Usted está aquí: miércoles 13 de abril de 2005 Política Ayuno perredista motiva gran despliegue del EMP

Senadores del sol azteca se manifiestan en Los Pinos

Ayuno perredista motiva gran despliegue del EMP

Automovilistas lanzan voces de apoyo a López Obrador

CIRO PEREZ SILVA

Ampliar la imagen Legisladores y simpatizantes de Andr�Manuel L� Obrador se dirigen a la residencia oficial de Los Pinos usando la banqueta de Paseo de la Reforma FOTO Mar�Mel�rez Parada

A unos pasos de la puerta principal de la residencia oficial de Los Pinos, senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) advirtieron que el movimiento de resistencia civil pacífica en repudio al desafuero de Andrés Manuel López Obrador ''va a llegar hasta donde el presidente Vicente Fox lo quiera llevar; esto apenas comienza''.

Raymundo Cárdenas, trepado en un banco de plástico, condenó el intento del gobierno federal por ''eliminar'' a López Obrador, casi 30 años después -recordó el senador zacatecano- de que Valentín Campa luchara por el registro electoral de la izquierda.

Sus palabras fueron escuchadas por un atento auditorio, al que se sumó un nutrido grupo de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), uniformados con overoles negros, quienes habían cerrado la circulación de Parque Lira y Constituyentes en ambas direcciones, además de cercar la residencia oficial.

Incluso los militares impidieron el ingreso a la sala de prensa a los reporteros que diariamente cubren las actividades del Presidente de la República, aunque éstos se encontraban a menos de 10 metros de la puerta de acceso a su zona de trabajo. Sólo se permitió la entrada a Los Pinos por la puerta norte, es decir, los reporteros tuvieron que caminar poco más de un kilómetro por la lateral del Periférico, sobre Molino del Rey, para enviar información o recoger sus pertenencias.

Nunca se había presenciado una movilización de las fuerzas de seguridad de Los Pinos en tal magnitud, menos cuando sólo habían llegado a las inmediaciones de la residencia oficial poco más de 20 senadores, diputados federales y locales, quienes lejos de bloquear el tráfico hicieron innumerables llamados a los mandos superiores del Estado Mayor para tratar de convencer a los militares de quitar las vallas y permitir el libre tránsito de los vehículos.

Pero no fue hasta las 14:35, después de triangular varias llamadas con la Secretaría de Seguridad Pública y la Secretaría de Gobernación, cuando los elementos del Estado Mayor Presidencial accedieron a retirar las vallas que bloquearon el tráfico en Constituyentes y en el sentido sur-norte de Parque Lira, vialidad que liberaron casi una hora después.

Dos horas antes, 35 minutos después del mediodía, el coordinador de la bancada perredista en el Senado de la República, Jesús Ortega, inició el primer ayuno de ''repudio'' por el desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal, que se prolongará hasta el 21 de abril en periodos de 24 horas que cubrirán cada uno de los senadores del PRD. Hoy releva a Ortega el tabasqueño César Raúl Ojeda Zubieta y el último relevo, el jueves 21, corresponderá a Leticia Burgos.

''¡No al desafuero!'', gritan niños desde la primaria El Pípila

Ortega Martínez realizó el ayuno instalado en la banqueta, a 25 metros de la puerta número uno -réplica de la puerta de San Juan, que mandó instalar el entonces presidente Ernesto Zedillo-, y a 10 de la sala de prensa, aunque el acuerdo de la noche anterior con el subsecretario de Gobernación, Felipe González, había sido permitir que el perredista se ubicara a un costado de dicha puerta. Desde ahí el coordinador de los senadores del sol azteca alzó el puño izquierdo para sentenciar: ''¡No al golpe de Estado!''

Por unos minutos, antes de que la circulación de norte a sur en Parque Lira fuera bloqueada por elementos del EMP, las muestras de apoyo se multiplicaron. ''¡No al desafuero!'', gritaron varios niños desde el primer piso de la escuela primaria El Pípila, ubicada justo enfrente de la residencia oficial. Otros, desde sus vehículos, también se sumaron al apoyo.

''¡Arriba (López) Obrador, putos!'', lanzó un chofer desde su taxi ecológico, engalanado con banderines del equipo de futbol América; ''¡arriba el PRD, cabrones, vamos a ganar!'', lo secundó el conductor de un camión de carga; otro taxista, con una frase de rechazo al desafuero en el vidrio posterior de su vehículo, de plano se detuvo y a todo pulmón recordó al presidente chileno derrocado, Salvador Allende, y llamó a ''¡no dejar que el pinche gobierno nos quite a Andrés Manuel!''

A estas manifestaciones de apoyo verbales se sumaron las bocinas con que otros conductores externaron su simpatía por el movimiento, aunque también hubo, por la misma vía, sonoras mentadas de madre de los inconformes y el solitario grito de ''¡zánganos!'' que les regaló a los perredistas un irritado ciudadano.

Poco a poco los legisladores que acompañaron a Ortega hasta Los Pinos se retiraron a sus respectivas cámaras. Con una broma involuntaria, el diputado federal César Chávez se despidió del ayunante. ''De la comida luego hablamos'', le dijo, tratando de recordar a Ortega un compromiso contraído con anterioridad.

En tanto, tras la reja que separa ambos sentidos en Parque Lira, Graco Ramírez -impedido por los elementos del Estado Mayor para reunirse con Ortega- expresó a lo lejos su solidaridad al senador perredista. ''Así te quería ver, tras las rejas'', bromeó con él un periodista. ''Así nos quieren ver a todos'', reviró Graco, luego de asegurar que el despliegue militar en Los Pinos ''es del tamaño del miedo que le tiene Vicente Fox a la izquierda. Subestima al pueblo y a los militantes del PRD; no nos conoce'', aseveró.

También llegaron hasta la residencia oficial miembros de la dirigencia nacional perredista y la candidata de este partido al gobierno del estado de México, Yeidckol Polevnsky, además del coordinador de los diputados perredistas en San Lázaro, Pablo Gómez, así como diversos contingentes que, desde la acera de enfrente, gritaron hasta entrada la noche consignas en favor de López Obrador.

Por la mañana, una veintena de legisladores perredistas y alrededor de mil 200 simpatizantes se reunieron en la explanada del Museo de Antropología. A las 10:30 partieron en marcha hacia Los Pinos, entre consignas de apoyo a López Obrador y de rechazo a Vicente Fox. Contrariamente a su costumbre, los perredistas no marcharon por el arroyo, sino caminaron por la banqueta de Reforma. Poco antes de mediodía, el perredista Juan Guerra acompañó a Javier García Chávez, ex subsecretario electoral perredista, quien inició un ayuno al pie del Angel de la Independencia.

Pero nadie cedió. Parecía más un paseo de párvulos que una demostración de fuerza. ''¡Que nadie caiga en la provocación, compañeros!'', arengaron los coordinadores de la marcha, mientras ésta se desplazaba con pendones, banderines amarillos y mantas extendidas por las banquetas de Paseo de la Reforma y giraba hasta alcanzar Constituyentes, a la altura del mercado de las flores.

Un kilómetro antes de la residencia oficial se toparon con el primer retén, éste de la policía capitalina, con el primer superintendente, Darío Chacón Montejo, a la cabeza de 350 uniformados, mismos que bloquearon por unos minutos Constituyentes e impidieron el acceso. ''Nosotros somos senadores y diputados y, como usted sabe, tenemos fuero, por lo que le pido de la manera más atenta que nos permita pasar junto con los compañeros de los medios'', solicitó comedidamente Jesús Ortega.

''Nosotros recibimos y cumplimos órdenes'', replicó el uniformado, quien ante la insistencia del legislador, pidió un momento ''para solicitar autorización'' a sus superiores, en este caso al subsecretario de Seguridad Pública del DF, Gabriel Regino, quien se encontraba a unos pasos de los legisladores del PRD, a un extremo de la valla metálica. La anuencia fue inmediata, pero sólo para unos 30 representantes de los medios de comunicación y todo aquel personaje con fuero; para nadie más. El resto de la comitiva debió quedarse ahí y a eso los exhortó Ortega.

Más adelante, a 800 metros, un nuevo retén, éste integrado por un centenar de elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP); resultó el obstáculo más difícil de franquear. Casi 10 minutos demoró la negociación del coordinador de los senadores con los mandos superiores de este grupo, quienes a su vez consultaban telefónicamente con su superior, el general José Armando Tamayo, jefe del EMP. Casi 15 minutos después, legisladores y periodistas salvaron ese segundo obstáculo, que no fue el último.

El siguiente retén se encontraba a unos 25 metros de la puerta principal de acceso a Los Pinos, barrera que ahora sí resultó infranqueable para todos, legisladores y reporteros. Fue ahí donde se instaló una pequeña lona que desde ayer y hasta el 22 de abril será la ''casa'' de los senadores del PRD.

Con información de Renato Dávalos

 
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