Usted está aquí: miércoles 13 de abril de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Paul Volcker y Gore Vidal: cantos del canario estadunidense

PAUL VOLCKER, ANTECESOR de Alan Greenspan en la Reserva Federal, y Gore Vidal, uno de los mejores escritores de Estados Unidos, parecen imitar la emisión musical del canario dentro de las minas que advierte un inminente desastre. La baja abrupta del oxígeno dentro de las minas estimula el cerebro musical del canario, así como la degradación financiero-económica, la putrefacción del sistema político y la "sobrextensión" militarista de Estados Unidos alientan a sus mejores hijos a lanzar sus advertencias.

PAUL VOLCKER EXPONE que "debajo de la superficie tranquila", en apariencia, "existen tendencias preocupantes: desequilibrios enormes y riesgos" ("La economía, sobre hielo delgado", The Washington Post, 10 de abril). Se trata de "circunstancias intratables y peligrosas" sin antecedentes históricos: "lo que más preocupa es que exista tan poca voluntad o capacidad para remediar la situación". Este no es un lenguaje común para los centralbanquistas del establishment, tan proclives como Greenspan a engañar mediante una semiótica críptica.

LA IMPORTANCIA DE lo expresado por Volcker proviene de su representatividad: anterior "gobernador" de la Reserva Federal, de 1979 a 1987 (cuando fue llamado a combatir la hiperinflación), anterior director para Norteamérica de la truculenta Comisión Trilateral, anterior mandamás de Wolfensohn & Co. (firma de inversiones con historial peculiar) y alto funcionario en el banco de los Rockefeller, Chase Manhattan (antes de ser fusionado), y en la Secretaría del Tesoro. Ahora preside tanto el Comité Internacional de Parámetros de Contabilidad (con la intención de unificar los criterios contables en el mundo, que contaminaron y minaron las empresas criminales de Estados Unidos) como el programa Petróleo por Alimentos para Irak, de la ONU, donde salió manchado el hijo de Kofi Annan, lo que Hans Blix, el inspector nuclear sueco, considera una venganza del gobierno bushiano contra la postura de Naciones Unidas frente la invasión anglosajona. En síntesis, Paul Volcker es el apagafuegos favorito del sistema financiero de Estados Unidos, cuando las flamas se expanden peligrosamente.

LAS COSAS HAN de andar peor de lo que se publicita, como da entender entre líneas Volcker, experto en exhumar la contabilidad crapulosa: "Si creemos (sic) los números, los ahorros personales en Estados Unidos han prácticamente desaparecido (...) El déficit federal ha contrarrestado la fuente de ahorro nacional". Repite lo archisabido, pero no es lo mismo que lo exprese Paul Volcker, como "confesión de parte", que una columna inocente como Bajo la Lupa: "Consumimos e invertimos alrededor de 6 por ciento más de lo que producimos". No está tan actualizado como Stephen Roach, el solvente economista de Morgan Stanley, quien sacó la cuenta reciente de que Estados Unidos extrae casi 3 mil millones de dólares diarios de los ahorros del exterior, que equivalen a 80 por ciento de los ahorros mundiales. Admite que ante el desplome del dólar ni siquiera "ofrecemos tasas atractivas de interés" ni "protección a los acreedores (...) patinamos sobre hielo cada vez más delgado". Critica el refrán de que "no existe un mejor lugar para invertir que Estados Unidos", para luego fustigar la "dependencia en los bancos centrales de China y Japón", felices de vender sus mercancías a los consumidores de Estados Unidos. No dice nada del otro mundo, que no haya sido expresado antes, pero confiesa en un vibrante mea culpa que ningún país del planeta ha incurrido en los excesos financieros de Estados Unidos. Por lo menos, no es tan desvergonzado como Greenspan: "como están las cosas, es más probable que las crisis financieras, y no una previsión política, forzarán al cambio". Aduce que existe un escenario intelectual para un aterrizaje suave y un crecimiento sostenido: "China y las otras economías continentales asiáticas deben permitir y estimular una tasa sustancial de apreciación frente al dólar", mientras "Japón y Europa deben estimular sus economías internas y lidiar más rápida y efectivamente" con las reformas estructurales. Aquí empiezan los problemas, y por eso el mundo se encuentra tan desequilibrado: Paul Volcker desea en forma parasitaria que Eurasia subsidie los excesos de Estados Unidos. Antes de propinar recetas al mundo, como reza la evangélica "caridad bien ordenada", Estados Unidos debe empezar a dar el propio ejemplo e iniciar la limpia de su putrefacto sistema financiero, para luego ser imitado por los demás. De otra manera, como ha sucedido antes, ya no se diga con el tramposo Baby Bush, Estados Unidos es capaz de volver a dejar al resto del planeta con la percha en la mano. Paul Volcker desea que el mundo le resuelva a Estados Unidos los problemas que creó. What else?

PERO VOLCKER SABE muy bien que el resto del planeta no aceptará su pérfida estratagema, por lo que avanza ominosamente un escenario de estanflación similar al de la década de los 70 (la tesis operativa de Bajo la Lupa): "dólar deprimido y volátil, súbito incremento en las tasas de interés, y un par (sic) de grandes (sic) recesiones".

A NUESTRO JUICIO, al no desear resolver absolutamente nada en el ámbito financiero doméstico, Estados Unidos juega en forma diabólica al "síndrome Armagedón" (la tripleta del 11 de septiembre y las guerras de Afganistán e Irak) en geopolítica, sumado del "síndrome Sansón" en geoeconomía ("me caigo, pero se caen los demás conmigo"), lo cual refleja el deterioro de su liderazgo mundial, como se asentó en un foro menor, la agónica OEA, donde ni siquiera pudo imponer a su títere frente a la cada vez más independiente postura del Cono Sur y el Caribe.

LO QUE NO se atreve a pronunciar Volcker, más dúctil con el establishment financiero, lo complementa con creces Gore Vidal, feroz crítico del unilateralismo bushiano y con profundos vínculos con la familia Kennedy (presentó a Jacqueline con John), además de ser familiar de Al Gore, el candidato presidencial defraudado en las elecciones de Florida por la dinastía Bush.

EN EL LAPSO DE un mes, a Gore Vidal le ha dado por ser entrevistado en la televisión australiana. En la entrevista con Mark Davis ("La erosión del sueño estadunidense", Dateline, 12 de marzo), Gore Vidal, profundo conocedor de la historia de Estados Unidos, admite haber pasado en reversa de novelista a ensayista (en broma se califica "panfletero"), debido a la transformación que ha sufrido su país: "Estoy muy alarmado por lo que sucede con nuestro imperio global, y nuestras guerras con el resto del mundo, por lo que es tiempo de pasar a la acción política". Se expresa en términos muy favorables de Franklin Roosevelt y considera que "el gran problema empezó en 1950, cuando Harry Truman decidió militarizar la economía y mantener un vasto establishment militar en cada rincón de la Tierra", en detrimento de la infraestructura. Gore Vidal es muy severo con los medios: "nunca han sido más repugnantes". Con conocimiento de causa enjuicia que la "censura en Estados Unidos es muy estricta en todos los periódicos, y en particular en la televisión. Nadie obtiene los hechos y vivimos en una burbuja de ignorancia". Se nota: Fox News es el prototipo de lo que fue su similar soviético.

SU ARGUMENTACION ES intensa: "no piensen que somos un país libre para decir lo que nos plazca. Lo podemos decir, pero no será publicado ni tendrá cobertura en la televisión (...) Estamos totalmente en las tinieblas y tenemos un presidente que se encuentra todavía en una mayor oscuridad, totalmente desinformado sobre el mundo -Nota: está hablando de Estados Unidos, no de México-, lo que nos conduce a sus guerras". Repite sus conceptos vertidos sobre la "junta Cheney-Bush" y los neoconservadores en sus recientes libros Guerra perpetua para una paz perpetua y Soñando la guerra.

LA PARTE MAS luminosa se centra en la anatomía del "corrupto sistema político" de Estados Unidos y su falsa democracia. Gore Vidal no es un constitucionalista de profesión, pero pocos conocen como él la historia de la Constitución de Estados Unidos, que fue establecida por los Padres Fundadores "para evitar el dominio de la mayoría" mediante el Colegio Electoral, donde "solamente unos pocos blancos podían votar" y por medio del cual "podían romper cualquier cambio mayoritario que les molestase y para que nunca funcionara la democracia a los niveles más altos del gobierno". Acepta la aseveración de Norman Mailer, expresada por el entrevistador, de que el "fascismo, no la democracia, es el estado natural, y que Estados Unidos se encuentra en la fase pre fascista", además de constituir una "mega república bananera dominada por los militares"; pero se desmarca en cuanto a que él sí preserva el recuerdo grandioso de los genios del siglo XVIII, como Thomas Jefferson y Benjamin Franklin, quienes proyectaron a Estados Unidos al primer lugar mundial, que la junta Cheney-Bush ha degradado y puesto "a la deriva con una guerra que no se puede ganar". La frase final de esta entrevista pone en la picota todo el sistema político de Estados Unidos y su espuria democracia: "No tenemos confianza en la Suprema Corte después de sus misteriosas (sic) decisiones en la elección del año 2000. Tampoco tenemos partidos políticos (...) Tenemos un solo partido, que en esencia es empresarial, con dos alas de derecha, una llamada Demócrata y la otra Republicana. Así que en ausencia de la política con medios masivos de comunicación fácilmente manipulables -Nota: está hablando de Estados Unidos, no de México-, y en manos de muy pocos con intereses en guerras y petróleo, no es sencillo expresarse".

EN LA OTRA entrevista con Tom Jones (Lateline, 11 de abril), Gore Vidal vaticina que los restantes años de Bush serán un "caos total. Con una declinación del dólar (...) y más guerras por venir, con intentos que se harán con Siria e Irán". Rememora lo que sucedió con el imperio británico, que "se quedó sin dinero en forma irreflexiva" durante el gobierno de Asquith, lo cual derivó en la Primera Guerra Mundial: "Estados Unidos está quebrado (...) Está pasando con nosotros lo que con los británicos. No tenemos dinero para pagar nuestras deudas". Pero en el "largo plazo el mundo será salvado del despotismo estadunidense debido a la inminente quiebra de (este país), lo cual tendrá feas consecuencias para todo el mundo".

¿CUANTOS CANARIOS estarán cantando ya la sinfonía del desastre financiero en las minas de Estados Unidos?

 
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