Indignación de Ana Chávez por la decisión de una juez

Alerta ciudadana sobre jugada legaloide en el caso Varo

MERRY MAC MASTERS

''Indignada y consternada" está Ana María Chávez de Hernández ante la sentencia que condena al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a entregar las 39 obras de Remedios Varo Uranga (1908-1963) depositadas en el Museo de Arte Moderno (MAM).

A su vez, Luis-Martín Lozano, director del MAM, reiteró: ''me parece indignante que en vez de que la ley sirva para la protección del patrimonio nacional, se utilice para despojar a los mexicanos de sus bienes culturales'', en declaraciones a Notimex.

Ana María Chávez como ex dueña del óleo Creación de las aves, de Varo, incluido en ese acervo, aportó documentación para integrar el expediente entregado a modo de pruebas para determinar la masa hereditaria de la pintora surrealista fallecida en México.

''Los mexicanos vamos a estar de duelo si nos hacen una jugada así, por la impotencia nuevamente ante medidas arbitrarias e injustas", expresa doña Ana María, cuyo marido, el médico pediatra Manlio Hernández, compró Creación de las aves, de 54 x 64 centímetros, directamente a Remedios Varo, en 1958.

Cuenta: ''Habíamos ido al cine Diana y a la salida de la función nos tropezamos con la galería (Diana) de Rosita Bal y Gay, que exhibía cuadros de Remedios Varo. Quedamos prendados con su trabajo y desde ese día quisimos tener una obra. Como todas las pinturas de la exposición se habían vendido, mi esposo buscó a Remedios Varo y el 21 de diciembre de 1957 le mandó hacer un cuadro con la advertencia de que no podía pagar más de 5 mil pesos, porque éramos recién casados y era un gran esfuerzo para nosotros.

''Tiempo después, Remedios le llamó a mi esposo para decirle que el cuadro había salido más grande de lo que había pensado, así que serían 6 mil 500 pesos."

Leyes, ¿para desvirtuar?

La galería Diana expidió una factura (cuya copia aquí se reproduce, con la firma de Jesús Bal y Gay) con fecha de 30 de mayo de 1958, al doctor Hernández, quien guardó el cuadro hasta la siguiente Navidad para regalárselo a su esposa. La entrevistada recuerda que había hecho mucho frío, y entonces, cuando vio el envoltorio pensó que era una cobija eléctrica que se le hacía mucha ilusión. Grande fue su sorpresa al ver el contenido.

Una vez entregado el cuadro, los Hernández siguieron en contacto con Remedios Varo y Walter Gruen quienes, inclusive, alguna vez convivieron en casa del joven matrimonio.

Debido a problemas económicos, en 1986 los Hernández se vieron en la necesidad de vender el cuadro que fue comprado por Walter Gruen. Era una época en que el nombre de Remedios Varo todavía no sonaba tanto. En 1994, Beatriz Varo Jiménez, sobrina de la pintora española, subastó el cuadro Naturaleza muerta resucitada, de 110 x 80 centímetros, en 550 mil dólares.

Molesta por la puesta en duda de la veracidad de los documentos aportados por el INBA, Ana María Chávez además se indigna porque ''las leyes pueden desvirtuar dichas constataciones en perjuicio de nuestra herencia, dado que el señor Gruen dejó ese legado para los que amamos el arte".