La decisión, en manos de miembros del Colegio Cardenalicio con menos de 80 años
Vuelta a un papa italiano o elección de un latinoamericano, escenario sucesorio
El colombiano Darío Castrillón, un prelado conservador, considerado entre los favoritos
Apreciado por Juan Pablo II, el liberal brasileño Claudio Humes, otro de los candidatos
Joseph Ratzinger, el llamado "guardián del dogma", juega el papel del gran elector
Ampliar la imagen Pope John Paul II in a gondola in the grand canal of the Venice lagoon during the Pontiff's visit to Venice, June 16, 1985. Pope John Paul, whose health deteriorated suddenly on Thursday, has received the Roman Catholic sacrament reserved for the sick and dying, Italian media reported. The sacrament, which involves anointing the sick person with special oils, was once called ''Last Rites''. REUTERS/Vatican/Files Foto: VATICAN
Ciudad del Vaticano, viernes 1º de abril. Con la muerte de Juan Pablo II se abrió el proceso para designar a quien dirigirá en adelante los destinos de la Iglesia católica. La tarea queda en manos de los 130 cardenales que integran el Colegio Cardenalicio, pero sólo de aquellos que tienen menos de 80 años.
Todavía no se instala el cónclave en la Capilla Sixtina, de la que deberá salir humo blanco cuando ya haya sido definido el sucesor de Karol Wojtyla, pero ya se maneja la hipótesis de que el nuevo papa podría ser de un país de América Latina, según varios analistas.
Juan Pablo II lo preparó hasta en sus detalles más mínimos con la constitución apostólica aprobada en 1996. Si fallece, dos prelados tendrán un papel primordial: el cardenal camarlengo -función que ejerce actualmente el español Eduardo Martínez Somalo-, que deberá ocuparse de los asuntos corrientes, y Joseph Ratzinger, de 77 años, presidente de la Congregación para la Doctrina de Fe y decano del sacro colegio, por su influencia dentro de la curia.
Los cardenales electores menores de 80 años suman 117, algo menos que el número máximo de 120 fijado por el papa Paulo VI: 58 europeos (20 italianos), 14 estadunidenses, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía.
Los cardenales electores se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina. El sucesor de Juan Pablo II deberá recabar dos tercios de los sufragios en un proceso que podría demorar hasta 20 días.
La tradición canónica consiste en alternar un pontificado corto con uno largo y este principio parece favorecer a un papa de cierta edad -Juan Pablo II tenía 58 años en el momento de su elección- para asegurar una transición.
Ahora bien, los cardenales electores también pueden designar a un prelado joven para continuar la obra realiza por su predecesor.
Dos grandes tendencias se presentan en el Vaticano: una vuelta a un papa italiano o la elección de un latinoamericano, de un continente que representa la mayoría de católicos en todo el mundo.
Y dos campos se oponen -conservadores y liberales, aunque estas etiquetas siempre resultan simplistas- ante los grandes retos del mañana: gestión más colegiada de la Iglesia, celibato de los sacerdotes, diaconado de la mujer, contracepción.
El cardenal italiano Mario Francesco Pompedda, de 75 años, prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, lamentó recientemente que los cardenales con cargos en la curia romana dejaran de reunirse en el llamado Consejo de Ministros.
El prelado criticó indirectamente el poder adquirido por dos personajes mientras la salud del Papa empeoró en las últimas semanas: el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, encargado del gobierno central, y el secretario privado de Juan Pablo II, el polaco Estanislao Dziwisz, la persona de confianza que lo asistió desde hace 40 años.
El creciente poder del cardenal Sodano irritó a algunos sectores de la Iglesia y con su política refuerza la posibilidad de ser un "papable" creíble, según fuentes vaticanas.
De acuerdo con algunos expertos, "después de Juan Pablo II todos van a querer a un italiano, para que no revolucione la Iglesia ni moleste a nadie, lo que ocurriría con la elección de un estadunidense, un alemán o un francés". Pero muchos recuerdan que antes de la elección del primer papa polaco de la historia, en octubre de 1978, figuraron entre los favoritos dos italianos que no lograron el consenso.
Los momios
Según los casos, aparecen regularmente en la prensa varios nombres de papabili. En la hipótesis de un papa italiano, cinco prelados están en liza: los cardenales arzobispos Dionigi Tettamanzi (Milán), de 70 años, quien podría representar lo que llaman "un papado de transición"; Angelo Scola (Venecia), 63 años, considerado un "moderado", y Tarcisio Bertone (Génova), 70 años; el secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, de 77 años, y el prefecto de la Congregación para los Obispos, Giovanni Battista Re, de 71.
Según el sacerdote alemán Eberhard von Gemmingen, de Radio Vaticano, la mayoría de los cardenales son favorables a la elección de un Papa proveniente de un país en desarrollo, en particular de América Latina.
Así, fuera de Italia, entre los más citados figura el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, prefecto de la Congregación para el Clero, cuyo prestigio de hombre hábil, conservador enérgico y políglota, unido a la experiencia dentro de la curia romana, lo convierte en uno de los favoritos.
También se baraja el nombre del carismático cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de 62 años, arzobispo de Tegucigalpa, salesiano, quien es el típico exponente de la nueva jerarquía eclesiástica latinoamericana, capaz de luchar por las desigualdades sociales sin que lo acusen de simpatizante de la teología de liberación.
También está el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, de 67 años, arzobispo de Buenos Aires, definido como hombre tímido, esquivo y de pocas palabras, crítico severo de los modelos económicos neoliberales, proclamado cardenal en 2001 junto con otros diez latinoamericanos; goza de fuerte popularidad entre sus colegas y podría convertirse en el primer papa jesuita de la historia.
Otro candidato proviene del país más católico de América Latina: el brasileño Claudio Hummes, de 69 años, arzobispo de Sao Paulo, franciscano, comprometido en los años sesenta contra la dictadura, quien abrió las iglesias al movimiento sindical y era apreciado por Juan Pablo II, quien lo invitó a rezar en la Cuaresma de 2001.
Africa, continente donde la Iglesia católica debe medirse con el islam y las sectas, tiene también un candidato, el nigeriano Francis Arinze, de 72 años, prefecto de la Congregación para el Culto Divino.
Los outsiders
Entre los outsiders, dos prelados "jóvenes": el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, de 60 años, y el cardenal indio Telesphore Placidus Toppo, arzobispo de Ranchi, de 65 años.
Pero el "gran elector", el hombre que maneja una mayoría de votos, sigue siendo Ratzinger, de 77 años, el "guardián del dogma" y uno de los purpurados más cercanos a Juan Pablo II.
Decano del Sagrado Colegio, el gran censor de la teología de la liberación, que ha dicho no al sacerdocio femenino, es una "autoridad notoria y un hombre de poder".
Nada está decidido hasta la votación final, recuerdan los vaticanistas. Cardenal arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla no era ningún favorito cuando fue elegido en la tercera vuelta del escrutinio el 16 de octubre de 1978 para convertirse en el primer papa no italiano en 455 años.