NAVEGACIONES
Cartas africanas
La princesa Funmilayo
Bath Yaya, banquero beninés
El heredero de Ghana
COMO MI TECLADO plebeyo tiene una tendencia irrefrenable a hablar mal de la realeza, lo que menos imaginé es que un día recibiría un cálido mensaje electrónico escrito por una princesa. Pero ocurrió. La semana pasada, Funmilayo Badmos, de 25 años, hija de un próspero rey tribal fallecido, y estudiante de la Universidad de Lagos, Nigeria, me envió un mensaje que empieza con un cálido "Hello, dear". Tras explicarme que le gustan las personas atentas, amorosas, sinceras y honestas, y dispuestas a involucrarse "en una relación de largo plazo", me hizo el honor de proponerme un negocio turbio: depositar en mi cuenta bancaria 7 millones de dólares que su difunto padre invirtió en la "compañía de seguros de Shell Petroleum Development Company (SPDC) y en la Chevron Oil Company", y que forman parte de una herencia que pretende serle escamoteada por su familia paterna, aprovechando "la opresión por la disparidad de género" que la pobre princesa sufre en su natal Nigeria. Si me decido a ayudarla ("me sentí feliz cuando recibí tu contacto porque estoy convencida de que, por la gracia de Dios, vas a ayudarme a invertir sensatamente el dinero) la generosa Funmilayo me cedería 20 por ciento de esa suma, es decir, un millón 400 mil jugosos y aromáticos billetes verdes. Y, para complemento de la prosperidad, la insinuación romántica: "Me gustaría formar una sólida relación con la persona que entrará a los anales de mi vida y a mi familia".
Venus de Lespugue, Musée de l´Homme de París
QUE INTRIGA. ¿A qué etnia pertenecerán la hermosa Funmilayo y sus millones de dólares? ¿Será una hausa-fulani islámica del norte, una nupe, una tiv, una kanuri? ¿Será una yoruba cristiana del sur? ¿Será una católica Igbo, una Efik anglicana, o tal vez una Annang animista? ¿Será voluptuosa como una Venus del Paleolítico, o espigada como una silueta femenina dibujada en una pintura rupestre? ¿Habría en la palma de mi mano un mapa secreto que habría de conducirme de los embotellamientos del Distrito Federal a los embotellamientos de Lagos? ¿Sería mi destino ver el horizonte desde un lujoso penthouse de Abuja? ¡Funmilayo! ¡Pero si es el nombre ideal para la compañera de mi vida! ¿Cómo no lo había pensado antes?
http://en.wikipedia.org/wiki/Nigeria#Pictures_of_Nigeria
POR ESOS DIAS recibí también una comunicación de míster Madu Bath Yaya, de Cotonou, República de Benin, gerente de un banco en ese país y necesitado de "grandes amigos y socios de negocios". Al señor le urgía depositar en una cuenta bancaria del extranjero cinco millones y medio de dólares, suma que descubrió en un depósito perteneciente a Ziya Bazhayev, intermediario petrolero ruso que resultó muerto en un accidente de aviación ocurrido en marzo de 2000. Desde entonces, dice Bath Yaya, el dinero no se ha movido, y tiene razones para suponer que nadie va a reclamarlo nunca. Para dar verosimilitud a su dicho, el beninés me manda dos links con información periodística sobre el avionazo. "Si usted acepta trabajar conmigo, dígame por favor cómo le gustaría que repartiéramos el dinero para que las dos partes quedáramos satisfechas", me dice el banquero, quien me ruega una respuesta urgente y "máxima confidencialidad".
PARA TERMINAR CON estos mensajes esperanzadores y simpáticos, menciono el de Mr. John Robinson, un ghanés (como Kofi Annan) a quien su tío le dejó una herencia de 5 millones de dólares. El feliz heredero escuchó, de labios de su benefactor, cuando éste se encontraba en el lecho de muerte, los códigos secretos de la cuenta correspondiente, colocada en una compañía de seguridad de Accra, Ghana. El tío moribundo le advirtió también al sobrino solícito que buscara el consejo de un socio extranjero para invertir los fondos. Si yo acepto ser ese consejero, Mr. Robinson me ofrece lo siguiente: 10 por ciento del dinero es para mí, 5 por ciento lo usará él para comprarse una casa en otro país y "mejorar el nivel de vida de su familia", otro 5 por ciento servirá para cubrir los gastos de la transacción y el restante 80 por ciento se invertirá en un proyecto de negocio conjunto, en mi país o en otro cualquiera, que deberá ser definido por un servidor. Requisito: viajar a Ghana para que pueda "ver las cosas por mí mismo", abrir una cuenta a mi nombre para depositar el dinero, redactar un acuerdo y considerar las propuestas de inversión que yo elabore.
http://www.amarillonet.com/stories/031500/usn_LA0703.001.shtml
PERO CUANTOS LECTORES africanos tiene Navegaciones, y qué prósperos son algunos de ellos. Pensándolo bien, podría aceptar las tres propuestas y emprender una gira por el continente negro para hacer negocios (¿y algo más?) con Funmilayo (un millón 400 mil), con Bath Yaya (le puedo sacar diez por ciento de sus 5.5 millones, es decir, 550 mil) y con Robinson (500 mil) para reunir una bonita suma de 2 millones 450 mil dólares. O sea que podré comprarme la tele plana de 80 pulgadas, un Mercedes Benz con jacuzzi integrado en la cajuela, llevaré a la familia a la tumba del Papa y luego iremos de Roma a San Antonio en vuelo directo para el shopping, ah, y cubriré por anticipado los gastos de los doctorados que las niñas cursarán dentro de 18 años. Y a la Cruz Roja, ¿quién le ayuda?
Roca de los Moros, Lérida. Reproducción en el Museo Arqueológico de Barcelona
ANTES DE SEGUIR haciendo cuentas alegres, sin embargo, me pareció sensato considerar los datos siguientes: curiosamente, la cuenta de correo del señor Bath Yaya está registrada en Brasil. La princesa, por su parte, me escribió desde una cuenta de correo alojada en Wanadoo, España, y me pidió que le respondiera a su "cuenta privada", abierta en Yahoo Italia. Luego, en un afán por descubrir el rostro de Funmilayo en alguna foto "colgada" en Internet, descubrí que la tierna carta que me mandó ha sido reproducida ad nauseam en toda clase de foros y sujeta a toda clase de comentarios corrosivos. De hecho, hay un foro en el portal BiafraNigerianWorld cuyos participantes se dedican a coleccionar y exhibir misivas idénticas a las que este corazón destrozado recibió de Funmilayo, o similares a las que me enviaron Bath Yaya y el señor Robinson. Hay una que pone como dirección para recibir postulaciones de negocios una cuenta de la filial mexicana de Terra. La moda de estos mensajes es ahora contar historias sobre grandes sumas de dinero inadvertido, olvidadas en este mundo por víctimas mortales del tsunami, y proponer que el remitente se mocha con el destinatario, siempre y cuando el segundo acepte poner su cuenta bancaria como escala obligada de los millones. Por si alguien se atreve a hacer contacto con los enviadores de las misivas, he consignado aquí algunas de sus cuentas de correo electrónico. Llegan también historias firmadas por dizque representantes de Charles Taylor, el derrocado liberiano, y por presuntos hijos de Jonas Malheiro Savimbi, el mercenario asesinado hace unos años por las fuerzas regulares angoleñas.
http://messageboard.biafranigeriaworld.com/ultimatebb.cgi/ubb/get_topic/f/1/t/000174/p/4.html
EL DEPARTAMENTO DE Justicia de Estados Unidos tiene bien detectados los "esquemas de inversión en Africa": "Un volumen creciente de correo basura consiste en mensajes de una persona que se presenta de alguna nacionalidad africana y que pide la ayuda del destinatario para sacar ilegalmente sumas de dinero de Africa." La oficina gringa advierte que no se debe enviar ninguna clase de información a los remitentes y sugiere que uno se dirija al Centro de Quejas de Delitos Internéticos (ICCC, Internet Crime Complaint Center), instancia creada de manera conjunta por la FBI y el Centro Nacional del Delito de Cuello Blanco. Yo no enviaré los mensajes que recibí a esas dependencias, en primer lugar porque no ando para que me estafen unos supuestos nigerianos, pero tampoco para volverme delator; en segundo, porque no voy a colaborar con el Departamento de Justicia del país vecino, una institución dirigida por Albert Gonzales (sin acento), partidario cínico de la tortura.
http://www.ifccfbi.gov/strategy/11403NigerianWarning.pdf
http://www.webislam.com/numeros/2004/259/noticias/departamento_justicia_tortura.htm
http://www.jrebelde.cubaweb.cu/2005/enero-marzo/ene-07/noconvence.html
http://messageboard.biafranigeriaworld.com/ultimatebb.cgi/ubb/get_topic/f/1/t/000174/p/4.html
http://www.frontlineonnet.com/fl1905/19051340.htm
http://www.el-mundo.es/elmundo/2002/02/22/internacional/1014406143.html
http://kyntheman.blogspot.com/2005/02/hello-dear-good-day-and-compliments-i.html
Jonas Savimbi, cazado por el ejército angoleño
PARA SERLES FRANCO, las tres misivas que reseño no son las primeras de esa clase de propuestas que he recibido. Es más, la primera noticia que tuve de tales propuestas de negocio me llegó no por correo electrónico, sino en un envío postal, hace cosa de diez años, y desde entonces he venido recibiéndolas de manera esporádica por correo real y virtual y también, de vez en cuando, vía fax. Supe del tío de la prima de una amiga del vecino de alguien (es decir, algo menos que nadie) que cedió a la tentación de responder a una de esas ofertas, estableció comunicación regular con el remitente, fue embaucado, viajó a Londres para hacer el contacto cara a cara y acabó secuestrado en Ruanda, Uganda, Zimbabue o Togo, no sé muy bien, en lo que siempre me pareció una leyenda urbana del estilo de los mendigos que son drogados, raptados y eviscerados por traficantes de órganos, y que al cabo de unos días despiertan de la anestesia, tirados en la calle, con chico costurón en el plexo solar y un bofe de menos en el organismo.
Si alguien se anima a escribirle a Funmilayo, ojalá que después me escriba a mí y me cuente cómo le fue.