Usted está aquí: martes 29 de marzo de 2005 Ciencias Estudiante de 19 años refuta paradigma sobre las bacterias

El hallazgo se publicará proximamente en la revista Trends in Genetics

Estudiante de 19 años refuta paradigma sobre las bacterias

Tratamos de demostrar que lo que se establece como modelo no se puede generalizar, afirma Ana Lucía Gutiérrez, alumna de la licenciatura en ciencias genómicas de la UNAM, única en América Latina

KARINA AVILES

Ampliar la imagen Ana Luc�da seguimiento a sus investigaciones en las instalaciones del Instituto de Biotecnolog�de la UNAM, en Cuernavaca FOTO Marco Mijares

Desde adolescente supo que la investigación era lo suyo, aunque no tenía ni idea de los estudios que quería realizar. Pero fue constante. No dejó descansar su pasión por la ciencia y hoy, a los 19 años, Ana Lucía Gutiérrez Preciado, alumna de la única carrera en ciencias genómicas que se imparte en Latinoamérica, ya es coautora de un estudio científico que refuta un paradigma que se tenía respecto a bacterias, hallazgo que será publicado por la prestigiada revista Trends in Genetics.

Ana Lucía es alumna de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Todas las mañanas va a clase en el Instituto de Biotecnología (IBt), en la sede de Cuernavaca, y, posteriormente, se sumerge en el mundo del laboratorio para plantearse nuevas preguntas que le hacen aprender y vivir la actividad científica.

En entrevista con este diario, la joven investigadora cuenta que ha sido muy afortunada. Aunque sus padres "tienen una tienda de videojuegos" y no se dedican a este quehacer, el interés científico comenzó a surgir por su gusto hacia las matemáticas, la biología y la química.

Lo anterior no fue gratuito. Tuvo excelentes profesores, gracias a los cuales se dio cuenta de que estas materias no eran un "horror" como muchos de los estudiantes creen. Impaciente, cuando todavía era una preparatoriana, buscó la manera de iniciar sus inquietudes y encontró al IBt.

Ahí, señala, realizó dos proyectos de investigación con los doctores Alejandra Bravo y Rafael Vázquez. Su búsqueda aumentaba y, en el verano de 2003, entró con el investigador del IBt Enrique Merino, quien desde entonces ha sido su guía, su maestro.

Ana quedó fascinada con el laboratorio de genómica computacional dirigido por su mentor. Para entonces, ya estaba plenamente convencida de que quería dedicarse a la investigación y la elección de su carrera resultó obvia.

Ingresó a la licenciatura en ciencias genómicas, de reciente creación. Como estudiante de la primera generación de dicha carrera comenzó a realizar sus investigaciones bajo la tutela del doctor Merino, a quien admira y reconoce por el tiempo que ha dedicado para que ella se forme.

Ana Lucía está apenas en el segundo año de la licenciatura y ya habla de este trabajo realizado con los científicos Enrique Merino, Roy A. Jensen y Charles Yanofsky, mismo que se publicará en unas semanas en la revista internacional Trends in Genetics.

El trabajo se titula "New insights into regulation of the tryptophan biosynthetic operon in Gram positive bacteria" (traducido por los autores como "Confrontando el dogma de la regulación de operones biosintéticos de triptofano en bacterias Gram positivas").

En principio, la estudiante explica que las bacterias se dividen en dos clases: las Gram positivas y las Gram negativas. La ciencia, añade, ha tratado de establecer un modelo para ambos tipos.

En relación a las Gram positivas se estableció un modelo basado en la bacteria Bacillus subtilis y se encontraron mecanismos de regulación para un aminoácido que forma parte de las proteínas y que se llama triptofano. Ese modelo sustenta que así como éste se regula, igual ocurre para el resto de las Gram positivas. "Lo que encontramos es que esto no es cierto, que el Bacillus Subtilis es sólo una excepción. De manera que lo que tratamos de demostrar es que lo que se establece como modelo no se puede generalizar".

La joven señala que actualmente están en la etapa experimental para analizar si estas predicciones se comprueban. Ana Lucía se siente orgullosa de participar en esta investigación al destacar que la ventaja mayor que ha obtenido es "aprender mucho".

Pero además de dedicar bastantes horas al estudio, Ana Lucía también aprende a ser joven y por ningún motivo deja de jugar al futbol rápido con su equipo de amigas los fines de semana...

 
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