Usted está aquí: viernes 1 de abril de 2005 Opinión LA MUESTRA

LA MUESTRA

Carlos Bonfil

Melinda y Melinda

Toca a Woody Allen abrir la XLV Muestra Internacional de Cine

HOY DA INICIO la XLV Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional y varias plazas más, con funciones en la ciudad de México hasta el 24 de abril, y un recorrido por diversos estados de la República hasta el 6 de septiembre. En los años recientes, la Muestra abría tradicionalmente su programación con una película clásica, alguna versión recién restaurada del cine de Charles Chaplin o de Buster Keaton. En esta ocasión, al incluir su programa un documental sobre el actor y cómico Germán Valdés, Ni muy muy, ni tan tan, simplemente Tin Tan, de Manuel Márquez, se eligió ofrecer como primer plato Melinda y Melinda, la realización más reciente de Woody Allen, un sorpresivo retrato doble, narrado paralelamente en dos géneros distintos, comedia y tragedia, con una sola protagonista, Melinda (Radha Mitchell en dos papeles autónomos, diferenciados físicamente por el estilo de peinado), cuya función dramática es irrumpir sorpresivamente en la vida conyugal de una pareja, y en poco tiempo trastornarla.

ESTA SENCILLA PREMISA narrativa la proponen dos escritores durante una charla en un restaurante neoyorkino. Uno de ellos sugiere un desarrollo cómico para esta hipotética historia; el otro la concibe, en cambio, como un drama encaminado a un desenlace trágico. Woody Allen narra ambas posibilidades paralelamente, sugiriendo la capacidad de un creador (novelista, guionista, director, dramaturgo) de proponer dos tonalidades distintas, dos líneas narrativas divergentes, para un mismo asunto.

COMO EN MUCHAS realizaciones anteriores, Woody Allen elige aquí un alter ego, una versión de sí mismo más robusta y más joven, Hobbie (Will Ferrell), con las clásicas inseguridades de un seductor sin suerte. Hobbie está casado con una directora de cine (Amanda Peet), pero en su matrimonio parece desterrada la pasión y también cualquier otro entusiasmo. Melinda, la nueva vecina, podría ser una alternativa amorosa. Esta vertiente del relato juega con los temas predilectos del director de Annie Hall, entre ellos la frustración sentimental como detonador de situaciones humorísticas. El tono es el de una comedia sofisticada, muy controlada en sus diálogos y ocurrencias, lo que marca distancias con el Woody Allen de cintas más llamativas, como Los enredos de Harry o Balas sobre Nueva York. En Melinda y Melinda un recurso interesante es el regreso ocasional de la narración a su punto de origen, la discusión en el restaurante, como si el director se divirtiera mostrando la disección casi entomológica que hacen de sus personajes los narradores en contienda.

LA VERSION "TRAGICA" del relato retoma el tema del adulterio, esta vez entre Laurel (Chloe Sevigny) y su pareja infiel, el comediante en ciernes Lee (Johnny Lee Miller). De nuevo, hay insistencia en el vacío existencial y en la tentación del suicidio, y también la posibilidad de un renovado entusiasmo amoroso, con su frustración previsible. Una versión apenas más oscura de la primera historia, sin que en ambas vertientes queden bien definidos los géneros propuestos. Woody Allen parece ofrecer la misma historia de siempre, pero sorprende aquí, más que nunca, con su malicia de realizador desencantado. A propósito de esta cinta, el crítico Roger Ebert cita un atinado comentario del New York Times: "Woody Allen no volverá a ser el joven cineasta de antes, y el público que se niegue a admitir esta verdad no madurará jamás y estará siempre preparado para una siguiente decepción". Es común constatar que directores que han hecho reír a una generación (Almodóvar o Woody Allen), suelen decepcionarla después cuando su visión del mundo se ha vuelto más cínica o más pesimista que la de los viejos espectadores que no supieron madurar del mismo modo. En Melinda y Melinda, comedia y tragedia cuentan una misma historia de amor y desencanto, y lo hacen con una sobriedad inesperada que bien podría frustrar las expectativas más impacientes.

MELINDA Y MELINDA. Cineteca Nacional. Viernes 1º de abril: 12:00, 16:00, 18:30 y 21:00 horas; sábado 2: 13:00, 16:30, 19:00 y 21:30 horas.

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