Usted está aquí: sábado 2 de abril de 2005 Espectáculos MUSICA

MUSICA

Ramón Vera Herrera

Alí Farka Toure

La música tradicional africana y el blues

DISCOS CORASON ACABA de publicar en México un álbum doble de Alí Farka Toure, uno de los músicos africanos que tienden un puente entre la música tradicional de varios de los pueblos de Malí -y de toda una región aledaña al río Níger, en Africa occidental- y el blues, ese prolífico género musical que hoy es influencia de gran parte de la música contemporánea en discos, conciertos, radio y televisión.

ESTE ALBUM DOBLE contiene el disco Rojo, que lo lanzó a la fama en Europa en los años 80, y el disco Verde, que grabó como secuela de su inesperado éxito internacional.

AUNQUE LA HISTORIA es conocida, vale la pena recordar que la inmensa cantidad de esclavos africanos que llegaron a Estados Unidos durante un lapso de 200 años, trajeron consigo su música. Después de las transformaciones propias de una cultura en el exilio, ésta derivó en el blues que, como germen de actitudes ante la música, fórmulas melódicas y rítmicas, maneras de cantar y tocar (sobre todo instrumentos de cuerda), estallaría años más tarde en el jazz, el soul y eso que se conoce mundialmente como rock, más todas sus entreveradas variantes.

CUANDO ANDY KERSHAW -quien se supone descubrió el disco Rojo en una tienda de Barbès, en París, a mediados de 1986-, escuchó en su casa la música de Alí Farka Toure, no pudo sino preguntarse si había descubierto "el eslabón perdido" entre la música de los pueblos de Africa occidental y el blues. "¿Es este estilo de blues, aislado por siglos en la remota Africa rural, la música que llevaron los esclavos africanos a las plantaciones del sur de Estados Unidos? No, fue mi respuesta abrupta. Alí resultaba ser un gran seguidor del blues estadunidense y había acumulado, desde muy joven, una considerable colección de cassettes. Pero al escuchar por primera vez esa música en los años 60, le fue evidente la enorme similitud que tenía con la suya propia. 'Ésta música salíó de aquí', comentó alguna vez Alí".

PERO QUIEN ES Alí Farka Toure. Según Lucy Durán, una de las estudiosas más profundas de la música de esa media luna en Africa occidental, "Alí nació en 1939, en Kanau, aledaño a los bancos del río Níger en el nordeste de Malí. Fue el décimo hijo de su madre pero el primero en sobrevivir la infancia. 'Perdí nueve hermanos, hijos todos de mi padre y mi madre. Me pusieron por nombre Alí Ibrahim, pero es costumbre en Africa darle un apodo extraño a un niño si tuvo otros hermanos que murieron.' El apodo que escogieron para Alí fue Farka, que significa burro, animal admirado por su fuerza y tenacidad. 'Pero aclaremos', dice, 'soy el burro que nadie puede montar'. Cuando Alí era apenas un infante murió su padre, mientras servía en el ejército francés, y entonces la familia se mudó al sur por el río a su hogar actual, Niafunké".

PESE A NO pertenecer a un linaje musical, Alí pudo dedicarse a la música por ser lo que en Niafunké se conoce como "hijo del río", alguien con el poder de comunicarse con los espíritus que poseen a algunos o algunas en las ceremonias que se celebran "cuando ocurren enfermedades inexplicables o repentinos desastres naturales, y donde la música y la danza son la actividad central". Siendo campesino, "el cultivo de la tierra absorbió su niñez. Después fue aprendiz de sastre. Pero lo hipnotizaba la música tocada en las ceremonias espirituales de los poblados de los bancos del Níger. Podía sentarse a escuchar con gran admiración mientras los músicos cantaban y tocaban los instrumentos favoritos de los espíritus: la guitarra de una sola cuerda conocida como djerkel, el violín de una cuerda o njarka y el ngoni, laúd tradicional de cuatro cuerdas".

EN SU ADOLESCENCIA, Alí fue taxista, mecánico y, durante un tiempo, chofer de una ambulancia ribereña. "Sus trabajos lo hicieron viajar ampliamente, pero continuó tocando música en las ceremonias y por placer, con grupos pequeños y como acompañante de algunos cantores. Para cuando cumplió poco más de 20 años ya manejaba con fluidez siete lenguajes malíanos y dominaba el ngoni, el njarka y la flauta de bambú del pueblo peul".

ALI PERTENECE AL pueblo sonrai, como la mayoría de la población de Niafunké, pero al paso del tiempo terminó hablando muchos de los lenguajes de la región, entre ellos el peul, de los pastores fulani nómadas, y el tamascheq, propio de los touareg del desierto, junto con los estilos y formas musicales propios de dichos pueblos.

DESPUES DE PRESENCIAR un concierto del guitarrista malínke Keita Fodeba, juró hacerse guitarrista y comenzó a "traducir la técnica de los instrumentos tradicionales y fue pionero en la adaptación de los estilos sonrai, peul y tamascheq a la guitarra occidental. Aún hoy, pocos han seguido este sendero".

SIENDO YA CONOCIDO como músico tradicional en Bamako, la capital malíana, trabajó como ingeniero de National Radio Malí en los años 70, mismo periodo en que "atrajo la atención del país mediante la radio, con su particular estilo de tocar la guitarra. Por consejo de un periodista amigo suyo envió algunas de las grabaciones de estos programas a la compañía disquera Son Afric, en París. En pocos meses salíó a la venta el primer álbum de Alí Farka Toure, uno de los primeros discos comerciales de música malíana. Continuó grabando en Bamako y enviando cintas a París hasta completar siete álbumes". Los primeros cinco de ellos son ahora muy difíciles de encontrar, aunque World Circuit, la disquera que lo descubrió para Europa, hizo en 1996 una selección de sus primeros cinco discos: Radio Malí.

LOS ALBUMES ROJO y Verde, que hoy Discos Corason edita en México, son respectivamente su sexto y su séptimo discos, grabados en los años 70.

La cosecha y la familia son primero

SEGUN LA INVESTIGACION de Lucy Durán, "los años 70 fueron un periodo de intensa actividad musical en Malí, por la rica mezcla de estilos que se juntaban por vez primera en Bamako. Era la riqueza propia de diversas tradiciones y los estilos foráneos que hacían impacto en las orquestas de baile locales. Las principales influencias de entonces fueron la música cubana, la rumba de Zaire, los estilos guitarrísticos de la vecina Guinea y la música de cantantes afroestadunidenses como James Brown, Ottis Redding y Aretha Franklin. Alí sigue admirándolos -en parte porque dice que al escucharlos reconoce en ellos mucho de sus propias tradiciones.

"DE TODA ESTA música, la que más le impactó por la similitud con la suya fue el blues. En 1968, un estudiante amigo suyo le puso discos de James Brown, Jimmy Smith, Albert King y John Lee Hooker. Lo asaltó de inmediato el pensamiento de que 'esta música fue tomada de aquí'. Especialmente en la música de Hooker encontró ecos de la música tamascheq.

"EN 1980, ALI regresó a Niafunké, se estableció, y comenzó a trabajar en sus tierras de cultivo y su casa. El hoy conocido como álbum Rojo obtuvo popularidad en Londres, lo que impulsó a Ann Hunt, de World Circuit, a ir a Malí e invitar a Alí a Europa. En 1987, Toure viajó solo desde Malí para tocar en sus primeros conciertos fuera de Africa. Sin signos de nerviosismo o extrañeza, y con una suprema y absoluta confianza en su música, hizo una serie de presentaciones ganándose al público por donde quiera. Ese mismo año grabó su primer disco fuera de Africa, un éxito instantáneo para el sello World Circuit. Desde entonces ha viajado por Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón, y ha grabado ya otros cuatro álbumes para el sello, incluidos The River, The Source, y el ganador del Grammy Talking Timbuktu, junto con Ry Cooder.

"PESE A SU asombroso éxito comercial, Alí se volvió muy renuente a abandonar su rancho en Niafunké. Nick Gold, de World Circuit, entendió que la única forma de hacerlo grabar de nuevo era llevarle el estudio de sonido, que se instaló en una escuela agrícola abandonada, y la grabación tuvo que ajustarse a los periodos de cultivo, pues la cosecha siempre está en primer lugar. El álbum fue Niafunké, lanzado en 1999.

"DESDE ENTONCES, ALI retornó a lo que él considera su principal papel en la vida: cuidar de sus tierras y estar con su familia. Está tan involucrado en proyectos encaminados a mejorar la situación agrícola de la región que lo nombraron alcalde. Aunque por decisión propia se retiró de una carrera de tiempo completo en la música, y casi nunca toca en vivo, dijo que si se sintiera inspirado, o si tuviera algún aspecto que debiera ser abordado, grabaría de nuevo. En 2003, participó en el documental Feel like going home, dirigido por Martin Scorsese. El filme traza la historia del blues, desde los bancos del Níger al delta del Mississippi. Alí investiga también la música y la cultura locales, con el fin de conservarla para las futuras generaciones".

 
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