El flamazo provocado por la fuga en una pipa quemó 80% del cuerpo de la menor
Gasera impune marca el futuro de Jazmín
Ampliar la imagen Jazm�Granados Mota, de 8 a� en su casa, ubicada en la colonia Providencia FOTO Jos�ntonio L�
Un flamazo que produjo la fuga de gas de un camión tanque de la empresa Gas Presto quemó 80 por ciento del cuerpo de Jazmín Granados Mota, de 8 años. Con las extremidades inmovilizadas y el rostro desfigurado permanece recluida en un cuarto de azotea, mientras la gasera que provocó el accidente continúa distribuyendo el carburante en el Distrito Federal.
El 6 de enero pasado Jazmín salió a la calle en busca de sus regalos y se encontró con llamas que envolvían su cuerpo y le provocaron quemaduras de segundo y tercer grados.
En segundos, el fuego se levantó por la "negligencia de la empresa Gas Presto que autorizó la salida del camión tanque con averías". El cuerpo y rostro de Jazmín se "prendieron", su chamarra quedó en trozos de tela quemados y su pantalón se desintegó por completo.
Jaz, como la llama su familia, tiene dos hermanos: Berenice y Jonathan. Los tres viven con sus padres en un cuarto de azotea en la colonia Providencia, de la delegación Gustavo A. Madero, atrás del deportivo Los Galeana.
"No protesta, ni me reclama, pero cuando se desespera o se deprime me pregunta angustiada por qué le pasó a ella", señaló la madre con la voz entrecortada.
"Ese día Jazmín me preguntó por qué no le habían traído regalos los Reyes Magos. Insistía en que fuéramos al mercado para comprarle un globo y así recordarles que la habían olvidado", narró la mujer, con la mirada inerte.
Alicia Mota no pudo comprar los juguetes que sus hijas pedían, se quedó sin dinero y no logró conseguir un préstamo, por ello aceptó que fueran juntas al mercado.
"Pasamos por la calle Morelos y olía a gas. Vimos una pipa de la empresa Gas Presto estacionada y a tres hombres que cuidaban la parte de atrás. De pronto se escuchó un grito que advertía: ¡corran, se va a prender!, fue cuando el flamazo salió del tanque. Se me vino a la mente Jazmín. Volteo y veo a mi niña toda prendida corriendo", recordó la mujer ya sin poder contener el llanto.
Mientras su madre narraba la pequeña se levantó con dificultad de la cama para sacar un cuaderno de fotografías que guarda debajo de una de las dos camas que hay en el cuarto donde vive.
"Las fotos son el martirio de mi niña, -continuó la madre-, a veces se las mira por horas y sus ojitos se llenan de lágrimas."
En el hospital pediátrico de Tacubaya, donde fue atendida, los reportes eran graves, "pero logró mantenerse con vida. El director del hospital, José Reyes, nos recomendó acudir a la fundación Michou y Mau, fue así como la trasladaron a Houston, Texas, para que fuera atendida por los médicos de Galveston". Jamás, afirmó con rabia, "la gasera localizada en Chalco asumió su responsabilidad".
El mes pasado Jazmín regresó a México, está en terapia de rehabilitación. Tiene otra operación programada en Galveston para el 11 de junio próximo, a la que sus padres no saben si podrá asistir por la falta de recursos económicos; sus ingresos no rebasan mil 800 pesos mensuales.
Mientras tanto, las pipas de Gas Presto siguen operando con irregularidades, sin responder por la negligencia que provocó el permitir la circulación de camiones tanque en mal estado. Las anomalías, aseguró Angélica Granados, tía de la menor, fueron certificadas por la Secretaría de Energía el pasado 7 de enero.
A tres meses del siniestro, la averiguación previa está llena de irregularidades, denunció Angélica Granados. "Primero se nos prohibió demandar a la gasera, después salió libre el presunto responsable, no hay peritaje, y mientras la vida de mi sobrina fue destrozada los responsables gozan de impunidad circulando con el riesgo de otro accidente."