Usted está aquí: sábado 2 de abril de 2005 Política Turismo y falta de visión

Enrique Calderón A.

Turismo y falta de visión

Para la mayor parte de los mexicanos, el gobierno incluido, el conocimiento de los fenómenos turísticos -así como de la economía y las oportunidades que el turismo representa- es muy vago o simplemente no existe, no obstante su importancia a escala mundial, y lo que podría representar para nuestro país.

En 2003, el número de viajeros internacionales fue de 700 millones, lo que representó una derrama económica de 514 mil millones de dólares, cifra que marcó un incremento de 6 por ciento sobre el año anterior. La industria turística representa cerca de 200 millones de empleos directos (7.6 por ciento de la planta laboral mundial), mientras sus inversiones anuales fueron de 685 mil millones de dólares.

Por ello, hoy se considera que el turismo será una de las tres industrias que controlarán la economía durante el siglo XXI. Para 2006 la planta laboral habrá crecido a 11.5 por ciento del total mundial, mientras la derrama económica llegará a 1.5 billones de dólares y a 1.6 billones el monto de las inversiones realizadas en el sector; el crecimiento continuará toda la década y la siguiente.

Existen razones muy sólidas para pensar que México podría tener, si no la industria más grande del mundo, sí una de las tres o cuatro más importantes. Para ello bastan algunas cuantas consideraciones: 1) El país que más viajeros internacionales genera es Estados Unidos, no obstante que menos de 20 por ciento de los adultos de ese país tiene pasaporte, hecho que habla del gran crecimiento potencial que esa nación representa. 2) México tiene más de 7 mil kilómetros de litorales ubicados en el trópico, recurso que ningún otro país tiene, pues las playas y los litorales son el tipo de destino que mayor preferencia tiene entre los turistas. 3) Unos cuantos países, como Egipto, Grecia, Italia y China, concentran gran parte del patrimonio histórico de las antiguas civilizaciones; México forma parte de este selecto grupo, e incluye gran diversidad de sitios considerados patrimonio de la humanidad. 4) Su clima, bellezas naturales y artesanías están considerados entre los más atractivos del mundo.

La lista es grande y puede continuar, la realidad, sin embargo, es lamentable, como en muchos otros sectores. Nuestros ingresos en materia turística representan 1.5 por ciento del turismo mundial, razón por la que estamos debajo de Hong Kong, Hungría. Polonia, Malasia, Turquía, Portugal, Holanda, entre otros, ocupando apenas el lugar 19 en cuanto a captación de divisas.

Los problemas no paran allí. Los turistas que vienen a México tienen en general una estadía (número de días que permanecen) menor al promedio mundial y las inversiones turísticas han venido descendiendo año con año, 86 por ciento entre 1997 y 2003, mientras la disminución de inversiones a nivel general fue de 22 por ciento en el mismo periodo. Al mismo tiempo, los mexicanos con mayor capacidad económica prefieren viajar cada vez más a centros turísticos extranjeros que a los nacionales. ¿Tendrá esto que ver que viajar hoy día a Cancún cueste lo mismo que a Nueva York o San Francisco?

Lo más triste del caso es que, además de lo anterior, una característica lamentable de nuestro sector turístico es que sus grandes empresas operadoras -que son las que mayores utilidades tienen (operadoras hoteleras, operadoras de vuelos charters, etcétera)- son de capital extranjero.

Hace 30 o 35 años, el gobierno de México, con gran visión a futuro, creó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo y le encargó la creación y operación de un gran proyecto turístico nacional, que incluyó los desarrollos turísticos de Cancún, Ixtapa, Huatulco, Los Cabos y Loreto, poniendo a nuestro país a la vanguardia en el sector. Los gobiernos neoliberales que han venido después, y de manera muy especial el presente, se han dedicado a tirar todo por la borda y a dejar todos estos recursos a la iniciativa y voracidad extranjera, sin contar con un proyecto al respecto.

Quizás es tiempo de cambiar todo esto, de crear nuevamente un sector turístico moderno, generador de buenos empleos, atractivo para inversionistas y viajeros, haciendo a un lado la mediocridad y la falta de visión actual.

 
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