Usted está aquí: martes 29 de marzo de 2005 Cultura Se explora el vínculo entre musicalidad natural y humana

Gonzalo Salazar presenta espectáculo en el CNA

Se explora el vínculo entre musicalidad natural y humana

ANGEL VARGAS

Con su proyecto Animal sonoro, el compositor y guitarrista Gonzalo Salazar busca redescubrir y mostrar el vínculo entre la musicalidad intrínseca a la naturaleza, en especial la producida por la fauna, y la creada deliberadamente por los seres humanos.

Este espectáculo, en el que música, danza, video y literatura se entremezclan, se estrena hoy y con él se clausurará el séptimo Encuentro Internacional de Guitarra, que comenzó a principios de mes en el Centro Nacional de las Artes (CNA).

La función será en el Teatro de las Artes de ese complejo cultural, ubicado en Río Churubusco y calzada de Tlalpan, a las 20 horas, mismos horario y lugar en el que será presentado también mañana miércoles.

''La materia de mi obsesión es el sonido, casi todo lo que percibo está asociado a una sonoridad" la cual puede ser traducida como algo musical, comenta en entrevista Gonzalo Salazar, quien precisa que de todo ese espectro sonoro, el de los animales es de los que más llaman su atención.

''Estoy seguro que ni las más intrincadas texturas melódicas, la polimetría, el serialismo integral, la música espectral, la del continuo o el contrapunto espacial resonaron con la riqueza sonora" de los animales, abunda.

Ellos ''usan el sonido para relacionarse, como ubicación, señal de alarma y para muchas cosas que aún ignoramos. Algunos cantan inclusive para morir y tal vez algún día aceptaremos que lo hacen no sólo a partir del instinto".

Precisamente con Animal sonoro el creador procura demostrar cómo lo sonoro, la musicalidad, es un elemento que llegado el caso podría inclusive servir de medio de comunicación, una especie de lingua franca, entre los humanos y otras especies vivas.

Su espectáculo parte de crear un ecosistema en el que todos los seres y objetos de su universo adquieren dimensiones musicales.

Es un proyecto que ''alude a la animalidad de la música, a la musicalidad de lo animal; es una interfase, un espacio de intersección entre dos lenguajes sonoros: el animal y el humano", aclara. ''La música ya estaba ahí. Le hemos puesto patente humana, pero es un equívoco".

El montaje de esta obra reúne música de George Crumb, Leo Brower y John Fitz Rogers; instalación sonora de Marcelo Gaete e Ignacio Baca Lobera, Martin Siles y Gonzalo Salazar; la actuación de la compañía Caverna 7; y como invitados especiales, la participación de la cantante Rita Guerrero y el escritor Guillermo Samperio, todos dirigidos por Ivonne Muñoz.

 
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