e Iglesia establecida en la Constitución.

Como ha reportado La Jornada anteriormente, muchos de los monumentos en la disputa fueron colocados como parte de una campaña publicitaria para promover la película Los diez mandamientos, producida por Hollywood en los años 50.

Por otra parte, los fieles ultraconservadores han logrado intimidar a exhibidores de películas de ciencia. The New York Times informó la semana pasada que varios teatros de películas IMAX (pantallas gigantescas) han evitado mostrar documentales que podrían provocar la ira de los cristianos fundamentalistas -particularmente en torno al aparentemente muy controvertido tema de la evolución y cualquier mención de un tal Charles Darwin.

Entre los documentales que han provocado controversia están Viaje cósmico sobre el universo, y Galápagos, sobre las islas donde Darwin hizo sus famosas observaciones. Los fundamentalistas se oponen a versiones científicas que no se apegan estricta y literalmente a la versión de la creación narrada en La Biblia. Lo peor, señala el Times, es que algunos de estos teatros de cine documental se encuentran dentro de centros de educación científica o museos.

Esto no es nada novedoso en el actual régimen político-religioso en Estados Unidos. En las escuelas públicas de varios estados hay una controversia cada vez más intensa sobre la educación científica, con algunas escuelas obligadas a ofrecer dos versiones de la vida biológica -la de la evolución junto con la del "creacionismo" bíblico- y no pocos maestros de ciencias han sido intimidados si rehúsan respetar la versión "cristiana".

Y claro, no hay que olvidar la gran campaña del presidente y sus aliados para defender la "santidad" del matrimonio heterosexual y la ofensiva contra las parejas gay, y las políticas sociales bautizadas como "iniciativas basadas en fe" financiadas por el gobierno para abordar la pobreza, la educación y, claro, el sexo (perdón, la abstención).

"Siempre es más sabio errar por el lado de la vida", declaró Bush al justificar su razón por intervenir en el caso de Schiavo. Pero tal vez en esta ocasión los políticos defensores de la "santidad de la vida" erraron demasiado, ya que en las encuestas del circo político en torno a Terri no se ganó el apoyo del público en tal vez uno de los primeros indicadores de que este país no ha perdido su sentido común.

Abrumadoras mayorías, en encuestas de CBS News, ABC News y CNN/ Gallup, registraron su oposición a la intervención del gobierno en el caso de Schiavo y opinaron que Bush, DeLay y los legisladores sólo usan el caso para sus intereses políticos.

No sólo eso, sino que Bush ahora registra el nivel de aprobación más bajo de su presidencia según las más recientes encuestas nacionales. Sin embargo, igualmente notable es que parece importar poco.

El sector religioso fundamentalistas conservador siempre ha sido una minoría. Lo notable es que esa minoría ha logrado imponer caa vez más su agenda sobre este país. Como señala el columnista Frank Rich, de The New York Times, "en algún momento -y parece que estamos en ese momento- el temor se impone, permitiendo a la chusma a intimidar a la mayoría por breve tiempo....

"Esa intimidación, nutrida por los políticos en el poder, se ha vuelto omnipresente, llevando a las televisoras a practicar la autocensura y a maestros de preparatoria evitar mencionar la 'palabra e', es decir, evolución, en sus aulas, para no provocar el rencor fundamentalista." Concluye que esto ya es algo parecido a un "macartismo en nombre de Dios".

 
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