Usted está aquí: martes 5 de abril de 2005 Opinión El Correo Ilustrado

El Correo Ilustrado

Aclaración de Cuauhtémoc Cárdenas

Estimada Carmen: Leo en la edición de La Jornada de ayer, en una nota firmada por Bertha Teresa Ramírez y Ciro Pérez, que "las negociaciones" para convencerme para sumarme al rechazo al desafuero e inhabilitación política de Andrés Manuel López Obrador "fueron largas y difíciles".

Es sin duda una afirmación falaz y malintencionada de quien o quienes redactaron la nota o de quien les haya dado la información, cuyo nombre no se da a conocer.

La posición que expresara el 3 de abril, en la sesión del Consejo Nacional del PRD, contraria a la posibilidad de desafuero y pérdida de los derechos políticos de Andrés Manuel López Obrador, la he venido reiterando desde hace ya largos meses, a partir de que públicamente se manifestara la intención, desde círculos oficiales, de atropellar con esa medida el estado de derecho.

Por otro lado, para asistir a la sesión del Consejo del PRD celebrada anteayer ninguno de los convocantes a la sesión me cursó invitación -pues no soy miembro de ese cuerpo- y, sobre todo, con nadie tenía que "negociar" y con nadie "negocié" mi asistencia.

Con un saludo atento.

Cuauhtémoc Cárdenas

Opinión de Drucker Colín

Señora directora: Lo sinvergüenza y el nivel de estupidez ha rebasado lo imaginable en el PRI y el PAN. Ahora está claro lo que son, y ni el tiempo borrará esa imagen.

René Drucker Colín

Pide a diputados recapacitar sobre el desafuero

Señora directora: Ante la grave situación planteada a los habitantes de nuestro país por el intento de encarcelar y de quitar los derechos políticos a Andrés Manuel López Obrador, deseo manifestar algunas consideraciones.

Si en el momento en que el señor Vicente Fox y los integrantes de su equipo planearon la absurda maniobra y no tuvieron la claridad suficiente para calcular las consecuencias de su acción, hoy deben tener la certeza de que seguir adelante con ese empeño sólo podrá conducirnos, a todos, a un contexto en el que la combinación de los múltiples rezagos sociales, económicos y políticos pueden derivar en la radicalización de las manifestaciones de inconformidad, aún mesuradas, aún civilizadas, y en consecuencia a riesgos que el pueblo no merece.

El papel de los diputados, si el señor Fox no recapacitara a tiempo, se vuelve fundamental. La Cámara de Diputados no puede responder a los poderosos intereses que rodean el asunto, sino a los intereses de los ciudadanos que votaron por ellos y a los cuales representan. La percepción en la calle es que se levanta silenciosamente, y a veces no tanto, una de las más formidables muestras de desacuerdo con las máximas autoridades de nuestro país que se haya visto en los últimos tiempos. No es poca cosa. Ojalá que el señor Fox y los diputados puedan entender y estar a la altura que los ciudadanos están mostrando. (Carta resumida.)

Jesús Canales García

Hubo interpretación parcial a opiniones de Soberanes, dice

Señora directora: En una larga reflexión, que la lleva de la muerte de Terri Schiavo a Kafka, mezclada con algunas lecturas de Savater y críticas a Bush, el primero de abril la articulista Gabriela Rodríguez metió con calzador una sesgada interpretación, parcial e inexacta, de algunas opiniones de José Luis Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Las referencias que hizo el titular de la CNDH sobre el marco jurídico de la educación religiosa en un foro académico no fueron las que presenta la autora. De modo contundente, ante algunas versiones periodísticas de las mismas, Soberanes Fernández manifestó que "el Estado democrático y laico es el instrumento más apto para evitar persecuciones, represiones al pensamiento libre y riesgos de violación a los derechos humanos en nombre de cualquier ortodoxia religiosa de cualquier género".

En la misma aclaración, el ombudsman nacional precisó que "de ninguna manera es su intención que se promueva la impartición de clases de religión en la escuela pública mexicana".

Pese a esta reiterada postura pública del ombudsman, la autora interpreta que Soberanes "quiere seguir la agenda republicana" estadunidense. La comentarista ignora el hecho público y notorio de que en numerosas ocasiones el ombudsman nacional se ha manifestado abiertamente en contra de las políticas gubernamentales de ese país que afectan a los mexicanos, específicamente el trato que reciben los trabajadores migrantes o en casos de personas sentenciadas a la pena capital o sometidas a torturas, tratos crueles o degradantes.

Considero que al hacer caso omiso de las aclaraciones públicamente vertidas por Soberanes, la autora falta a la precisión, la veracidad y la buena fe que debe caracterizar a la opinión periodística de los especialistas y contribuye con ello no a esclarecer, sino a enrarecer el clima del debate público.

Gustavo Hirales Morán, director de Contenidos de la CNDH

Respuesta de la articulista

Señora directora: En respuesta a la carta del señor Hirales Morán, me permito aclarar lo siguiente:

Confirmo mi seria preocupación por la afirmación que hiciera José Luis Soberanes en su calidad de ombudsman nacional al considerar como "discriminatoria la enseñanza laica", sobre todo viniendo de quien los mexicanos esperamos una defensa contundente de los derechos humanos, incluyendo el derecho a la educación laica, a la libertad de pensamiento, de conciencia y de culto. Por la coincidencia temporal, no puedo más que relacionarla con la agenda republicana que hoy como nunca está repolitizando la Biblia e introduciendo la educación cristiana en las escuelas de Estados Unidos.

Estamos frente a una embestida internacional que amenaza como nunca el ejercicio de las libertades individuales, encabezada por George W. Bush y su partido, y ante la cual se están subordinando algunos líderes del gabinete actual de nuestro país.

También debo expresar que celebro que el presidente de la CNDH haya rectificado su posición y que ahora afirme que "el Estado democrático y laico es el instrumento más apto para evitar persecuciones, represiones al pensamiento libre y riesgos de violación a los derechos humanos", y que precise que no está de acuerdo en que se impartan clases de religión en la escuela pública mexicana. En tanto siga defendiendo esta última posición, él recobra su papel de defensor de la tolerancia y sobre todo de las garantías individuales, cuyo ejercicio ha costado tanto en esta incipiente democracia.

Gabriela Rodríguez

 
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